viernes, 20 de enero de 2017

La toma de posesión presidencial de los Estados Unidos, ley y tradición

Donald Trump

La toma de posesión presidencial de los Estados Unidos, ley y tradición

  • El profesor Julio Panizo analiza los detalles de la ceremonia que se celebra el 20 de enero


Cada cuatro años, el 20 de enero se convierte en el día más importante del año en Estados Unidos, ya que es la fecha escogida constitucionalmente para la investidura del nuevo presidente del país. Esta vez, el próximo viernes, será nombrado presidente el polémico republicano Donald Trump. Pero, ¿en qué consiste la ceremonia de la toma de posesión presidencial de los EE.UU?
“Hay una parte que está regulada por la constitución y el resto son una serie de tradiciones que se han ido cogiendo con el tiempo”, explica el profesor del Máster en Protocolo, Gestión de Eventos y Relaciones Públicasde la UPF Barcelona School of Management Julio Panizo. Detalla que, desde que se aprobó en 1937, la fecha para la toma de posesión ha sido siempre el 20 de enero a las 12 del mediodía para que “nunca haya un periodo de presidente en funciones”.
Además del cuándo, la constitución también recoge cómo debe hacerse. “El presidente debe jurar o afirmar una frase que recoge la constitución demostrando el compromiso que él adquiere con el país y algunos al terminar añaden ‘dios me guarde’”, cuenta Panizo. “El juramento tendrá que hacerse ante un representante del poder judicial, y este es elpresidente del Tribunal Supremo”.
A partir de aquí, el resto son tradiciones que se han ido acumulando a lo largo de los años. “El día antes de la toma de posesión, el presidente electo y el nuevo vicepresidente realizan una ofrenda floral en el cementerio de Harlington y normalmente dan un primer discurso en el Lincoln Memorial”, expone el profesor.
“Ese día el presidente ya duerme en la Casa Blanca, pero lo hace en la residencia de visitantes. Suelen hacer eso porque en el mismo día de la toma de posesión hay un desayuno con el presidente saliente y también un servicio religioso que puede ser multiconfesional”, declara Panizo. “De esta forma, los dos presidentes se trasladan juntos al Capitolio, donde se realiza la ceremonia, ya que es donde están el Congreso y el Senado y, por lo tanto, donde están representados los cargos electos de los ciudadanos.”
La ceremonia suele acoger a unas 1.000 personas. “Asisten congresistas, senadores, miembros del poder judicial, ex presidentes y permite también que los ciudadanos puedan ir al acto comprando una entrada”, explica el profesor. Desde 1953, después de la ceremonia de la toma de posesión la comisión conjunta de ceremonias organiza un almuerzo.
Una vez terminada la comida, hay un traslado desde el Capitolio hasta la Casa Blanca. “Algunos presidentes lo hacen a pie, otros combinan un trozo a pie y otro en coche y suele durar una hora u hora y media”, expone Panizo. “Allí, el presidente saliente nos deja la imagen de dejar la Casa Blanca en helicóptero, como cuando entró Obama que el presidente saliente George Bush, regresó a su rancho de Texas”. En la misma noche del 20, se tiene la costumbre de realizar un baile inaugural. “Obama en su segundo mandato visitó ocho bailes, mientras que Trump ha confirmado sólo la asistencia a tres”, aclara el experto. “El presidente es quién decide los bailes a los que asiste”.
Se desconoce si Trump seguirá o no las tradiciones que la ceremonia de la toma de posesión ha ido adquiriendo con el tiempo. “Es difícil de predecir, pero imagino que Trump seguirá las tradiciones habituales aunque es posible que no tenga el encuentro con Obama o bien que no se aloje en la Casa Blanca”, sostiene Panizo. “Es algo que yo no aconsejaría desde el punto de vista de imagen porque se tiene marcado de esta forma para beneficiar un traspaso de poderes correctos y, además, debe también tenerse en cuenta que el presidente electo es muy de tradiciones y costumbres, así que dudo que haya cambios radicales”.


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