Larry Clark responde a la polémica
Por Martín Fossati
Lo largaron en una jaula de llena de tiburones y cerraron la puerta. Esta imagen resume la rueda de prensa de Larry Clark, en el Museo de Arte Moderno de París, el jueves pasado. Los medios fueron invitados a ver la retrospectiva del fotógrafo y cineasta estadounidense un día antes de la inauguración oficial. Todos los reporteros estaban ansiosos por conocer la reacción del artista frente a la polémica decisión de la alcaldía de París de prohibir el acceso a la muestra a los menores de edad.
Me pasé toda la semana repitiendo lo mismo: hago las fotografías para mí mismo y para los adolescentes. Me parece que mi trabajo les llega, que lo entienden y me encantaría que pudiesen verlo. Pero como están las cosas hoy, no van a poder entrar a la muestra. Sin embargo estoy seguro que de alguna forma se las va a ingeniar para ver las fotos: cuando le dicen a un chico que no puede hacer algo, éste hace todo lo contrario. Creo que hay muchos adolescentes que van a poder entrar: los jóvenes de 16 años parecen de 18.
Esta polémica no es sobre mi persona, ni sobre mi trabajo, por lo que no puedo decir mucho al respecto. Estoy contento de poder hacer esta retrospectiva, de ver mi obra colgada en las paredes del museo. Mis exposiciones atraen mucha gente que nunca ha estado en un museo. Por eso me hubiese gustado que la muestra estuviera abierta a los adolescentes, que quizás nunca van a un museo, para poder sensibilizarlos al arte. Pero es lo que hay.
-¿Esta decepcionado con la publicidad que recibió su muestra gracias a la restricción de la alcaldía de París?
Esta polémica no es algo que sobre lo que tenga control alguno, simplemente sucede de esta manera.
Usted ha enfrentado la censura una y otra vez durante los últimos cuarenta años ¿Esto demuestra que la moral no ha evolucionado en las ultimas cuatro décadas?
Creo que las cosas han cambiado. Cuando yo era un niño, uno no podía ver nada y era muy difícil obtener cualquier tipo de información. Si uno hacia una pregunta, te pegaban una bofetada, por más que uno dijese algo interesante. Hoy por hoy, con Internet, los jóvenes tienen acceso a cualquier cosa que les interese.
-¿Qué pueden aprender los jóvenes en su muestra?
Me parece que mis fotos hablan el mismo idioma que los jóvenes. Para ellos, mi trabajo es real, no es una farsa. Miran mi obra y se dicen: “quizás esta foto no habla sobre mi vida en particular, pero representa bien lo que se siente ser un adolescente”. Por ello mi trabajo tiene éxito. Por eso muchas generaciones de jóvenes han visto mis películas, como “Ken Park” y “Wassup Rockers”. Porque es real.
Mi adolescencia no fue un momento feliz, pero justamente fue esta infelicidad lo que me llevó a interesarme en este período de la vida, para ver cómo lo viven otras personas. Cuando uno mira esta retrospectiva, que cubre 48 años de trabajo, se da cuenta que representa un todo coherente, con sentido.
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