Juan Carlos I Joan Vizcarra |
Otro año de martirio para la Monarquía
El proceso judicial y la delicada salud del Rey siguen erosionando la imagen de la institución
La Monarquía española no consigue sacar la cabeza fuera del agua. En abril se cumplirán dos años de la aparatosa caída del rey Juan Carlos en Botsuana, un percance que, además de la rotura de cadera del monarca, provocó una grieta en la institución que el caso Urdangarin ha contribuido a ensanchar. El cansancio del rey en su discurso en la Pascua Militar de ayer y la imputación de la infanta Cristina anunciada este martes son los dos últimos capítulos del "martirio".
La polémica cacería de elefantes en Botsuana. El 13 de abril de 2012 el rey Juan Carlos sufre una caída y es operado por cuarta vez en 24 meses. Sucedió cuando cazaba elefantes en Botsuana al tropezar con un escalón cuando se levantó por la noche en el campamento en el que pernoctaba. Las fotos del Monarca durante otras cacerías colgadas en la web de la compañía Rann Safaris provocaron indignación. Su esposa, la reina Sofía, lo visitó cuatro días después de la operación por espacio de 15 minutos. Al salir de la clínica el Rey pidió disculpas públicamente por su comportamiento y aseguró que no iba a volver a ocurrir. Un empresario Saudí pagó la cacería.
Las disculpas públicas. El 18 de abril de 2012, al salir de la clínica, con mirada compungida, un tono de voz bajo y una clara intención de recuperar el favor perdido de la opinión pública, el Rey dijo: “Lo siento, me he equivocado y no volverá a ocurrir”, en referencia a la cacería de elefantes en Botsuana. Días después se supo que un empresario saudí había pagado ese viaje. La Zarzuela aseguró entonces que había informado al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, del viaje del Monarca.
El juez de Nóos investiga correos que implican al Rey. El 17 de abril de 2012, el juez José Castro incorpora a la investigación copias de correos atribuidos al duque de Palma que aluden a supuestas gestiones de mediación del rey Juan Carlos ante empresarios y políticos. Las misivas, aportadas por Diego Torres, socio del yerno del Rey y coimputado en la misma causa, reseñan posibles actuaciones del Monarca, y de su hija Cristina, a favor de las iniciativas privadas y negocios de mecenazgo de Torres y Urdangarin. "SM me comenta que un amigo suyo ha hecho la gestión que pedimos", anota en un correo Urdangarin a Torres. "Tengo un mensaje de parte del Rey y es que le ha comentado a Cristina, para que me lo diga, que le llamará Camps a Pedro", dice en otra comunicación
Las infantas salen del “núcleo central”, de la familia. El 12 de octubre, con motivo de la Fiesta Nacional, los periodistas se sorprendieron porque la infanta Elena no ocupó junto a los Reyes y los príncipes de Asturias un lugar preferente ni participó en el tradicionalbesamanos, la línea de saludo de la Familia Real para recibir a casi un millar de invitados.En los actos de mayor relevancia institucional, la representación de la Familia Real se comenzaría a limitar a su "núcleo central"; es decir, a los Reyes y los Príncipes.
La popularidad de la Corona cae en picado. El mensaje de Navidad del Rey, en el que exhortó a la clase política a cerrar heridas y evitar divisiones, fue el menos visto de los últimos 15 años. El discurso de don Juan Carlos en Nochebuena registró una audiencia media de 6.921.000 de espectadores y el 64,4% de la cuota de pantalla. Desde 1998, el mensaje real perdió dos millones de espectadores, y casi 250.000 respecto a 2011.
El perfil de Urdangarin desaparece. La Casa del Rey eliminó de su web a finales de 2012 el perfil del yerno de don Juan Carlos. Fue la misma semana en que volvió a los juzgados para declarar como imputado —el 23 de febrero, por fraude fiscal— y tras las últimas entregas de la presión por capítulos del exsocio del duque de Palma, Diego Torres. Su estrategia se basó en atacar la imagen de la Monarquía mediante la publicación de correos comprometidos sobre el propio Rey o el asistente de las Infantas, Carlos García Revenga.
El caso Corinna. La princesa Corinna zu Sayn-Wittgenstein, amiga del Rey y relaciones públicas, admite en febrero de 2013 haber realizado trabajos para el Gobierno español “delicados y confidenciales”. Su oferta de trabajo a Urdangarin (que este rechazó), el intercambio de correos con el yerno del Rey y su papel por esos “trabajos”, que dice haber realizado para el Gobierno levantan una densa polémica. Izquierda Unida pide la comparecencia del jefe del Centro Nacional de Inteligencia, Félix Roldán, que da explicaciones a puerta cerrada en el Congreso.
La herencia de Don Juan en Suiza. En febrero, PSOE, UPyD, IU, ICV y BNG preguntan en el Congreso sobre la herencia de 375 millones de pesetas que el Rey recibió de su padre don Juan de Borbón y que según El Mundo se hizo efectiva en tres cuentas suizas que no consta que hayan sido canceladas. La oposición pide saber si esas cuentas tributan y fueron investigadas por Hacienda.
