martes, 24 de octubre de 2006

Jeanette Winterson / Margo Glantz / Dos escritoras a la caza del mito

Margo Glatz

Dos escritoras a la caza del mito

Jeanette Winterson y Margo Glantz dialogan sobre la vigencia de la mitología


JACINTO ANTÓN
Barcelona 24 OCT 2006

El gigante Atlas somos nosotros mismos en el trance de soportar la pesada carga de nuestro pasado y nuestro futuro. El cuerpo satinado de Kate Moss exudando significados de heroína sacrificada evidencia una mitologización de la moda. Son dos demostraciones de la actualidad de los mitos a cargo de sendas grandes escritoras interesadas en escudriñar en la antigua mitología: la británica Jeanette Winterson (Manchester, 1959) y la mexicana Margo Glantz (México DF, 1930). Winterson y Glantz dialogaron ayer en público acerca del asunto, y citaron esos ejemplos, en el marco de un ciclo de encuentros literarios de la Fundación Caixa Catalunya organizado por el también escritor mexicano Sealtiel Alatriste.

Winterson: "Si te rompes una pierna, ve al médico; si es el corazón, a un poeta"

La propia vida de Winterson y Glantz aparece marcada por los mitos. La primera, una autora de extraordinaria sensibilidad cuya obra es devota de Virginia Woolf, es un ejemplo de niña perdida: fue adoptada por una estricta familia evangélica en cuyo seno se la educó para ser misionera. Aunque en sus obras abunda la sexualidad y su celebración, expresada a menudo en complejas metáforas, de aquella singular educación ha conservado una devoción por la palabra, que parece que cincele en sus páginas. Uno de sus libros más hermosos es La niña del faro (Lumen) -voilà Woolf-, maravillosa historia de una niña huérfana y un farero ciego que no es en absoluto ajena al interés mitopoético.
La segunda escritora, Glantz, ostenta en su propia piel los fecundos estigmas de los errantes y no menos mitológicos Heráclidas: hija de judíos ucranios forzados a emigrar, su vida y su producción hacen eco de esa dramática circunstancia (véase su autobiográfica Las genealogías, PreTextos). "El mito helenístico o grecorromano aparece hoy en la moda", sostiene Glantz apoyándose en Barthes. "En la moda se puede apreciar cómo se mitologizan en la sociedad de consumo actual ciertos aspectos de la vida cotidiana". Las modelos, como Campbell y Moss, y el venerado diseñador Armani son expresión del "mito como erotismo consumible", señaló la escritora. Glantz se refirió también a la actualidad del mito que constatan las obras de Calasso o Baricco, y a la mitologización de la pintora Frida Kahlo sobre la base de la iconografía crística.
"Mi trabajo es volver a poner la imaginación en el centro de la vida", dijo ayer Winterson, que hizo un elogio del poder subversivo de la lectura explicando cómo ella encontró salida a su cerrado mundo en las leyendas artúricas. "Vivimos en un mundo fragmentado en diferentes sensaciones y emociones que parecen no casar entre ellas. Lo que un novelista puede hacer es aunar esas sensaciones que se han ido desgajando. En Occidente, desde la Ilustración parece que sólo creemos en una verdad, empírica, pero no es la única, como bien sabían nuestros ancestros". Los griegos, señaló, distinguían entre los mitos, una verdad emocional, interna, y el logos, la realidad con la que operamos en el mundo. "Hay cosas que la ciencia no puede hacer", reflexionó, y ejemplificó: "Si te rompes una pierna está bien que acudas al médico, pero si te rompen el corazón harías bien acudiendo a un poeta".
En La carga (Salamandra), Winterson, cuya compañera sentimental, dice, le reprocha tener "complejo de Atlas", revisa el mito del gigante condenado a aguantar el mundo. A partir del mito, que trata a su aire -el titán se encuentra con la perrita espacial Laika; el rijoso Hércules traza la espesa blancura de la Vía Láctea en una colosal eyaculación-, la escritora reflexiona acerca de si la vida es "un regalo o una carga". Al final de su relato, Atlas deja de sostener el mundo... y éste sigue aguantándose por sí solo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 24 de octubre de 2006

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