Raquel Graciela Fernández
NOCTURNO
No estás.
Y sin embargo te siento
arañando mi cintura,
lamiendo el eje vertical de mi tormenta,
doliéndome,
escociéndome
como el fantasma de un miembro amputado.
A veces se me escapa tu distancia.
A veces
me enciendo en tu recuerdo,
en la insaciada penumbra de tu boca.
Una estrella se aquieta entre mis labios.
Un pájaro me roza.
Me desnudo
para abrirte camino.
Raquel Graciela Fernández
Cierta condición nocturna
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