miércoles, 31 de agosto de 2016

Juan Gabriel / Querida



Juan Gabriel

QUERIDA

Querida
Cada momento de mi vida
Yo pienso en ti más cada día
Mira mi soledad
Mira mi soledad
Que no me sienta nada bien
Oh ven ya


Querida
No me ha sanado bien la herida
Te extraño y lloro todavía
Mira mi soledad
Mira mi soledad
Que no me sienta nada bien
Oh ven ya


Querida
Piensa en mí sólo un momento y ven
Te das cuenta de que el tiempo es cruel
Y lo he pasado yo sin ti
Oh ven ya, ah ah


Querida
Hazlo por quien más quieras tú
Yo quiero ver de nuevo luz
En toda mi casa


Oh oh querida
Ven a mí que estoy sufriendo
Ven a mí que estoy muriendo
En esta soledad
En esta soledad
Que no me sienta nada bien
Ven


Querida,
Por lo que quieras tú más ven
Más compasión de mi tú ten
Mira mi soledad
Mira mi soledad
Que no me sienta nada bien


Querida
Querida
Dime cuando tú
Dime cuando tú
Dime cuando tú vas a volver 
Dime cuando tú
Dime cuando tú
Dime cuando tú vas a volver


Querida
Querida
Dime cuando tú
Dime cuando tú
Dime cuando tú vas a volver 
Dime cuando tú
Dime cuando tú
Dime cuando tú vas a volver


Ven a mi soledad, tú
Yo no puedo ni me quiero olvidar
Dime cuando tú, hey tú
Dime cuando tú, hey tú





DE OTROS MUNDOS



Juan Gabriel / Lo que se ve no se pregunta / 14 frases






Juan Gabriel

Juan Gabriel

LO QUE SE VE NO SE PREGUNTA

14 frases de Juan Gabriel que podrían ser letras de sus canciones

El Divo de Juárez no sólo nos dejó un gran repertorio musical sino una larga lista de sabias frases sobre la música, la fama y el amor

MÓNICA CRUZ 29 AGO 2016 - 09:39 COT


Pocos son los mexicanos que no se saben por lo menos una canción de Juan Gabriel, el cantautor mexicano que falleció el 28 de agosto de un infarto. Las letras de sus grandes éxitos, algunas alegres y otras desgarradoras, pueden emocionarte, ponerte de buenas, reconfortarte o hasta hacerte llorar. Pero Juanga también era capaz de inspirar a sus admiradores sin cantar. Durante sus conciertos y escasas entrevistas con la prensa, el cantautor compartió algunas reflexiones sobre su vida y su carrera que bien podrían ser parte de alguna estrofa en sus canciones.

Juan Gabriel / Dos hombres, una vida

Juan Gabriel
Juan Gabriel
DOS HOMBRES, UNA VIDA


Alberto Aguilera Valadez y Juan Gabriel tuvieron que habitar en el mismo cuerpo. Ambas personalidades tan diferentes hicieron posible la existencia de una de los ídolos de la música mexicana.

El Espectador
29 de agosto de 2016

Que fue abandonado en un orfanato a los cinco años se sabe. Que aprendió a tocar piano y guitarra con Juan Contreras, el carpintero del lugar, se sabe. Escribió Yo no nací para amar, esa canción que es un himno, escondido en una de las habitaciones del albergue infantil. Fue de sus primeras composiciones: un canto que parece enmarcar la historia de abandono que sufrió en su niñez. Se sabe, también, que comenzó a cantar como Adán Luna en el bar Noa Noa, en Ciudad de Juárez. Pero fue en 1971 cuando esa historia, la de Alberto Aguilera Valadez, se conoció. En 1950 nació Juan Gabriel.

