sábado, 27 de septiembre de 2025

Julio César Londoño / Fluidez y poesía

 


Julio César Londoño
Fluidez y poesía

9 de agosto de 2025

El éxito de un texto literario es un fenómeno aleatorio, una felicidad que depende de muchos factores, incluso de la calidad literaria del texto. Pero si me pidieran una fórmula mínima, si me dicen redúzcalo todo a dos factores, yo diría que los básicos son la fluidez y la poesía. Trataré de explicarme aquí, aunque ya preveo que acertaré con la primera y fracasaré con la segunda (la poesía es una vibración del espíritu que no se deja codificar).

La fluidez es una cortesía del autor con el lector. Se logra con síntesis, claridad, sintaxis natural, frases no muy largas, y evitando que haya incisos dentro de incisos.

La claridad es amable. La oscuridad es una afectación. «Hay autores que parecen oscuros por su profundidad, y autores que quieren parecer profundos a fuerza de oscuridad» (Borges). Son los que enturbian las aguas para que parezcan profundas.

La sintaxis natural funciona muy bien porque sigue el orden lógico que nuestro cerebro espera: sujeto, predicado, complemento. Los poetas trastocan este orden por razones musicales. El prosista debe respetarlo. El poeta puede decir: «Su tumba fueron de Flandes las batallas». El prosista dirá: «Las batallas de Flandes fueron su tumba».

La síntesis persigue la economía de palabras para no fatigar al lector. Sus enemigos son la redundancia, la retórica, lo ampuloso. La redacción sintética respeta el viejo axioma: menos es más.

Regla del dos. No ponga juntas dos palabras de la misma clase. No ponga dos adjetivos, dos verbos ni dos preposiciones juntas. El cerebro se molesta. Después de un sustantivo él espera un adjetivo, no otro sustantivo. En particular, son cacofónicos dos verbos en infinitivo: «El no poder decidir la cuestión los paralizó». Es mejor «La indecisión los paralizó»

La síntesis persigue la economía de palabras para no fatigar al lector. Sus enemigos son la redundancia, la retórica, lo ampuloso. La redacción sintética respeta el viejo axioma: menos es más.

Regla del dos. No ponga juntas dos palabras de la misma clase. No ponga dos adjetivos, dos verbos ni dos preposiciones juntas. El cerebro se molesta. Después de un sustantivo él espera un adjetivo, no otro sustantivo. En particular, son cacofónicos dos verbos en infinitivo: «El no poder decidir la cuestión los paralizó». Es mejor «La indecisión los paralizó»

Tampoco suenan bien dos preposiciones juntas: «Tenemos una responsabilidad para con la patria» es una frase que demuestra la sordera de los patriotas. Quitamos ese odioso «para» y la frase fluye perfectamente.

Evite la «elegancia» de escribir «… y este le pegó a aquel», construcción que nos obliga a devolvernos en la frase para precisar quién es este y quién es aquel.

No incluya dos negaciones en una frase. El cerebro se cortocircuita cuando lee «Yo no dudo de que la gente no desconfía de la ciencia». En cambio, hasta un concejal entiende la proposición «La gente confía en la ciencia».

Con recomendaciones como estas podemos evitar las redacciones viscosas y lograr que el texto fluya como el agua en el agua.

Entremos ahora en arenas movedizas, hablemos de poesía.

Ya sabemos que la literatura se divide en prosa y verso, y que la poesía no es una cualidad exclusiva del verso; es «algo» que puede brotar también en la prosa.


Ejemplos. 

* Thomas Mann poetizaba asuntos tan prosaicos como la gramática: «Una rosa es en el tiempo; la rosa, en la eternidad. En este paso del artículo indefinido al definido está el germen de la ciencia y de toda la metafísica». 

* Pilatos hace un gesto y Jesús desaparece. Jesús hace otro gesto… ¡y Roma es el Vaticano!

* «Somos una abigarrada mezcla de recuerdos y ácidos nucleicos, de deseos y proteínas. El siglo XX se ocupó mucho de ácidos nucleicos y proteínas. El XXI va a centrarse en los recuerdos y en los deseos». François Jacob.

* Antonio Caballero mezcla humor, política y ficción para afirmar que «el personaje del siglo XX es Supermán, la fe en la fuerza física y la confianza en la tecnología. Supermán es invulnerable e invencible, como Estados Unidos. Y también a él lo debilita una droga venida del espacio exterior. (Y Occidente conquistó el mundo).

* Darío Jaramillo Agudelo combina ciencia y humor para definir a la más plástica de las criaturas: «Los estados de la materia son cuatro: sólido, líquido, gaseoso y gato».


EL ESPECTADOR


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