«Miguel Ángel era un homosexual atormentado mientras que Leonardo da Vinci lo vivía con serenidad»
El escritor Carlo Vecce firma la más completa aproximación al gran artista del Renacimiento
Probablemente sea Leonardo da Vinci el artista que más bibliografía ha generado a lo largo de los años, aunque no todos siguen los pasos de Vasari. El gran hombre del Renacimiento, el maestro de maestros, ha sido analizado y tergiversado, estudiado y fantaseado a partes iguales. Carlo Vecce lleva años siguiendo los pasos del gran hombre, estudiando cada papel conservado del autor de «La Gioconda», algo que ha plasmado en un documentadísimo libro, «Vida de Leonardo», publicado por Alfaguara, con numerosas novedades sobre el artista, especialmente, dándole voz.
«Este libro es un ensayo, no una novela. En él no se miente porque todo lo que hay está basado en documentos y en fuentes antiguas, pero sobre todo en la voz de Leonardo, en las miles y miles de páginas en las que recuenta su vida», aseguró Vecce en conversación con este diario durante su visita a Barcelona. Todo ello le ha permitido al especialista un retrato alejado de «esa visión que se suele dar de genio universal y superhombre enigmático. Era alguien que vivió una vida llena de obstáculos y que se preocupó por conquistar la libertad. Nunca fue a la escuela, siendo un autodidacta. Estuvo al servicio de príncipes, pero no se convirtió en un esclavo. Su gran anhelo era lograr la libertad, algo que heredó de su madre». A lo largo de las páginas del libro, Carlo Vecce se adentra en numerosos temas, desde los humanos a los artísticos. En este sentido, el biógrafo arroja nueva luz sobre la producción plástica conocida y la perdida del maestro renacentista. Una de esas obras es «Salvator Mundi», una pintura por la que se pagaron en 2017 450,3 millones de dólares en una subasta, pasando a ser la obra más cara de la historia. Sin embargo, Vecce pone en duda que sea original de Leonardo: «Nunca he visto en persona el cuadro. Tampoco se ha expuesto al público. Pero no creo que sea una obra original de Leonardo sino de un discípulo. En todo caso, deriva de una idea original de Leonardo y es probable que haya alguna intervención autógrafa suya. Este cuadro no representa la idea que tenía el artista de Cristo como salvador ni tiene el movimiento que encontramos en sus pinturas», dijo.
En «Vida de Leonardo» aparecen numerosos personajes secundarios que el tiempo ha tergiversado. Uno de ellos es Giacomo Caprotti da Oreno, más conocido como Salaì, discípulo del artista y con quien mantuvo una larga relación sentimental. «Fue muy importante desde el punto de vista afectivo. Es seguro que Leonardo lo quiso mucho. Piense que vivieron juntos durante unos treinta años, desde que el joven con doce años llega al taller de Leonardo. Los testimonios de los contemporáneos dicen que Salaì era muy hermoso. Probablemente fueron amantes. No se puede olvidar que Leonardo nunca quiso relación con el otro sexo», declaró Vecce.
Con quien no tuvo una buena relación fue con quien se convirtió en su gran rival, el otro gran genio del Renacimiento: Miguel Ángel Buonarroti. En el libro se señalan varios encontronazos entre los dos artistas, siendo especialmente significativo cuando Leonardo se opuso a que la escultura protagonizada por David se expusiera en plaza pública. Vecce apuntó que «tenían personalidades opuestas.Leonardo era alguien gentil, dispuesto a la conversación y que dejaba abierto su taller para que todos entraran. Miguel Ángel tenía un carácter bruto y cerró la Sixtina para que no lo vieran trabajar. Leonardo vivía con total serenidad su homosexualidad mientras que para Miguel Ángel era algo que lo atormentaba, muy dramático, pensando que podía ir al infierno», remata.
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