domingo, 23 de noviembre de 2025

Álvaro Pombo / Una vida fácil y solitaria, pero llena de reconcomios

 

Álvaro Pombo


Álvaro Pombo: una vida fácil y solitaria, pero llena de reconcomios

En este volumen de 'Cuentos autobiográficos', el Premio Cervantes Álvaro Pombo desafía coquetamente al lector a discernir qué hay de pura "veracidad" y qué de golfa "invención" en estos notables relatos basados en su agitada vida


Cuentos autobiográficos

Anagrama. 192 páginas. 18,90 € Ebook: 10,99 €

Juan Marqués

17 de noviembre de 2025


Estaba yo totalmente equivocado: seguramente por el subtítulo que trae este nuevo libro ("Volumen I"), daba por supuesto que lo que me esperaba en la oficina de Correos era una oportunísima reunión de todos los cuentos de Álvaro Pombo (Santander, 1939), aunque la verdad es que en absoluto han sido muchos (sólo, hasta donde yo sé, los incluidos en Relatos sobre la falta de sustancia, en 1977 -pero reeditados en 1985-, y en los Cuentos reciclados de 1997, más los que puedan andar por ahí dispersos en revistas, libros colectivos o antologías.

Pero no: se trata de un libro totalmente nuevo. Aparte de que en 2013 Mario Crespo López ya recopiló para la canónica Cátedra los Relatos sobre la falta de sustancia y otros cuentos (entre los que se incluía "El pésame", de 1992, que de repente vuelve a figurar entre estos Cuentos autobiográficos), lo cierto es que en el futuro será un problema genérico saber si este libro de hoy ha de incorporarse al corpus total de los cuentos pombianos, porque es bastante discutible que lo sean (no pombianos, que lo son mucho, sino cuentos). Nada me aburre más que el análisis taxonómico de los textos literarios, saber en qué cajoncito etiquetarlos, pero si nos pusiéramos rigurosos algunos de éstos lo son, porque tienen su unidad, su mundo propio, son autónomos y están cerrados, pero otros no tanto: dependen demasiado de un conjunto de piezas que, leídas transversalmente, dan efectivamente la sensación de unas memorias, por mucha ficción que a todas luces haya.


En la nota final el propio Pombo no sólo reconoce esto último, sino que desafía coquetamente al lector a discernir que hay de pura "veracidad" y qué de golfa "invención" en lo que acabamos de leer, aunque yo diría que, en lo que respecta a muchas de las cosas narradas, ni él mismo lo sabe ya, y está bien que así sea. Hay una especie de meta-memoria en el libro (aparte de mucha, muchísima reflexión sobre la propia literatura), y se reflexiona de forma a veces tácita ya no sobre las trampas de los recuerdos sino sobre su arbitrariedad: dicho de forma breve y un tanto brutal, da igual si lo que un escritor recuerda ocurriera o no, o con qué grado de exactitud, lo que importa es si al cabo resulta significativo, creíble, emocionante, útil o aleccionador.


Y en ese sentido, estos Cuentos autobiográficoshan de pasar a formar parte de la lista de los libros buenos de Álvaro Pombo. Tal vez no de los mejorcísimos (entre los que estarían Contra natura, el todavía muy reciente Santander, 1936 o tal vez El cielo raso...), pero sí entre los mejores, sólo un pequeño escalón más abajo. Este esfuerzo memorialístico de Pombo le ha salido muy bien, y aunque hay irregularidad en el interés o en la conmoción que despiertan cada uno de los dieciocho textos incluidos, el balance es de notable muy alto.

SANTANDER, LONDRES, MADRID...

Son cuatro, quizás cinco, los lugares fundamentales de este libro, por ser los relacionados con los hitos de la vida de Pombo: Santander, Madrid, la Dehesilla (una finca allá por Palencia, donde pasó varios veranos de su infancia) y Londres. Aparte, se podrían tener también en cuenta los meses del servicio militar entre Robledo (Albacete) y Melilla, que dan lugar al texto más breve del libro, en el que, de forma totalmente insólita en la literatura española reciente sobre la "mili", el recuerdo de Pombo es abiertamente grato, casi agradecido: "Me gustó la mili desde el principio. Me cohibió al mismo tiempo. Entiéndase como se entienda esto que digo. Era interesante ir uniformado. Era interesante saludar a mis abundantísimos superiores de la guarnición de melilla y a la vez ser saludado por los soldados numerosísimos de la guarnición. Llegar a ser 'mi alferez' me pareció un gran honor, ésa es la verdad".


No sé si habría que relacionar esa leve nostalgia de los meses uniformados y bajo la disciplina con dos o tres consideraciones, mucho más antipáticas, que se lanzan aquí y allá sobre la vida bajo el franquismo, en general ("El caso es que yo no fui antifranquista nunca. Como mucho antipolítico. Ahora mismo soy menos antifranquista quizá que nunca. Ahora, en las tertulias, se habla a veces a lo bobo de aquel tiempo, que no fue bobo de ninguna manera, pero sí, a veces, arduo de sobrellevar"...), pero en todo caso eso no afecta a la calidad literaria del libro, cuyas mejores páginas, en mi opinión, son las muy nebulosas y poéticas dedicadas a sus doce años en Londres (donde hay un inesperado cameo de Joaquín Sabina y en las que nos enteramos que el joven Pombo no sólo se dedicó allí a estudiar Filosofía, sino, quizá para compensar lo más abstracto con lo más concreto, a limpiar los cuartos de baño de algunas distinguidas señoras) o, por supuesto, las de un reconocible y privilegiado Santander.

MÁGICAS DICOTOMÍAS

En el citado "El pésame", por ejemplo, un hombre de sesenta años regresa para el funeral de una amiga, lo cual da lugar a una ambigua cena con el viudo, y a una caminata nocturna por la bahía, hasta el Club Marítimo y de vuelta por el paseo de la Concepción, llena de confidencias y casi de conflictos. En "La casona", por su parte, es un hombre de ya sesenta y seis el que toma un "ineficaz" Talgo y, con una inesperada ilusión, se dispone a aceptar una invitación de unos primos a pasar unas semanas de vuelta en su tierra: "Dos fuerzas opuestas tiraban de su conciencia: una le llevaba, con ocasión del paisaje de la bahía santanderina que tenía ante los ojos, hacia el olvido el descanso. Pero otra, opuesta, informulada aún, le arrastraba hacia la memoria, hacia la precisión, hacia los significados de su vida pasada".

Esas dos fuerzas opuestas, en efecto, pugnan a todo lo largo de estos Cuentos autobiográficos, y lo hacen para revelar, a su vez, otras dicotomías, como esa tan misteriosa y tan mágica que hace que en la literatura de Pombo, y también en este nuevo título, la tristeza sea divertida y las bromas sean fúnebres. Una vida fácil y solitaria, pero llena de reconcomios.


EL MUNDO


No hay comentarios:

Publicar un comentario