martes, 30 de abril de 2013

Ciudades / Rio de Janeiro / Limpieza social

Los pies del vagabundo
Copacabana, Rio de Janeiro, 2013
Foto de Triunfo Arciniegas

Miedo en Brasil a una “limpieza” 

de los sin techo 

por la celebración del Mundial

En los últimos 15 meses han sido asesinados 195 vagabundos

La mayoría fueron quemados por personas anónimas


Juan Arias
Rio de Janeiro, 29 de abril de 2013

Vino y guitarra
Copacabana, Rio de Janeiro, 2013
Foto de Triunfo Arciniegas
El Centro Nacional de Defensa de los Derechos Humanos, un organismo patrocinado por la Conferencia Episcopal de Brasil, se ha mostrado preocupado por una posible “limpieza social” de las personas sin techo, con motivo de la celebración del Mundial de Fútbol del próximo año.
Junto a esta asociación ha expuesto también sus temores al Gobierno, el Consejo Nacional de Procuradores Generales (CNPG). Representantes de ambos organismos se han encontrado ya con el ministro de la Secretaría General de la Presidencia, Gilberto Carvalho, para alertarle sobre sus temores. Se están observando especialmente las ciudades que acogerán los partidos de la Copa.
Las organizaciones temen que la llamada, “higienización” de los que viven en la calle por motivos diferentes, sea un eufemismo para dar mano suelta a los verdugos de las personas indefensas, invisibles para la sociedad, pero que podrían ser vistas por los millones de turistas que lleguen a Brasil el año que viene. Sin contar que el papa Francisco llega a Río dentro de tres meses y que estarán presentes en la capital carioca más de dos millones de personas con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud.
En los últimos 15 meses han sido asesinados 195 vagabundos, la mayoría quemados por anónimos. El último de ellos es Jorge Affonso, de 49 años, asesinado este domingo en Jacupiranga, a 280 kilómetros de São Paulo.
A Goiânia, capital del estado de Goiás, a 200 kilómetros de Brasilia, ha sido enviada una comisión del Ministerio de Derechos Humanos para analizar los últimos 29 asesinatos de personas sin hogar.
Según datos oficiales del IBGE (Instituto Brasileño de Geografía y Estadística) existen en Brasil no menos de 1,8 millones de personas viviendo en calles y plazas de las ciudades, y menos del 25% de las ciudades tienen políticas para ellas.
Sólo en São Paulo se calcula que unas 15.000 personas no tienen casa, 5.000 más que hace diez años. A pesar de que en 2009, el Gobierno del entonces presidente Lula da Silva lanzó el programa de Política Nacional a favor de los vagabundos, las autoridades suelen cerrar los ojos ante esa cruda realidad.
Y sin embargo, para el sociólogo Mauricio Botrel, del Centro Nacional de Derechos Humanos, son imprescindibles las políticas locales a favor de estas personas para evitar una “limpieza social” llevada a cabo generalmente en la oscuridad de la noche y aplaudida en silencio por las personas de bien.
El fiscal general del Estado de Río Grande do Sul, Eduardo Veiga, presidente del Grupo Nacional de Derechos Humanos, ha afirmado que los Ministerios Públicos de los Estados están siendo orientados a fiscalizar la implantación de comités municipales a favor de los sin techo en todo el país.
Que los temores de obispos y fiscales no son infundados lo revela además el precedente de Rio, cuando reporteros del diario Folha de São Paulo descubrieron en 2009 a la alcaldía de Rio recogiendo a vagabundos deprisa y corriendo en el trayecto de la comitiva de la Comisión del Comité Olímpico (COI) responsable de elaborar un informe sobre la presencia del Mundial en la capital carioca.
María Cristina Bore, presidenta nacional de las Políticas de la Calle, ha afirmado que una operación de limpieza social de los sin techo “está en la pauta del día”, con motivo del Mundial.


