
Muere el escritor y crítico literario José María Guelbenzu a los 81 años
Colaborador de EL PAÍS, publicó este año su última novela, ‘Una gota de afecto’, un homenaje a los clásicos del siglo XIX

El escritor y crítico literario José María Guelbenzu, colaborador de Babelia, el suplemento de Cultura de EL PAÍS, ha fallecido este viernes a los 81 años, en Madrid, ha sabido este periódico de fuentes familiares del autor. Guelbenzu, nacido en Madrid, en 1944, había publicado su última novela esta primavera la última de sus 26 novelas, titulada Una gota de afecto, un homenaje a escritores clásicos del siglo XIX.
Guelbenzu empezó muy joven en la literatura tras dejar los estudios de Derecho. En su obra destaca la ficción policiaca,género en el que creó una saga de 10 títulos protagonizados por el personaje de la juez de instrucción Mariana de Marco. El primero de esta serie fue, en 2001, No acosen al asesino. El ciclo lo terminó en 2022 con Asesinato en el Jardín Botánico (Destino). Cada una de las novelas exploraba un caso distinto y su protagonista evolucionó y creció desde los 39 a los 50 años.
Fue también un ávido lector de novelas policiacas clásicas y las defendió como “la gran coartada para hacer crítica social” aunque también criticó que se convirtieran en “el refugio de demasiados autores mediocres incapaces de defenderse en otros ámbitos narrativos y que en el fondo no tienen nada que aportar a la literatura”. Describió en este diario la historia y evolución del género nacido en la Europa de entreguerras: “Estos libros trataban de alegrar, establecían un juego con normas para que el lector pudiera descubrir quién era el asesino, lo que en el mundo anglosajón llaman Who Dunnit. En los años cuarenta, Dashiell Hammett saca los crímenes del círculo cerrado de un entorno familiar o de amigos y los lleva a la calle”.
Siempre puso singular atención a la narrativa del XIX, que reflejó a manera de homenaje en su último libro. En él, la historia del género está presente por doquier en una destilación de los motivos y procedimientos de esa narrativa. Su editora Ofelia Grande (Siruela) reconoció en este diario que cuando el escritor le entregó el texto, le dijo: “Creo que con esto ya he escrito todo lo que tenía que escribir”.
Guelbenzu llegó a su profesión por vocación. “Tenía claro que iba a escribir desde pequeño, desde que hacía un periódico en casa para que lo leyera la familia”, contó alguna vez el autor que se incorporó con 20 años a la revista Cuadernos para el diálogo y que, desde entonces, colaboró en publicaciones, además de periódicos y revistas literarias. En este periódico publicó más de 1.000 piezas, que pueden consultarse en la hemeroteca digital, y fue una firma estable del suplemento Babelia desde su creación. También dirigió la editorial Taurus entre 1977 y 1988, y Alfaguara, de 1982 a 1988, año en que pasó a dedicarse en exclusiva a la literatura.
Con apenas 22 años escribió El mercurio, un libro con el que fue finalista en 1967 del Premio Biblioteca Breve, que finalmente se llevó Carlos Fuentes. Después ganó el Premio de la Crítica de Narrativa (1981), el Premio Internacional de Novela Plaza & Janés (1991), el Premio Fundación Sánchez Ruipérez de Periodismo (2007) y el Torrente Ballester de Narrativa (2010).
Los restos mortales de Guelbenzu estarán este viernes por la tarde en el Tanatorio de la Paz, en Madrid, según ha comunicado su familia, para los amigos que quieran darle su último adiós.
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