Fotografía de Simon Richardson |
POR AMOR A LÍA
La primera vez
que la vi,
le dibujé una cama
sobre la hierba suave
y dormí junto a ella.
A su lado había un ángel
Con una jarra de vino
derramándose.
Todo fue inevitable,
nos quedamos colgados
del destino divino.
¿ Qué sucedió después?
Esto es la tierra, Lía.
Y este soy yo.
***
Te prometo,
porque así me lo dicta
el corazón
que este amor
no será desposeído.
Tendrá la fuerza en mí
y habitará contigo
esa casa en el campo
de los sueños.
Lo juro con la garganta
hecha pedazos,
desde la turbiedad
de mis ideas.
Lo prometo y lo juro
con el odio
que únicamente a mí
me pertenece.
***
Lía miraba al fondo
de mis ojos
y decía comprenderme.
Yo la amé,
la amo todavía
con la pureza
del primer dolor.
Lía, perdida en mí,
me devuelve
su palabra de amor
entre las rocas.
¿Por qué aquí,
frente al mar de la duda?
¿Por qué no eligió hacerlo
en aquel bar
sobre el acantilado?
A qué le teme.
***
Lía perdóname.
Enciérrame en ti,
escóndeme
como un pañuelo
entre la naftalina.
¿Todavía existe
la naftalina?
Me acuerdo de mi madre,
tú me la recuerdas
con tus ojos profundos.
Estoy perdido, Lía,
háblame de ti,
de tu infancia
llena de peces.
Tengo sed,
háblame del mar.
Cuéntame de los caminos
boscosos
de tu tierra,
del pan de los domingos,
del café,
de la caña,
de las orquídeas que penden
de los árboles.
Háblame, Lía,
mi niña amada.
Aún estoy aquí,
soy un guerrero
entre la muchedumbre,
un hombre solo.
Voy de la selva al mar,
del mar hasta el concreto
y estoy confuso.
Mejor ya no me hables,
el recorrido es largo;
estoy avasallado, Lía.
Este país no tiene fin
ni principios.
Tengo miedo,
siento que me van a matar,
la incertidumbre no sabe
de conciencia.
Hay que darle al Estado,
al país, al orígen
violento de la estática,
una vuelta de tuerca.
Voy camino a la Fe,
ese bar al final de la calle
donde una noche
me sentí Dios
en medio de los hombres.
Ahí te espero.
BIOGRAFÍA DE SILVIA TOMASA RIVERA
NOVENARIO POÉTICO 2010
DE OTROS MUNDOS
FICCIONES
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