miércoles, 30 de diciembre de 2015

Mujeres de carne y hueso


Estas son las mujeres de carne y hueso que inspiraron las ilustraciones pin-up | PlayGround | Actualidad Musical




Estas son las mujeres de carne y hueso que inspiraron las ilustraciones pin-up

La sensualidad y la simpatía de las chicas de póster no siempre era fruto de la imaginación de un ilustrador

Por Carlota Ming
Las encontramos en pósters, en las cubiertas polvorientas de novelas rosa, en la contraportada de las revistas antiguas, en miles de productos vintage. Las pin up son esas chicas más o menos imaginarias, voluptuosas y sensuales que siempre llevan una sonrisa en los labios.
Desde 1920, endulzan el mundo con sus cuerpos y actitudes coquetas. Las ilustraciones o las fotografías en las que siempre son representadasson consideradas como una representación de erotismo popular, perfectamente aceptado por la sociedad: las Pin Up saludan y guiñan el ojo mientras la falda les vuela, como Marilyn; son bellezas pret à porter más simpáticas que pecaminosas.
Más allá de Bettie Page y de su heredera actual Dita Von Teese, nunca nos habíamos preguntado de dónde surgieron todas esas ilustraciones entre el cómic y los personajes apasionados de folletines eróticos. ¿De la imaginación del autor?
Pues no. Había mujeres comunes que posaban en cuartuchos mal iluminados, y esas fotografías servían al autor como referencia. Un ejemplo es Gil Elvgreen, un pintor de Minessota que trabajaba para la industria de la publicidad: su archivo fotográfico datado de los años cincuenta acaba de ser descubierto. A través de estas imágenes es posible saber cómo eran las chicas normales que inspiraron la posterior versión picante del ilustrador.
Si comparamos los posados en blanco y negro con las ilustraciones finales, no solo vemos que las chicas han cambiado su ropa anodina por prendas más vistosas. Con sus pinceles, Elvgreen efectuaba una especie de photoshop primario: estilizaba los cuerpos de las mujeres, estrechaba, sobre todo, las cinturas, alargaba las piernas y exageraba los bustos y los pómulos de las modelos. Feminizaba y suavizaba sus rostros con gran sutileza.
Es curioso comprobar que las dos versiones, la idealizada y la natural, difieren en realidad muy poco, pero ese mínimo perfeccionamiento físico revela un ideal de belleza imposible que, desgraciadamente, es el que tenemos como referencia.
The REAL women
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