miércoles, 19 de marzo de 2014

Vincent Cassel / Todos los actores somos actrices

Vincent Cassel

"Todos los actores somos actrices"


El feo más guapo del cine europeo actual estrena nueva versión de ‘La bella y la bestia' y protagoniza la portada de ICON, que se entrega este jueves con EL PAÍS

Aunque tenga pinta de bruto, confiesa sentirse como una bella de hermosos pechos



La portada del nuevo número de ICON, por los fotógrafos Belloso y Estévez
Más hombres, más estilos y más tendencias. ICON, la revista masculina de EL PAÍS, vuelve a los quioscos el próximo 6 de marzo (2014) con el actor francés Vincent Cassel en su portada. En una entrevista realizada en París, el protagonista de El odio, de Mathieu Kassovitz, explica cómo consiguió distanciarse del epíteto de icono generacional que se le colgó después de aquel estreno. Y quien ha sido llamado el feo más guapo del cine europeo, se sincera además sobre su inconfundible rostro (“No me considero guapo”, se sincera. “Siempre he creído que tengo una cara extraña”) mientras, por último, se desprende de los tópicos sobre su notable masculinidad: “Todos los actores somos actrices”, asegura. "Dicen que soy un tipo femenino porque sé usar mi instinto".
En el número, que estará disponible el primer jueves del mes con EL PAÍS sin coste adicional y que luego se podrá adquirir en quioscos por tres euros como es habitual, también se incluye una entrevista al venerado escritor y periodista Tom Wolfe. Cumpidos los 82 años y después de haber reinventado la literatura y el periodismo, Wolfe comparte con ICON, sus recuerdos cubriendo las turbulencias sociales del años sesenta (“Hubo gente que me metió drogas en la comida, pero no LSD gracias a Dios”) y unas enemistades que todavía tiene energía para alimentar: “Lamento no haber sido más mezquino con Norman Mailer. Lo intenté, pero no fue posible”, cuenta.

El número también incluye una entrevista con el escritor Tom Wolfe
En la revista se explora además el valor de la excentridad dentro de una cultura. En un reportaje titulado Descaro, genialidad y otras rarezas, se estudian grandes excéntricos del extranjero como Albert Einstein, que solo rellenaba su pipa con el tabaco sacado de colillas que recogía por el suelo, Oscar Wilde, que sacaba su langosta a pasear, o John Mytton, que llegaba a las cenas a lomos de su oso. Se estudia el vínculo entre ser raro y ser creativo ("Los individuos que son creativos tienen pensamientos extraños", asevera una psicóloga en estas páginas) y se busca un motivo a la falta de excéntricos en la cultura española: "Es la tierra en la que para triunfar es menester no molestar a nadie", sopesa Carlos Primo, coautor del estudio sobre el dandismo Prodigiosos mirmidores.
El cuarto número de ICON –en febrero no hubo número porque el de enero era doble, algo que sucederá también en julio-agosto– contiene otro reportaje en el que se cuestionan las verdaderas intenciones deSilicon Valley: ¿cómo puede un lugar que todavía vive de su imagen de icono de progreso y el interés por la ciencia haber fomentado tanto la sociedad desigual que hay en Estados Unidos? Titulado ¿Recuerdan cuando Silicon Valley iba a cambiar el mundo?, el reportaje estudia también las poco conocidas relaciones entre la meca de la tecnología y la política estadounidense.
Hay también, complementando el número, un reportaje de moda de la mano del mítico fotógrafo Michelangelo Di Battista. Se describe asimismo cómo es un vuelo en el Airbus 380 (el avión comercial más grande del mundo) y se entrevista al escritor Mark Z. Danielewski (autor de La casa de hojas), a los dueños del imperio DSquared2 y a la it girl del momento, Poppy Delevigne. El primer gran relaciones públicas de España, Javier Escobar, comparte también sus recuerdos y confiesa cómo afronta el futuro.



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