Ray Bradbury / No han visto las estrellas

Egon Schiele, 1914
Ray Bradbury
NO HAN VISTO LAS ESTRELLAS
Traducción de Patricio Canto


No han visto las estrellas,
ni una, ni una siquiera
de todas las criaturas de este mundo
en todas las edades desde que las arenas tocaron
/por primera vez el viento
Ningún animal, ni uno siquiera
entre todos los animales se ha parado
en pradera, en llano o en colina
y ha conocido la emoción de ver esos fuegos;
nuestras almas admiran lo que ellos nunca, nunca
/conocieron.
Millones de años que giran las esferas
pero ni una sola vez en todos esos años
un león, un perro, un pájaro que hiende los aires
ha mirado eso. ¡Oh, Dios! ¡Las estrellas!
¡Ninguno ha mirado!
Como si el tiempo todo nunca hubiera sido,
ni Universo, ni Sol, ni Luna o simple luz de la mañana.
La tragedia de ellos fue muda y ciega. Aún lo es.
/¿Nuestra vista?
Sí, ¿la nuestra? Saber ahora lo que somos.
Pensar en esto y después elegir: y ahora… ¿qué?
Nacer en la áspera Tierra, habitar un escenario, que,
con todo lo que contiene, apenas visto queda
/borrado, obnubilado
como si todos estos milagros nunca hubieran sido.
¿Vastos remolinos de sonora luz, de fuego y hielo,
apenas vistos y ya perdidos?
¿Y nosotros, con nuestra carne frágil y los nuevos
/ojos de Dios
que se elevan y abarcan e indagan los cielos?
Contemplamos las estaciones sucediéndose en la
/marea lunar
y conocemos los años, recordando lo que ha
/muerto.
Oh, sí. Tal vez hubo pájaros que algunas noches
sintieron que Orión se levantaba y afinaron el vuelo
virando al sur,
porque hay mapas de estrellas grabados en sus
/dulces sueños de amor,
y así parece.
Sí, pero ¿ver?  ¿ver y conocer realmente?
Y, al conocer, querer tocar esos fuegos,
crecer hasta que la poderosa frente del alto hombre
/de Lamarck
domine los terremotos, golpee la Luna,
se extienda hasta Marte y los anillos de Saturno;
y mientras crece aspire a enseñar
a las demás criaturas
a volar con sus sueños y no con viejas alas.
Pensad en esto, pues. ¡Somos los primeros! Los
/únicos.
a quienes Dios ha honrado con sus soles que
/surgen.
Para nosotros los dones: Aldebarán, el Centauro,
/nuestro vecino Marte.
Despertaos, dice Dios. Mirad eso. Id por ellas.
Las estrellas. Oh, Dios, muchas gracias. ¡Las
/estrellas!

Ray Bradbury/Aldo Sessa. 
FANTASMAS PARA SIEMPRE. 
Luis de Caralt Editor. S.A.




martes, 30 de agosto de 2016

Juan Gabriel / Más grande que su música

Juan Gabriel

Juan Gabriel

Más grande que su música

Cosas que aprendí viajando a México: que bajo ningún concepto, aunque estuvieras rodeado de modernos y rockeros, podías burlarte de Juan Gabriel


DIEGO A. MANRIQUE
29 AGO 2016 - 17:10 COT

Cosas que aprendí viajando a México: que bajo ningún concepto, aunque estuvieras rodeado de modernos y rockeros, podías burlarte de Juan Gabriel. El país entero había alimentado su fibra emocional con las canciones del Divo de Juárez, interiorizando su brava historia de chico pobre hecho a si mismo. Y ninguna broma con su sexualidad.
Juanga era el punto en que discrepaban los que mantenían una visión jerárquica de la República y los que apostaban por asumir la realidad. En 1990, el conflicto estalló cuando anunciaron que Juan Gabriel actuaría en el Palacio de Bellas Artes capitalino, entre murales de Rivera, Siqueiros y Orozco. Toda una conmoción: se veía como una degradación, el triunfo de la estética Televisa.

