Virginie Despentes en Madrid. FOTO DE ANDREA COMAS |
“No tenemos que limpiar a Woody Allen para que su cine sea bueno”
La escritora francesa Virginie Despentes publica la última novela de su trilogía, 'Vernon Subutex', y reedita su ensayo feminista 'Teoría King Kong'
Patricia Gosálvez
Madrid, 15 de febrero de 2018
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“Siempre me ha impresionado la similitud entre la parte promocional de mi trabajo y el acto de prostituirse”. Virginie Despentes lo escribió hace 12 años en su poderoso manifiesto feminista Teoría King Kong. Hace 27 fue prostituta. Trabajó en una tienda de discos, fue punki, durmió en la calle, fue violada a los 17 años cuando hacía autostop, es dj, bebió mucho, dejó de beber y se hizo lesbiana. Tiene una decena de novelas, muchos premios y tres películas dirigidas. Su trilogía Vernon Subutex, un diorama social sobre un viejo rockero convertido en gurú de una subcultura basada en las raves, ha vendido más de 500.000 copias. La tercera entrega se publica ahora en castellano junto a la reedición de Teoría King Kong. Despentes (Nancy, Francia, 1969) está de promoción. No le importa que le pregunten más sobre #MeToo (“una de las cosas más importantes de las que he sido testigo”) que sobre su novela. Aunque es francesa, dice “shit” todo el rato en inglés cuando habla en un perfecto castellano. Es generosa, optimista, risueña. Y hoy la mayoría de sus “clientes”, somos mujeres.
Pregunta: ¿Le mandan los medios más mujeres periodistas?
Respuesta: Sí, ¿será por el momento lesbiana...? Con Subutex han vuelto los hombres a las ruedas de prensa. Bien. Para temas de Teoría King Kong prefiero mujeres. Estoy harta de hablar con hombres de feminismo, porque la mayoría nunca se ha planteado nada. Es muy cansado explicar todo desde el principio. Sólo muy recientemente he encontrado chicos interesados.
P. Su ensayo habla mucho de la emancipación masculina, la losa de la virilidad, el feminismo como una aventura colectiva...
R. Y aún así me siguen preguntando si odio a los hombres... Si lo hiciese, Teoría King Kong sería mucho más brutal.
P. Su famoso primer párrafo arranca “Escribo para las feas, las viejas, las camioneras, las frígidas, las malfolladas...”. Pero la lista continúa durante páginas e incluye básicamente a cualquiera. Inclusiva hasta con los puteros.
R. ¡Total! Lo escribí saliendo de la heterosexualidad, convivía todo el rato con hombres. Llevo 10 años sin tocar una polla, imbuida en la cultura lesbiana... Ahora me interesa menos el tema, pero sigo pensando que es urgente que se cuestionen su sexualidad.
P. Hay más señores que prefieren enfadarse con #MeToo.
R. Los señores defienden un mundo que se acabó. #MeToo es una ruptura, no hay vuelta atrás. Pero el discurso macho de las jóvenes aún es más ofensivo.
P. ¿Qué opina de la carta de Deneuve y de las otras 99?
R. Shit, es difícil, alguna de las 99 me gusta... Es un tema de clase alta, de edad y de raza. Defienden el derecho de sus hombres, sus hijos, sus hermanos, de hacer lo que les da la gana. Entiendo su crítica al puritanismo pero no veo la relación con #MeToo. Las feministas no son responsables de que en Facebook no pueda salir una teta o de que Fóllame [su primera novela, luego llevada al cine] aparezca en e-books como F*****.
P. ¿Qué hacemos con la obra de artistas ahora denunciados?
R. Lo mío es el rock. El cantante de Motörhead no es un ejemplo de feminismo, pero me encanta. Bukowski me gusta, pero no pienso limpiarle el culo: golpeó a su mujer en un programa de televisión... Woody Allen tiene un problema con las mujeres. Podemos ver sus películas o no, pero no tenemos que limpiarlo para que su cine sea bueno. Tampoco hay que pensar que el abuso no es grave, como intentan hacernos ver...
P. ¿Qué le parece el término "terrorismo machista"?
R. Adecuado. La violación es una forma de terrorismo. Cada violador es un terrorista que trabaja para sus compañeros. Para una ideología. No todos violan, pero todos disfrutan de la fuerza que otorga el miedo de la mujer.
