Un planeta llamado Clarice Lispector
Por Emma Rodríguez © 2013 /
Un planeta llamado Clarice Lispector
Por Emma Rodríguez © 2013 /
El autor japonés habla del humor de Kurt Vonnegut, las alegrías de James Joyce y la traducción de Beatrix Potter
Mi primer recuerdo de lectura
Cuando era niña, en casa teníamos muy pocos libros, así que siempre esperaba con ansias los libros de texto japoneses que se repartían en la escuela cada trimestre. Leía el libro entero en un día y luego lo repetía una y otra vez. Los libros de texto pueden parecer aburridos, pero me dieron una vía de acceso a la poesía contemporánea, el haiku y los poemas tanka.
Mi libro favorito de la infancia
es Demian, de Hermann Hesse. De todos los protagonistas, Sinclair me atrajo por su naturaleza introspectiva y su falta de confianza.
El libro que me cambió cuando era adolescente
Tuve la suerte de leer a Kurt Vonnegut cuando era adolescente. Michael Ende ha escrito sobre la manera en que el humor no es una expresión de alegría, sino más bien una actitud de cómo una persona lidia con las dificultades y los reveses extremos que ocurren en la vida. Esta comprensión del humor está conectada con el espíritu de Osaka, la ciudad donde nací y crecí. Me sorprendió poder entender la esencia de mi propia cultura a través de la obra de Vonnegut, un escritor estadounidense. A través de su imaginación y sus experiencias épicas, me enseñó sobre la esperanza en medio de la desesperación.
El escritor que cambió mi forma de pensar
James Joyce. Transformó por completo mi forma de pensar sobre la poesía: todo el concepto de la misma, desde la forma hasta el contenido.
El libro que me hizo querer ser escritora
No recuerdo ninguno, porque nunca aspiré a ser escritora. Simplemente di lo mejor de mí en cada trabajo y llegué a donde estoy ahora.
El libro Gravedad y gracia de Simone Weil me llevó a retomarlo
. Como no creyente, pude leer y comprender la obra de Weil, pero nunca sentí que pudiera tocar su esencia. Ahora que soy mayor y he estado expuesta a las limitaciones humanas de diversas maneras, el “Dios” al que se refiere Weil ha adquirido un nuevo significado para mí.
El libro que releí es
Growing Up (Takekurabe), de Ichiyō Higuchi, una de las primeras escritoras profesionales del Japón moderno. La autora describe, en una prosa soberbia, la brillante inocencia de los niños y las costumbres del casco antiguo de Tokio, hace 130 años. Además de ser un placer de leer, la historia me recuerda cómo la disparidad económica y la desigualdad sistémica de su época siguen siendo inalterables en la actualidad. Los Aforismos de Zürau, de Franz Kafka, son otro ejemplo.
El libro que nunca más pude leer
Creo que muchos libros son demasiado machistas para leerlos ahora. Historias sobre “herencia” o “sucesión”, que describen el conflicto entre hijos y padres opresores.
El libro que descubrí más tarde en mi vida
es Manual para mujeres de la limpieza, de Lucía Berlín . Esta colección de cuentos cortos fue traducida al japonés hace unos años. Me sorprende su capacidad para escribir sobre las penas y las decepciones de la vida.
El libro que estoy leyendo actualmente es
El cuento de Peter Rabbit y otros cuentos de Beatrix Potter. Actualmente estoy traduciendo los 23 cuentos al japonés, así que los he estado leyendo con mucha atención durante los últimos dos años. Me impresiona constantemente su estructura perfecta; las ilustraciones también son maravillosas. Por ejemplo, los animales que comen bien tienen un pelaje brillante, mientras que los menos afortunados se ven grasientos y flácidos; su pelaje está pintado de manera diferente según la clase. Hay mucho que he aprendido de la vida de Potter y su visión perspicaz.
Mi consuelo es leer
a Kafka, porque sus obras contienen la verdad de que la desesperación no es algo que deba detestarse o evitarse ni una desgracia repentina, sino una condición natural de la vida humana.
Desde que debutó en 2007, la escritora Kawakami Mieko ha escrito prolíficamente y ha ganado varios premios literarios. La publicación en inglés de Breast and Eggs (Senos y huevos) en 2020 ha recibido una excelente acogida mediática. La novela se ha proclamado como una obra feminista que dirige el foco narrativo al cuerpo de las mujeres.
Al poco tiempo de volver de Auschwitz, ya en marzo de 1946, Primo Levi escribió una carta a su antiguo compañero del campo de concentración Jean Samuel: “¿Sabes algo de Brakier, Kandel, Szanto, Arnold…?”, y enumeraba los nombres de otros que compartieron su suerte. El escritor italiano, autor de uno de los libros clave del siglo XX, de referencia sobre el Holocausto, Si esto es un hombre, sintió enseguida la necesidad de saber de los demás, si se habían salvado o no. Encontró a algunos, pero en muchos casos no logró averiguar nada. Nadie hasta ahora se había preocupado de saberlo, de indagar qué fue de las personas reales que estaban detrás de esos personajes del libro. Lo ha hecho el historiador Sergio Luzzatto, en un libro que se acaba de publicar en Italia: Primo Levi e i suoi compagni (Primo Levi y sus compañeros, editorial Donzelli).