lunes, 29 de abril de 2013

Two and a half men / Dos hombres... sin el medio




Tras despedir a Charlie Sheen, en 'Dos hombres y medio' Angus T. Jones aparecerá menos
Tras despedir a Charlie Sheen, en 'Dos hombres y medio' Angus T. Jones aparecerá menos


Dos hombres… sin el medio

La CBS ha renovado por una temporada más la serie de Asthon Kutcher pero Angus T. Jones dejará de ser personaje principal


EL PAÍS
29 de abril de 2013

La CBS acaba de renovar Dos hombres y medio para una undécima temporada, que regresará a la pequeña pantalla en otoño. La novedad, después de la desaparición de Charlie Sheen del reparto es que, Angus T. Jones, el niño que ha ido creciendo con la serie, sólo aparecerá ocasionalmente en la ficción.
Según informa The Hollywood Reporter, Jake ya no será un personaje recurrente dado que Jones asistirá a la universidad el próximo otoño. En estos momentos la cadena y la productora Warner Bros. Television están negociando un contrato con Jones para que realice unas cuantas apariciones.
El joven actor tuvo hace meses una polémica declaración en Twitter, donde afirmó que la serie era una “porquería” y aconsejaba a los fans que dejasen de verla. Pocas horas después Jones se retractaba y pedía perdón públicamente al equipo de Dos hombres y medio. Más tarde la directiva de la CBS Nina Tassler manifestó su deseo de que Jones continuara en la ficción. "El chico tiene 19 años", manifestó en un intento por quitarle hierro al asunto.
Jones saltó a la fama cuando comenzó a trabajar en Dos hombres y medio en 2003, con tan sólo diez años de edad. Además el actor ha aparecido en series como Urgencias o Hannah Montana y en largometrajes como Se montó la gorda o El novato.
Quienes sí regresarán seguro a la pequeña pantalla serán Ashton Kutcher y Jon Cryer, los otros dos protagonistas de la serie, que ya han firmado por la undécima temporada.
En nuestro país hemos podido ver las nueve primeras temporadas de 'Dos hombres y medio' en TNT España, y en abierto de la mano de Atresmedia Televisión


Dennis Lehane / Vivir de noche / Reseña


Cualquier otro día (RBA, 2010), de Dennis Lehane | UN CADÁVER EN MI BLOG
DENNIS LEHANE


Dennis Lehane

Vivir de noche


UN LIBRO AL DÍA
29 de abril de 2013

Idioma original: inglés
Título original: Live by Night
Año de publicación: 2012
Valoración: recomendable


Dennis Lehane (Dorchester, 1965) es sobre todo conocido gracias a la adaptación al cine de varios de sus libros, entre ellos Mystic River y Shutter Island. Pero, con más de una decena de novelas a sus espaldas, se ha ganado a pulso ser uno de los primeros nombres que nos vienen a la mente cuando hablamos de novela negra.

Su último libro publicado en español (y cuya versión cinematográfica podremos disfrutar en 2014) es Vivir de noche, una novela ambientada en las décadas de 1920 y 1930 (es decir, cuando la Ley Seca estaba vigente), cuyo protagonista es Joe Coughlin, un joven delincuente de poca monta que pronto descubre que la vida "durante el día" no tiene nada que ofrecerle y se dedica a dar unos cuantos golpes que le permitan conseguir dinero fácil. Pero las cosas no salen como había planeado y Joe se ve obligado a pasar dos años en la cárcel, de donde saldrá con fuerzas renovadas y un gran aprendizaje a sus espaldas, con los que se dirige a Florida a ocuparse del mercado del ron.

Una de las cosas buenas de Vivir de noche es que es una novela de lo más completa: no sólo nos ofrece una historia sobre un delincuente lo suficientemente listo como para convertirse en el rey del mercado ilegal de alcohol, sino que, además de alejarse de los escenarios típicos de esta clase de historias (Lehane ha cambiado Nueva York o Chicago por Florida, el whiskey por el ron, los conflictos entre italianos e irlandeses por conflictos con los cubanos), tiene una cantidad de subtramas entrelazadas que hacen que nos encontremos, en ocasiones, con un libro de tema carcelario, con una novela de costumbres, con un texto lleno de crítica social o con una novela histórica. 

