domingo, 30 de junio de 2024

Sondra Locke: la tragedia de ser "la chica de Clint"






Sondra Locke en 'Ruta Suicida', dirigida por Clint Eastwood



Sondra Locke: la tragedia de ser "la chica de Clint"

Clint Eastwood fue su amante y su jefe durante 13 años, hasta que ella intentó independizarse profesionalmente.


Sondra Locke, nominada al Oscar y protagonista de varias películas junto a Clint Eastwood, que fue su amante y su enemigo, murió a los 74 años hace un mes en su casa de Los Ángeles. La causa: fallo cardiorrespiratorio como consecuencia del cáncer de huesos y mama que padecía. Sin Eastwood, estaríamos escribiendo otro tema muy distinto: Locke era una gran actriz, que empezó con buen pie en el cine. Debutó junto a Alan Arkin en el drama El corazón es un cazador solitario, con la mejor bienvenida posible en Hollywood: una nominación al Oscar a mejor actriz secundaria.

Catapultada al éxito instantáneo, su vida y su carrera cambiarían para siempre cuando en 1976 protagonizó junto a Clint Eastwood el western El fuera de la ley. Ambos actores empezaron una relación durante el rodaje, que se prolongaría durante 13 años y cinco películas más, la última de ellas Impacto Súbito(1983), de la serie Harry el sucio. Una relación que acabaría en pleitos y que cercenaría la carrera de la actriz y directora porque, como señalaba en su libro de 1997 The Good, the Bad and the Very Ugly, trabajar para Eastwood te separaba del resto de Hollywood. De hecho, tras dos películas con él, dejaron de llegar guiones y propuestas porque "todo el mundo asumía que Eastwood me tenía en exclusiva".

Locke contaba su versión de aquellos años de romance, que incluían varias infidelidades (la propia relación de Locke y Eastwood, que vivían juntos mientras Eastwood todavía estaba casado con Maggie Johnson, su primera esposa), abortos forzados y aislar a la joven actriz del resto de Hollywood. Locke afirmaba que la razón de que Eastwood y ella terminasen enfrentados fue porque ella quería labrarse una carrera más allá de las películas de Eastwood, un deseo que incluía dirigir sus propias películas. Algo que consiguió en dos ocasiones: con Ratboy (1986) y con Impulse(1990).

"Sabia que si lo haría, pondría nuestra relación en peligro", le contaba Locke al Washington Post hablando de su deseo de hacer películas al margen de Eastwood. "Y cuando lo hice, fue el principio del fin".

Para 1989, no es que la relación estuviese rota, es que Eastwood llevaba años manteniendo otra amante en secreto: la azafata Jacelyn Reeves, con la que tuvo dos hijos a espaldas de Locke. Sin embargo, Locke afirmaba que había pasado por dos abortos en esos 13 años, porque Eastwood había sido bastante tajante al decirle que no quería más hijos. Eastwood, a lo largo de su vida, ha tenido hijos con cinco mujeres distintas.

En abril de ese año, durante el rodaje de Impulse, Locke volvió a la casa donde vivía con Eastwood sólo para encontrarse con que el actor y director había cambiado las cerraduras y empaquetado todas sus cosas. Locke le demandó. En su declaración, Eastwood dijo que ella no había sido más que "una compañera de piso ocasional... durante 10 años". Ambos llegaron a un acuerdo extrajudicial, en el que Locke consiguió un contrato de 1,5 millones de dólares y tres años con Warner para proponer posibles películas como directora.

Pero según pasaron los años, el acuerdo quedó en nada. Entre 1990 y 1993, como señalaba su abogada Peggy Garrity, Locke propuso 30 películas distintas. Todas rechazadas. Algo que llevó a Locke y a Eastwood de nuevo a los tribunales, porque la actriz y directora afirmaba que Eastwood la había estafado, y que no había cumplido con su parte del acuerdo. Terry Semel, por entonces director ejecutivo y copresidente de Warner, declaró que el acuerdo no incluía ninguna garantía de que esas películas llegasen a producirse, y que tampoco la ataba: si quería Locke podía proponer sus películas a otros estudios. En su testimonio, Eastwood declaraba sentirse una víctima. “Me sentí como si me estuviera extorsionando socialmente, llámalo chantaje o llámalo como quieras”. En 1996, el caso se resolvió con un acuerdo por una cantidad desconocida. Locke declaró tras el acuerdo que era una advertencia "alta y clara" a Hollywood de que "la gente no puede hacer lo que quiera y salirse con la suya sólo porque tengan poder".

En el Post, Locke hablaba sin tapujos del padecimiento que reflejaba en su libro. "Habrá quien diga 'Él la hizo famoso, le dio sus películas'. Él no me 'dio' nada: yo hacía un trabajo. No me hizo famosa. Nunca fue mi fama, sino la suya. Yo era la chica de Clint. Tenía todas las de perder, profesionalmente hablando". Locke todavía dirigiría dos películas más, pero de escasa repercusión: Death in Small Doses (1995) y Trading Favors(1997). También siguió actuando: su último papel fue coprotagonizar la comedia romántica Ray meets Helen (2017), de Alan Rudolph, junto a Keith Carradine.



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