De donde son los cantantes / Mi vida es una canción de Juan Gabriel


Juan Gabriel
Plaza Garibaldi, Ciudad de México, 2012
Fotografía de Triunfo Arciniegas


DE DONDE SON LOS CANTANTES

“Mi vida es una canción de Juan Gabriel”

México sale a la calle para despedir al último gran ídolo de la canción popular


DAVID MARCIAL PÉREZ
México 29 AGO 2016 - 16:32 COT




Homenaje a Juan Gabriel, en la cantina Tenampa. VÍDEO: EL PAÍS | FOTO: SAÚL RUIZ
Juan Gabriel (2015)
“Mi prima se llama Luisa María porque esa es la canción favorita del papá”, dice Leonor Aguirre. “Mi hijo escucha toda las mañanas sus rolas. Es gay y se siente muy identificado con su música”, dice Jésica Montero. “Cuando me abandonó el papá de mi hijo, me encerré en casa y estuve llorando y escuchando de seguido sus discos”, añade Lucía Ramírez. “Aún amo a ese cabrón. Mi vida es como una canción de Juan Gabriel”.
Extasiados, dolientes y compungidos, un remolino de cuerpos y voces cantaba este domingo por la tarde al ídolo muerto por sorpresa, fuera de México, en California, entre concierto y concierto. Alrededor de su estatua en la plaza Garibaldi, un Juan Gabriel esbelto y de bronce, se corean sus canciones en bajito, como los salmos de una misa.

De donde son los cantantes / Juan Gabriel es un estado del alma


Juan Gabriel en el Paseo de la Fama en Hollywood,
el 10 de mayo de 2002.
Foto de 
ROBERT GALBRAITH

DE DONDE SON LOS CANTANTES

Juan Gabriel es un estado del alma

Su padre enloqueció, se crió en una institución social, fue encarcelado, pero el cantante siempre fue fiel a sí mismo: a un incendio melódico que es (y será) espejo de México


JAN MARTÍNEZ AHRENS
México 29 AGO 2016 - 04:01 COT

Era y es un sentimiento. Juan Gabriel, mucho más que una voz, un compositor o un símbolo, fue un estado del alma. A veces dulzón y cálido, otras roto y llorado. Pero siempre fiel a sí mismo, a un incendio melódico que a lo largo de seis décadas nunca se apagó y que es (y será) espejo de México.
Nacido el 7 de enero de 1950 en Parácuaro (Michoacán), Alberto Aguilera Valadez tocó las teclas del alma mexicana como muy pocos a lo largo de su historia. Y no fue fácil. En un país de sangre y tormento, Juan Gabriel parecía destinado a estrellarse contra el muro de los prejuicios. Frente a las canciones de pelo en pecho, su presencia felina, sus ademanes delicados, sus imposibles y vaporosas camisas, le hacían el candidato perfecto para el escarnio. Pero nada de ello le frenó. Con su música, un desbordante maridaje de guitarras y almíbar, logró quebrar toda resistencia. Por encima de tendencias políticas, más allá de regionalismos e incluso de gustos, hizo de sí mismo un sentimiento compartido en el que gran parte del país se reconocía. Sus conciertos eran acontecimientos masivos que duraban horas y concitaban olas de un entusiasmo ciclópeo. En esos momentos, excesivo y polícromo, era el rey.

lunes, 29 de agosto de 2016

Amores y naufragios / Zelda y Scott Fitzgerald y la resaca de los felices veinte


AMORES Y NAUFRAGIOS

Zelda y Francis Scott Fitzgerald: 

la gran resaca de los felices veinte

La pareja se casó en 1920 en plena apoteosis erótica y literaria. Lo tuvo todo y todo lo perdió




Zelda Sayre y Francis Scott Fitzgerald, en 1921, un año después de su boda. / COLECCIÓN EVERETT
Ni antes ni después, ninguna pareja literaria se codeó con las estrellas como ellos. Tampoco ninguna se despeñaría tan estrepitosamente a la vista de todos. Zelda Sayre y Francis Scott Fitzgerald pasaron del cielo al infierno sin estaciones intermedias. Se amaron mucho y parecieron detestarse aún más, aunque entre sus días de rencor se colaban rayos de ternura y nostalgia. Se bebieron los felices años veinte en todos los sentidos, y acabaron roídos por mezquindades, penurias, adicciones y enfermedades, el signo de los tiempos que arrancaron con elcrashde 1929 y desembocaron en la hecatombe mundial de 1940.