P. Es una defensora del porno, ¿también entre adolescentes?
R. No encontrarás un libro para adolescentes sobre porno. El problema es la sexofobia, el gueto. Expliquemos, construyamos un discurso, financiemos películas mejores, positivas... Hagamos porno guay. Si con 12 años lo ven, tendría que haber un portal porno para adolescentes.
P. Los jóvenes tienen ahora multitud de identidades sexuales, que recuerdan un poco a ese mundo primigenio, sin divisiones de Teoría King Kong. Intersexuales, no binarios, fluidos...
R. Me encanta. De ahí puede surgir una crítica a la masculinidad y también nuevas experiencias, porque yo no tengo ninguna fe en la familia tradicional.
P. Un nuevo debate sobre el cuerpo femenino: la subrogación.
R. No tengo una opinión formada, pero toca algo que me interesa: la gratuidad del cuerpo femenino. Si es un trabajo, hay que pagarlo. Lo que me sorprende es el deseo fanático que veo a mi alrededor de tener niños. Incluso entre las lesbianas. Shit, ese era nuestro lujo, nuestro privilegio. ¿Qué os pasa? Es todo propaganda. Mi único consejo a los jóvenes: no tengáis hijos, somos muchos.
P. ¿Tiene contacto con gente muy joven?
R. Los espío por Internet, veo lo que escuchan, las series que ven... ¿Pero lo que sienten? Cómo serán las niñas de 17 ahora, seguro que muy distintas de lo que fuimos nosotras. Lo tendrán mucho mejor y mucho peor. Ahora tienen internet, mucha más información de todo y hay tantos personajes públicos interesantes en los que fijarse... En mi época solo tenía a la Deneuve, que me gusta, pero siempre hacía papeles de tonta, superpoco interesantes. Yo no podía identificarme con esa señora. Ellas tienen a Beyoncé, a Lady Gaga, a la cantante de Gossip, a escritoras feministas negras estadounidenses... Pero al mismo tiempo hay una violencia que yo no he conocido sobre la "putita". En los ochenta no era bien vista, pero era posible... Yo lo pasé bien, te las podías arreglar, ahora una chica como era yo entonces... Shit para una chica hetero ahora ha de ser mucho más duro.
P. ¿Cómo escribe?
R. Fumando, con la música a tope y en tramos de media hora en los que no me meto en Internet. Es superdifícil.
P. ¿Mira el odio online?
R. Hace 10 años que no me googleo. No llevo mis redes sociales. Es demasiado violento, pero creo que se solucionará, no veo posible que siga, la gente tiene que poder hablar sin ser amenazada.
P. ¿Sigue mirando el zodiaco cada mañana?
R. Desde los 12 años. ¿Funciona? No tanto. Pero es una forma mucho más fina, más metafísica y compleja de distribuir a la gente que hombres/mujeres, ricos/pobres.
P. Se van a cumplir 50 años de Mayo 68. ¿Qué espera de la conmemoración?
R. No espero nada. Me parece muy difícil para alguien como Macron defenderlo. No veo como se puede celebrar desde el poder. Y además, ¿queremos realmente celebrarlo? Hoy parece una derrota. La Francia en la que yo crecí era un país superinspirado; pero ahora hay una sensación de derrota. El feminismo fue la única esperanza de aquel movimiento que no fracasó totalmente. Todo lo que se pensó el 68 fue mal, salvo el feminismo.
P. ¿Puede pasar esto también con el movimiento #MeToo?
R. Yo creo que dentro de 50 años diremos: el feminismo fue realmente la aventura del siglo XX y XXI. Hemos cambiado el mundo.
P. Tres ideas muy simples recorren su obra. Primera: la guerra es masculina.
R. Las chicas podemos hacer la guerra mejor, tenemos la costumbre de no escuchar nuestros deseos y sacrificarnos... Pero cuando eres el cuerpo que fabrica humanos la idea de matarlos por millones no te parece tan urgente.
P. Segunda: es la economía, idiota.
R. Ya lo dijo Pasolini, el capitalismo es el primer autoritarismo efectivo y mundial. Nacemos con deuda, somos siervos. Tenemos que salir de ahí, pero ni idea de cómo se hace.
P. Quizás esté en la tercera idea: lo importante es bailar.
R. [Ríe] De eso va mi novela... Del intento de crear un espacio libre, donde escapar aunque sea un par de horas. Es mejor que nada, sí, bailemos.
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