La Monarquía vuelve a suspender en confianza. En el barómetro del CIS publicado el 4 de marzo de 2013 los españoles le dan la nota más baja de su historia: un 3,68 sobre 10; es decir, más de un punto por debajo de su anterior y primer suspenso, en octubre de 2011. Es la institución que más cae en ese periodo. La encuesta (2.482 entrevistas) se realizó entre el 1 y el 8 de abril, en medio de la primera imputación de la infanta Cristina en el caso Nóos.
El juez abre la senda para investigar a la infanta. En mayo, el juez José Castro mantenía en caliente la instrucción del caso Nóos pese al revés que había recibido con el auto de la Audiencia Provincial de Palma de Mallorca que suspendió provisionalmente la imputación de la Infanta Cristina. Castro tomó la decisión de profundizar sobre la actuación de la hija del Rey en una posible defraudación a Hacienda en colaboración con Urdangarin.
El Rey sin "Fortuna". Con 75 años y delicado de salud, en junio de 2013 el Rey se ve en la obligación de renunciar al uso y posesión de su barco, el Fortuna, el último de una serie de buques (tres yates y un velero), todos llamados igual, que le han permitido disfrutar de una de sus principales pasiones: el mar. Lo hace por imperativos de imagen en tiempos de crisis y, probablemente, por recomendación médica para evitar riesgos a su castigada osamenta.
Urdangarin, delatado por sus colaboradores. El cerco judicial contra el yerno del Rey se va estrechando. En junio el juez escucha la declaración de dos arrepentidos: Robert Cockx, supuesto testaferro que facilitó una empresa y una cuenta en Suiza para el cobro de 375.000 euros; y Mario Sorribas, apoderado en la empresa Aizoon, cuya propiedad comparten Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina. La nueva declaración de ambos, confesando los manejos de Urdangarin, deja muy debilitada la posición del duque de Palma ante las graves acusaciones de corrupción que pesan sobre él y sus negocios.
El lío de las fincas. La infanta Cristina tuvo que salir al paso del informe que Hacienda ha entregado al juez del caso Nóos en el que se le atribuye la venta, entre 2005 y 2006, de 13 propiedades inmobiliarias en España que le reportaron unos ingresos de 1,43 millones. A través de un portavoz autorizado, la Infanta dijo: "Esa información es del todo falsa y carece de base". Hacienda terminó admitiendo que se trató de un error con el DNI y el ministro Cristóbal Montoro terminó disculpándose. No obstante, el juez continuó con el estudio de sus gastos para decidir sobre su imputación.
El rey, arropado en Marruecos. Con la popularidad de la institución en sus horas más bajas, Don Juan Carlos viaja a Rabat en una misión comercial que termina en baño de multitudes entre los elogios del rey Mohamed VI a su papel en la transición española.
La Infanta se muda. La presión hace que los Duques de Palma optenpor trasladar a Suiza su domicilio. Tras varios intentos frustrados para encontrar un empleo para Iñaki Urdangarin -el último, en Catar-, finalmente fue La Caixa, para la que la Infanta trabaja desde 1993, quien ha ofrecido la solución: un puesto en Suiza para que doña Cristina gestione los programas que la fundación de la entidad tiene con diversas agencias de la ONU con sede en Ginebra. También allí colabora con la fundación del multimillonario Aga Khan.
Los préstamos millonarios. La familia real no deja de ocupar portadas. En septiembre aflora el préstamo de 1,2 millones del Rey a su hija para la compra del palacete de Pedralbes, una mansión de tres plantas y más de 1.100 metros cuadrados en Barcelona que costó 5,8 millones de euros y en la que los duques de Palma invirtieron supuestamente tres millones de euros más en reformas a través de la sociedad Aizóon.
Otra vez "al taller". El Rey se ve obligado a una nueva operación, la quinta en apenas año y medio, por una infección del tejido que rodea la prótesis que en noviembre de 2012 le fue colocada en el hospital Quirón San José, de Madrid. A una primera intervención el 24 de septiembre, siguió otra, el 21 de noviembre, para cambiarle la prótesis provisional. La recuperación médica del Monarca provocó sus dos ausencias más significativas: por primera vez estuvo fuera en la tribuna del desfile de Doce de Octubre y dejó de acudir a una Cumbre Iberoamericana.
El avión deja tirado al Príncipe. El 25 de noviembre el Príncipe y a la delegación española que iba a acompañarle a un viaje de trabajo a São Paulo (Brasil) se ven impedidos a viajar por un fallo mecánico en el avión.
El discurso de Nochebuena. En su esperado discurso de Nochebuena, el Rey habló de "los casos de falta de ejemplaridad en la vida pública que han afectado al prestigio de la política y las instituciones". Y aquí, según fuentes de La Zarzuela, el Monarca no solo se estaba refiriendo a los interminables episodios de corrupción política, sino también al caso Nóos.
Las dificultades para leer el discurso de Don Juan Carlos. El acto de la Pascua Militar celebrado este lunes tenía su importancia: iba a suponer la reaparición pública del Monarca fuera de Zarzuela desde la última operación. Pero las huellas del cansancio afloraron en su discurso. Por momentos, parecía que el Rey se quedaba sin respiración. En una ocasión dejó escapar un resoplido y dio la impresión de que no iba a continuar leyendo. Finalmente, lo hizo, pero incapaz de disimular el enorme esfuerzo que le estaba costando.
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