Amores y naufragios / El crash de Zelda y Scott

Zelda Sayre y Francis Scott Fitzgerald

AMORES Y NAUFRAGIOS

El 'crash' de Zelda y Scott


Simbolizaron una época de excesos y libertades, pero también el crash que rompió el mundo a finales de los años veinte. El mito de Zelda Sayre y Francis Scott Fitzgerald vuelve al primer plano literario con la novela Alabama Song, del francés Gilles Leroy. 

Por Guillermo Altares
17 de enero de 2009
Fueron los símbolos máximos de una época en la que pareció que todo era posible, una era que respiraba alcohol prohibido y foxtrot, en la que se empezó a forjar nuestra libertad, un tiempo de felicidad artificial entre el horror de la Primera Guerra Mundial y la barbarie de la Segunda en la que el mundo creyó que podría conseguirlo. Y también encarnaron elcrash del 29, cuando el espejismo se rompió en mil pedazos y el mundo se precipitó al vacío. Pero Zelda Sayre (1900-1948) y Francis Scott Fitzgerald (1896-1940), Scott y Zelda, son mucho más que eso, más que la Generación Perdida; representan el mito de la pasión y del desamor, de la literatura que se funde con la vida, simbolizan el éxito y la tragedia, la decadencia y la caída, el alcoholismo y la locura. Y demuestran, como Rimbaud o como Salinger, que la literatura necesita leyendas.


Scott Fitzgerald_Zelda Sayre

Cioran / Scott Fitzgerald



E.M. Cioran
LA EXPERIENCIA PASCALIANA
DE UN NOVELISTA NORTEAMERICANO:
SCOTT FITZGERALD


La lucidez es en algunas personas un don primordial, un privilegio e incluso una gracia. No tienen necesidad alguna de adquirirla: están predestinados a ella. Todas sus experiencias concurren para hacerles transparentes a sí mismos. Aquejados de clarividencia, ésta les define tanto que la padecen sin sufrir. Si viven en una crisis perpetua, la aceptan naturalmente pues es inmanente a su existencia. En otras personas, por el contrario, la lucidez es un resultado tardío, el fruto de un accidente, de una fractura interior sobrevenida en un momento dado. Hasta entonces, encerrados en una agradable opacidad, se adherían a sus evidencias sin sopesarlas ni descubrir su vacío. Y de repente un día se encuentran desengañados y como lanzados, a pesar de ellos mismos, en la carrera del conocimiento, tropezando entre verdades irrespirables, para las cuales nada les había preparado. De ahí que sientan su nueva condición no como un favor, sino como un “golpe”. A Scott Fitzgerald nada le había preparado a afrontar o soportar estas verdades irrespirables. El esfuerzo que hizo para acomodarse a ellas no carece de patetismo. 

domingo, 28 de agosto de 2016

Amores y naufragios / Philip Roth y Claire Bloom

Philip Roth y Claire Bloom

AMORES Y NAUFRAGIOS

Philip Roth y Claire Bloom: 

¿Quién se queda la mesita auxiliar?

Tras 17 años de convivencia, el escritor y la actriz se divorciaron al estilo de los Rose, con abogados, rencores y golpes bajos



La actriz Claire Bloom y el escritor Philip Roth, en la casa de Connecticut en 1983. / INGE MORATH (MAGNUM PHOTOS)
Durante un paseo frente al Tirreno, la actriz Claire Bloom se volvió hacia su amigo, el escritor Gore Vidal. Le preguntó si le parecía buena idea una relación con Philip Roth.
—Ya has sufrido el mal de Portnoy [en alusión a su catastrófico matrimonio con el productor teatral Hillard Elkins]. No te líes ahora con Portnoy.

