Christopher Lee Drácula, 1958 |
Christopher Lee
"Sólo me queda encarnar a Don Quijote"
GREGORIO BELINCHÓN Madrid 13 NOV 2009
Detrás de la escalera, aparece sir Christopher Lee. Impresiona. Mucho. Londinense de 87 años, aún mantiene una presencia desasosegante. Mide 1,96 metros -según el Libro Guinness de los récords, es el actor principal en activo más alto del mundo-, y su voz profunda aún retumba como en los buenos tiempos. Sin embargo, su espalda le está machacando en los últimos meses, y eso le obliga a usar bastón. Mira al periodista -de parecida altura- y le somete a un riguroso interrogatorio médico, antes de soltarle un listado de recomendaciones para que cuide las vértebras. Por supuesto, el examinado asiente a todo: no se debe llevar la contraria a Drácula.
Durante la entrevista, Lee se muestra socarrón, parlanchín y se arrepiente de un primer ataque de carácter que ha tenido al sentarse en la butaca que él prefería. En el vestíbulo del sevillano hotel Alfonso XIII, se cruzan los asistentes a varias bodas. Por oleadas, el ruido y las risas interfieren en la charla. Pero Lee, nombrado caballero de la reina el pasado mes de junio, no puede moverse mucho. Mira sus piernas, sonríe con tristeza y calla hasta que cesa el murmullo. "Mi espalda me está destrozando. Después de la operación los músculos deben recolocarse, y no es fácil. Me operaron hace poco, y no he descansado, promocionando Triage, primero en el certamen de Roma y ahora aquí. No paro de tomar analgésicos. Pero esto no interesa a nadie, no deberíamos estar hablando de ello, ¿no? Pregunta, pregunta".
Por dónde empezar. Lee es uno de los grandes del cine de terror. Bajo el paraguas de la productora Hammer se convirtió en un Drácula de altura. El actor británico ha participado en más de 260 filmes: desde sus colaboraciones con Jesús Franco a la saga Star wars; desde The wicker man a El Señor de los Anillos; de La vida privada de Sherlock Holmes albond de El hombre de la pistola de oro. Y por supuesto sus trabajos con Tim Burton, miniseries de televisión... ¿Qué le queda por hacer? "Don Quijote. ¿Podría el público español aceptarme en ese personaje? Es un sueño, y desgraciadamente estoy sobrepasando por muy poco su edad [sonríe]. Tengo desde luego su cara y entiendo perfectamente su comportamiento. Un hombre de gran fuerza, que trata a cada mujer como si fuera una princesa. Una historia maravillosa". Terry Gilliam está buscando un Quijote. "Ya, por eso me lamento. Pero espero poder cumplir mi sueño. Espero. En realidad ya no hago papeles largos. Por eso estoy agradecido a Triage".
Está en Sevilla defendiendo este filme, el último del director bosnio Danis Tanovic, y lo hace abnegadamente. "Es uno de los papeles más importantes de mi carrera, y desde luego el que más en los últimos años". Lee encarna a Joaquín Morales, abuelo del personaje de Paz Vega y psiquiatra español que se dedicó en tiempos de Franco a "purificar fascistas". ¿Eso se puede hacer? "Bueno, fue un reto. Ese hombre hace que fascistas y falangistas recobren sus sentimientos. Para mí, la Guerra Civil española es una de las peores guerras de la historia. Durísima, trágica. En Inglaterra no nos hemos enfrentado entre nosotros desde los tiempos de Oliver Cromwell. Hoy en día, mires donde mires hay un conflicto bélico. En el filme mi personaje explica a su nieta que incluso en el fondo de esos diablos [lo dice en espa-ñol] hay almas. Y el público debe entenderlo gradualmente, al igual que lo hace ella". Se lamenta por aparecer sólo 20 minutos en pantalla. "Con lo que me gustó En tierra de nadie [Oscar para Tanovic]. Quería salir más". Lee describe el rodaje en Albuquerque (Nuevo México) de The resident, con Hilary Swank, donde estallaron sus problemas de espalda. "Tuve que volver a Londres, donde vagué de doctor en doctor para que me curaran, y descubrieron que llevaba años con la espalda mal, que me tenían que operar, y así hice... Pero esto no es interesante, ¿por qué hablamos de ello?".
Pues hablemos de sus Fu Manchú con el director Jesús Franco, conocido internacionalmente como Jess Franco. "Cómo nos reíamos. Tenía un talento increíble, pero nunca un presupuesto decente. Así que usaba constantemente el zoom para no enseñar mucho. Con más dinero hubiera llegado más lejos. Y cómo nos lo pasábamos. Un día rodando en el club de golf de La Manga, yo estaba cubierto completamente de sangre y heridas purulentas, y decidí entrar así al bar del club. Me apoyé en la barra y le solté al camarero: 'El hoyo 18 es un hijo de puta [en español]'. Nos lo pasábamos muy bien".
Inmediatamente cambia de tercio. "Vivo en el presente, no en el pasado. No estoy anclado en casa recordando mis décadas de trabajo". Pero sí le gusta dar consejos: "A los actores jóvenes siempre les digo 'Hazlo lo mejor que puedas'. Es mejor ser profesional que tener talento. He trabajado con los peores y los mejores directores. En varias ocasiones me he planteado qué hacía yo en el plató. Sin embargo, nunca me he largado de un filme, incluso cuando me engañaron con los nombres de mis compañeros de reparto".
A Lee le asombra que en España le conozcan tan bien. "Se notan mis trabajos con Tim Burton, uno de los grandes del cine de hoy, en Star wars y El Señor... Aquí son muy respetuosos. En Berlín, sin embargo, son muy maleducados. Mi yerno, que es gallego, me dijo que dejara de firmar autógrafos, ¡los subastan por Internet a 600 dólares! Incluso escanean mi firma y la pegan a otras fotos.No te puedes fiar de la web".
Su mujer interrumpe: la media hora pactada se ha convertido en 60 minutos. Toca comer. Apagada la grabadora, Lee pregunta: "¿Te diste cuenta de mi acento español en Triage?". Pues sí, ha trabajado bien su inglés. "Honestamente, ¿qué te ha parecido el filme?". Por supuesto, no se debe llevar la contraria a Drácula...
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