HABLEMOS DE STONER
por Juan Forn
Un granjero pobre le dice a su único hijo: “En la ciudad pusieron una nueva escuela. Le dicen Facultad de Agronomía. Dura cuatro años. Dicen que, si vas, podremos hacer que rinda mejor la tierra”. El joven acepta en silencio la decisión de su padre y va. Para poder asistir a clases debe levantarse a las cuatro de la mañana, ordeñar las vacas, dar de comer a los cerdos, juntar huevos y cortar leña en una granja cercana a la ciudad y recién entonces puede hacer caminando los tres kilómetros que lo separan de aquella pequeña urbe de provincia. Las mismas tareas repite cada noche cuando vuelve de la universidad a la granja donde le dan alojamiento a cambio de su trabajo. Un día comienza a cursar una materia que nada tiene que ver con las demás pero es obligatoria en la currícula. La materia es Lengua y Literatura. El joven granjero descubre en esa materia algo que “no puede decirse en palabras pero que lo transmiten las palabras”. Sin decir nada a nadie, casi sin darse cuenta él mismo, cambia su plan de estudios. Sigue trabajando mañana y noche en la granja que le da cobijo, pasa cada momento que tiene libre en la biblioteca de la universidad, pero jamás piensa en su futuro, hasta que su tutor le dice: “Jovencito, en breve termina sus estudios. ¿Su idea es regresar a la granja de sus padres con una magistratura en Inglés? ¿Todavía no se ha dado cuenta de que quiere quedarse con nosotros?”
18 de noviembre de 2024
La Comisión de Peticiones del Parlamento Europeo ha solicitado a la Comisión Europea que promueva el enjuiciamiento el dictador venezolano Nicolás Maduro ante la Corte Penal Internacional(CPI). Según se discutió este lunes, esta iniciativa responde a las violaciones de derechos humanos en Venezuela, intensificadas tras las elecciones presidenciales del pasado 28 de julio, según informó el Parlamento Europeo.
Denzel Washington |
La esperada secuela tiene un gran éxito en Reino Unido y Francia, aunque por detrás del éxito de taquilla de febrero Dune: Parte 2
Catalina Shoard
Lunes 18 de noviembre de 2024
Gladiator II no entretendrá al público en Estados Unidos, Canadá y China hasta este viernes, pero logró el mejor estreno internacional de la historia para una película de Ridley Scott durante el fin de semana, recaudando 87 millones de dólares.
|
Empiezo por aclarar que a mí no me gusta el reggaetón, pero respeto a quienes lo oyen. Para los gustos se hicieron los colores (y los audífonos). Si a todos nos gustara lo mismo, el mundo sería un lugar tremendamente aburrido. Acepto que aún no he escuchado la canción del indicativo telefónico, sin embargo, lo primero que hice apenas estalló la polémica, fue leer la letra por internet y luego las críticas de la gente. Había decidido no hablar del tema por no opinar sobre algo en lo que casi todos estamos de acuerdo. Hasta que leí el tweet de alguien que sugería regular los contenidos artísticos y se me prendieron todas las alarmas.
Apenas llovía en Valencia aquella tarde del 14 de octubre de 1957, pero las trombas de agua llegaron de madrugada desde las cabeceras del Turia, donde no había cesado de caer un persistente aguacero. La riada desbordó los puentes y después de llevarse hasta el mar la vida que había en el cauce del río, enseres, personas y animales, dejó anegadas las calles de la ciudad vieja bajo dos metros de agua y barro. Como siempre sucede en cualquier tragedia hubo ciudadanos que se comportaron como héroes y otros como ratas. Franco no se acercó a Valencia hasta el 24 de octubre, pasados 10 días de la catástrofe, cuando el lodo ya se había secado, para ser obligatoriamente aclamado, aunque las primeras ayudas no llegaron hasta ocho meses después. El alcalde Tomás Trénor fue destituido de modo fulminante solo por haber insinuado ante el pleno que los valencianos se sentían abandonados, y al periódico Las Provincias le cortaron el suministro de papel porque su director, Martín Domínguez, que hubo de dimitir, había escrito: “Si no hablan los políticos hablarán las piedras”. Los muertos, el barro y la desolación tardaron mucho en olvidarse. A partir de aquella inundación el tiempo en Valencia se dividió en antes y en después de la riada. El lanzamiento del Sputniksoviético, el estreno de El último cuplé, Gilda, el bayón de Ana, el gol de Zarra, ah, eso fue antes de la riada; la venida de Eisenhower a España, el garrote que le dieron a la envenenadora, la retirada de Puchades, ah, eso fue después de la riada. Cuando pasen los años también esta dana mortífera de 2024 partirá en dos la memoria de los valencianos, y la rueda de la vida con los amores, viajes, negocios y proyectos habrá sucedido antes o después de la dana. Y en medio de la tragedia, como sucedió con la riada de 1957, se recordará que hubo ciudadanos que se comportaron como héroes y un presidente de la Comunidad que estaba de larga sobremesa mientras muchos de sus queridos paisanos se ahogaban.
Ridley Scott integrará con mayúsculas la historia del cine por sobradas razones. La más incuestionable es haber iniciado su camino con tres obras maestras casi consecutivas. Jamás me canso de ver y escuchar, aunque me las sepa de memoria, Los duelistas, Alien y Blade Runner. Que ahí os dejo eso, que después de estas tres maravillas me jubilo, podría haber dejado como testamento Scott. Pero continuó pariendo un montón de películas. También produciendo a otra gente. Concibiendo el cine como un gran espectáculo. Y en su larga carrera ha habido de todo, películas fallidas y olvidables, éxitos, escaso arte, fracasos merecidos. También ha demostrado su autoría con obras potentes que han hecho disfrutar al gran público, uno de sus legítimos, permanentes y encomiables anhelos. Por ejemplo, las muy atractivas Thelma y Louise, American Gangster, El último duelo y Gladiator.