Philip Roth / Las pantallas nos han derrotado

Philip Roth
Philip Roth

"Las pantallas nos han derrotado"


Philip Roth es el escritor que encarna como nadie la rabia y el inconformismo de América. Con su nueva novela, Sale el espectro, desmenuza sus fantasmas en plena era de Bush

Las herramientas de la escritura varían según los casos. El lenguaje es la caja de utensilios común de la que todos sacan lo necesario. Pero siempre hay algo que diferencia a unos de otros. En el caso de Philip Roth es la rabia. Puede que ése sea el elemento más idóneo para definir la obra de uno de los escritores vivos que más han marcado en las últimas tres décadas a sus contemporáneos. Pero no se trata de una rabia estéril, de una rabia ciega. Es una rabia que aporta, que construye, que nos ayuda a vivir; una rabia que nos afloja los nudos que llevamos atados al cuello.
En las novelas y en los libros de Roth no hay mucha esperanza: No quiero que la tengan, comenta él mismo, sentado en una estrecha sala de reuniones de la agencia Wylie, la del hombre conocido como El Chacal, que maneja su carrera literaria desde un despacho de la calle 57, en Manhattan. Es un lugar frío donde ni el hecho de que la calefacción funcione a tope consigue despegar el hielo de las paredes.

Philip Roth / Diez libros imprescindibles

Philip Roth según Anderea Ventura


Philip Roth

DIEZ LIBROS IMPRESCINDIBLES

1- «Pastoral Americana»:

Seymour Levov, modelo a seguir por todos los muchachos judíos de New Jersey, gran atleta y mejor hijo, sólido heredero de la fábrica de guantes que su padre levantó desde la nada, ha rebasado la mitad del siglo XX sin conflictos que puedan estropear su dorada Arcadia, una vida placentera que comparte con su mujer Dawn, ex Miss New Jersey, y con su hija Meredith. Y es en este preciso momento,con su vida convertida en un eterno día de Acción de Gracias en el que todo el mundo come lo mismo, se comporta de la misma manera y carece de religión, cuando el Sueco Levov verá derrumbarse estrepitosamente todo lo que le rodea.

2- «El Lamento de Portnoy»:

El largo relato que de sus frustraciones y complejos hace el protagonista, Alexander Portnoy, durante sus sesiones de psicoanálisis. Desde su crecimiento en un típico hogar judío de clase media en la Nueva Jersey de los años cuarenta, hasta su despertar sexual y el desasosiego que le provocan sus problemáticas relaciones con las mujeres, nada escapa a su agudo análisis y amarga autocrítica. Una lúcida e irónica visión, tremendamente divertida, de las costumbres y psicología judías, y del desmoronamiento del sueño americano.

sábado, 27 de agosto de 2016

Rodrigo Fresán / El chiste inmortal de Foster Wallace cumple 20 años

David Foster Wallace
Poster de T.A.
El chiste inmortal de Foster Wallace cumple 20 años

Se reedita, dos décadas después de su publicación, ‘La broma infinita’, la gran novela del escritor estadounidense, el “Kurt Cobain de la literatura” que se suicidó en 2008


RODRIGO FRESÁN
20 AGO 2016 - 17:06 COT

Un fantasma recorre Europa (y el resto de los continentes) y ese fantasma es el de David Foster Wallace. Y su cada vez más vital espectro (su cuerpo nacido en 1962, su alma estrenada en 2008, previo veloz trámite de suicidio) reaparece sosteniendo en sus manos las sagradas escrituras de la novela por la que es más y mejor recordado y, tal vez, peor comprendido y más apresuradamente inmortalizado.
La broma infinita, publicada en 1996, aquí y ahora, figurando en toda lista sobre los hitos jóvenes del fin/comienzo de milenio literario (junto a American Psycho, de Bret Easton Ellis, quien considera a Wallace un farsante sobrevalorado). La broma infinita no pasa de moda porque es una moda en sí misma, y en la web Literary Hub (http://lithub.com/infinite-jest-around-the-world/) puede seguirse su tránsito sin fronteras. Uno de esos libros —como Tristram Shandy,Moby DickEl hombre sin atributosUlises o En busca del tiempo perdido— que permanecen, incluso aunque ni se los abra, en mesas junto a la cama o en listas de promesas a incumplir para el año nuevo. Un tótem/fetiche que se divide entre adoradores u odiadores, entre los que juran por él o lo maldicen, entre los que lo consideran una inventiva Gran Novela Americana o nada más, y nada menos, que el invento de otra novela grande Made in USA.