Jean Rochefort |
Jean Rochefort: "Mi preocupación es parecer siempre diferente"
El actor de 'El marido de la peluquera' presenta un filme de Philippe Lioret
San Sebastián 21 SEP 1993
Veterano -y al mismo tiempo fresquísimo- actor del cine francés, Jean Rochefort es conocido en nuestro país, sobre todo, a raíz de su genial interpretación en El marido de la peluquera, pero tiene más de 80 películas en su haber, con realizadores como Yves Robert, Bertrand Tavernier o Philippe de Broca. En San Sebastián presenta un filme de Philippe Lioret en el que se convierte en un indocumentado perdido en un aeropuerto. "Mi preocupación es parecer siempre diferente" afirma.
Irremediablemente abocado a reflejar el mundo en que vivimos, este bretón corpulento y afable ha presentado en la competición oficial la coproducción hispano-francesa En tránsito (Tombée du ciel), de Philippe Lioret, en la que encarna a un hombre que pierde sus papeles en un aeropuerto y se ve sumergido en el caos kafkiano de los indocumentados. "De esta película me atrajo su carácter contemporáneo y de cuento", dice. "Cuando conocí al director, lo encontré simpático y vi que teníamos puntos en común". Muchos de los personajes de su carrera poseen un carácter iconoclasta. "Pienso que se debe a mi verdad biológica y morfológica. Pero mi preocupación es parecer diferente siempre que sea posible". Reconoce la importancia que para él tiene El marido de la peluquera, "una película que ha disfrutado de reconocimiento mundial. Mucho menos en Francia, y no sé por qué. Puede que su barroquismo haya chocado con el cartesianismo francés típico".
Cree que el cine francés actual está vivo y es rico y activo, creativo. "Hay muchos jóvenes de enorme talento, aunque mi inquietud es que sean devorados por los norteamericanos. Acabo de hacer una película con un debutante interesantísimo, pero nadie ha ido al cine: todo el mundo se va a ver El fugitivo y todo eso. Entonces queda el consuelo de verla más tarde en televisión, pero no me gustaría que el cine europeo desapareciera de las salas. Aunque la competencia tiene su parte buena: nos obliga a mejorar nuestros productos".
Reconoce que ser actor en Francia es un privilegio: "Allí los actores de cine estamos siempre listos para trabajar en el teatro o la televisión, lo que ocurre con frecuencia. No sólo en París; en todo el país existe siempre la posibilidad de trabajar en una obra teatral interesante. El hecho de que haya un mercado equilibrado, sólido, hace que no seamos víctimas de la ansiedad, que no nos veamos obligados a esperar a que nos llamen", y añade: "Lo que más me interesa en este momento es, cuando hago un filme, no tener la impresión de que ya lo he hecho anteriormente".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 21 de septiembre de 1993
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