LA TRILOGÍA DE NUEVA YORK
Empiezo la reseña de “La trilogía de Nueva York” con una confesión: me aproximé a la obra de Paul Austermuy tarde. Fue en una de sus últimas visitas a España en las que ofreció una conferencia. Aquel día acompañé a un colega a la presentación y firma y me terminé comprando una edición de la obra, cuya adaptación a formato de novela gráfica ha publicado recientemente Seix Barral, sello del Grupo Planeta.

Decir que quedé fascinado con “La ciudad de cristal”, “Fantasmas” y “La habitación cerrada” (los tres relatos que dan forma a la obra) es quedarse corto. Auster redefinió el género policiaco de manera original e influyente haciendo énfasis en aspectos como la moralidad o la identidad, hasta el punto de que al final casi se les podía considerar un personaje más del libro.
En su momento, “Ciudad de cristal” ya fue adaptado al noveno arte de la mano de Paul Karasik y David Mazzucchelli, artista que revolucionó el medio con sus trabajos junto a Frank Miller: “Born Again” y “Batman: Año Uno”. Sin embargo, el resto de la trilogía seguía sin conocer su versión en viñetas hasta hace poco. De esta forma, “Fantasmas” ha contado con Lorenzo Mattoti, colaborador del New York Times y responsable de otras adaptaciones como “Hansel y Gretel” o “Doctor Jekyll y Mr. Hyde” (ésta última reeditada por ECC hace algunos años y todavía fácil de conseguir). De “La habitación cerrada” se encargaría el propio Paul Karasik.
Tres artistas diferentes, tres estilos propios, una sola historia fruto de un experimento multidisciplinar, con un resultado tan abrumador como fascinante. Mazzucchelli realiza un trabajo que quita el aliento gracias a la riqueza de recursos de los que hace gala. Desde metáforas visuales pasando a la maestría con la que maneja los claroscuros. De ahí pasamos a Mattoti, que deforma la narrativa a su antojo alternando el relato ilustrado con páginas con composición de viñetas más clásicas. De esta forma juega con el lector, le coge de la mano y le da un paseo por este rico universo marcando el ritmo con el que debe ir desentrañando el guion. Por último, Kasarik termina de rizar el rizo con un plantel sin fin de juegos gráficos que hacen fluir la historia por varios caminos paralelos.

Aunque estamos ante una obra enmarcada dentro del citado género policíaco, la “Trilogía de Nueva York” trasciende de las etiquetas. Sí, tiene un desarrollo que se sigue hasta su conclusión lógica. Pero aquí lo que importan son las paradas, la manera en que los autores saben captar el espíritu de la obra original para desarrollar esa radiografía del alma humana acompañada de una reflexión sobre el fracaso y las oportunidades perdidas.
A decir verdad, definir “La trilogía de Nueva York” se me antoja como una tarea francamente difícil. Tirando de tópico, me atrevería a decir que casi mejor es algo que debéis descubrir vosotros mismos. Entrad en la obra, descubrid a sus personajes con muchas capas, dejaos atrapar por su mundo, por su atmósfera y recorred el camino junto a ellos. Estoy seguro de que disfrutaréis del viaje.
La edición de Planeta/Seix Barral es impecable. Cartoné con sobrecubierta y un papel de un gramaje adecuado para disfrutar como es debido del blanco y negro de este original noir. Además, el precio de 26 euros me parece muy ajustado teniendo en cuenta que estamos ante un volumen de más de cuatrocientas páginas.

Mucho tiene que cambiar la cosa para que no se acabe colando en mi Top 12 de este año 2025.

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