miércoles, 1 de abril de 2015

Julio Villanueva Chang / Soy un lector omnívoro y promiscuo




Julio Villanueva Chang

“Soy un lector omnívoro y promiscuo”

Julio Villanueva Chang, fundador de 'Etiqueta Negra', se somete a un carrusel de preguntas


El editor Julio Villanueva Chang. / GUACAMOLE PROJECT
Julio Villanueva Chang nació en Lima el día de Navidad de un año que prefiere no desvelar. En la capital peruana fundó Etiqueta Negra, una de las revistas de crónica más importantes del mundo. También es autor de varios libros, entre ellos uno de perfiles, Elogios Criminales.
Pregunta. ¿Cuál es el último libro que le hizo reírse a carcajadas?
Respuesta. Más que carcajadas, fue una sonrisa multiplicada: La jornada de un periodista americano en 2889, de Julio Verne. Todo libro sobre el futuro, y más sobre el futuro del periodismo, carga un humor involuntario.
P. ¿Qué libros están normalmente en su mesa de dormir?
R. Soy un lector omnívoro y promiscuo: siempre vuelvo a Memorias del subsuelo, de Dostoievski; Mitologías, de Barthes; Poemas humanos, de Vallejo. Y en la misma mesa, puedo tener El pulgar del panda, de Stephen Jay Gould; Hombres en tiempos de oscuridad,de Hannah Arendt; cuentos de Chéjov y de Keret, poemas de Szymborska y Watanabe, crónicas de Villoro o de Luis Tejada, o Why Knot?, un manual de instrucciones sobre cómo hacer nudos, de Philippe Petit.
P. ¿Qué libro le cambió la vida?
R. Aunque nos devuelvan la fe en ella o nos la arruinen un poco, ningún libro por sí solo me cambió la vida. Sí me la han cambiado el humor, la generosidad, la inteligencia, la curiosidad, el talento y la rebeldía de algunas personas.
P. ¿Cuál es su rutina diaria para editar?
R. Dormir no más de cinco horas, comer a deshoras, y estar más o menos nueve horas solo.
P. ¿Qué personaje literario se asemeja a usted?
R. Siempre he estado al otro lado del espejo. A veces más cerca del cómic: de niño quería ser Spiderman, por esos tiempos el único superhéroe que hablaba solo y me hacía sonreír. Incluso cuando caía al vacío con música de suspense.
P. ¿Qué significa ser un editor?
R. Un ignorante experto en hacer buenas preguntas.
P. ¿Qué libro le regalaría a un niño para introducirlo a la literatura?
R. Lo abrumaría con El Libro Guinness de los records de 1977.Luego con Los cachorros, de Vargas Llosa, y cuentos como La insignia y Por las azoteas, de Ribeyro. Después Las aventuras de Sherlock Holmes, de Conan Doyle; Demian, de Herman Hesse y El barón rampante, de Calvino.
P. ¿Cuál es su lugar favorito?
R. En verano, Lima con vistas al mar. Cádiz, en septiembre. Y el lugar común: Nueva York.
P. ¿Qué libro le hubiese gustado haber escrito?
R. La Metamorfosis, de Kafka.
P. ¿Qué cambiaría de usted mismo?
R. Todo, todo, excepto una que otra pregunta.
P. ¿Qué lo deja sin dormir?
R. Mi insomnio y Law & Order.
P. ¿Lo último que compró y le encantó?
R. Una lámpara con luz amarilla.
P. ¿El mejor souvenir que ha llevado a casa?
R. Un paraguas común y corriente que una noche lluviosa me dio Gay Talese al despedirnos en la puerta de su casa.
P. ¿La última música que descargó?
R. Soy un anticuado: compro cds. ¿El último? The name of this band is Talking Heads.
P. ¿Su espacio favorito en su casa?
R. Dos viejas butacas de cine donde me tumbo a leer.
P. ¿Con quién le gustaría quedar atrapado en un ascensor?
R. Con Stephen Jay Gould y la reina del carnaval de Río.
P. ¿Qué es para usted un buen fin de semana?
R. Salir a bailar a medianoche.


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