Entre otros temas que también están presentes en el libro hay que destacar sin duda aquellos que podemos con facilidad extrapolar a la sociedad contemporánea. Así, podemos hablar de conflictos raciales y políticos, del imperialismo estadounidense, de los extremismos religiosos y, cómo no, de la eterna y fallida lucha contra las drogas.

Y, además de todo eso, tenemos en nuestras manos una buena historia en la que las cosas nunca resultan ser lo que parecen. Según dice su autor, es la primera parte de una trilogía que retratará la vida en Estados Unidos en la década de 1930, pero que nadie se asuste: Vivir de noche tiene un final cerrado y podemos leerla del tirón, sin temer que ningún cliffhanger nos deje con el intríngulis de saber qué pasa hasta que llegue la siguiente entrega.


UN LIBRO AL DÍA


Ciudades / Los Ángeles by Colin Rich

Evening Crossing Bay Bridge
SanFrancisco, California

 Colin Rich

LOS ÁNGELES
Es un deleite, un absoluto festin visual. Se trata de un video 'time-lapse' realizado por Colin Rich en Los Ángeles, la ciudad de los sueños. Se requirieron 120.000 disparos de una Canon 5D durante 6 meses. Simplemente maravilloso.


domingo, 28 de abril de 2013

Ciudades / Los Ángeles / Historias de Venice Beach

Una chica montando en bicicleta en el Ocean Front Walk de Venice Beach, en Los Ángeles (EE UU). / PATRICK ESCUDERO

Historias de Venice Beach

Mucho ha cambiado la Venecia californiana, pero su espíritu hippie sigue vivo en el paseo marítimo Ocean Front Walk


Zalen Gades, 6 de marzo de 2013

Una chica montando en bicicleta en el Ocean Front Walk de Venice Beach, en Los Ángeles (EE UU). / PATRICK ESCUDERO
Para saber más de la historia de Venice Beach, en Los Ángeles, nunca está de más acercarse a la cafetería Cow's End. El local está al final de Washington Boulevard, muy cerca del embarcadero que custodia el océano Pacífico desde 1925, dos décadas después de que el tabaquero millonario Abbot Kinney fundara esta Venecia californiana de playas y canales.
Cada mañana, un nutrido grupo de residentes locales de todas las edades se reúne, café en mano, para hablar de las cosas de las que hablan los vecinos de toda la vida. No importa que la nube marina haya eclipsado el sol o que éste brille con su ardiente perpetuidad, allí desayunan varias de las personas que mejor conocen la historia de Venice. "Esto no es lo que era", esgrimen en una milésima de segundo. El paso del tiempo lleva consigo este tipo de sensaciones en cualquier lugar del mundo, pero el cambio abismal que ha sufrido esta zona costera de Los Ángeles goza de un contraste de dimensiones amplificadas. No en vano la internacionalización de Venice a través de la cultura popular (cine, música, arte, literatura y el propio boca a boca) hace difícil que este pequeño hueco del mundo pase desapercibido.
Ha llovido mucho desde la Venice de los años setenta hasta la que vemos en la actualidad, de aquella poesía de la Generación Beat y la música de The Doorsinspirada en el ambiente bohemio y permisivo de una tierra de hippies bañados en sal y provistos de una creatividad a raudales que convivían con vagabundos sin techo, adictos y miembros de bandas criminales subidos en sus motocicletas. De los Z Boys o los estudios de arte de personalidades como Jean-Michel Basquiat, Larry Bell o Ed Moses (estos dos últimos todavía siguen instalados en Venice), a los intelectuales como Charles Bukowski, que se iluminaban a base de alcohol y el sonido no tan lejano de algún disparo furtivo.
El dicho que clama 'Venice, when art meets crime' (Venice, donde el arte se encuentra con el crimen) no es más que el reflejo de un estigma que persiguió al distrito hasta estos días. El mayor momento criminal se vivió a comienzos de los años noventa, cuando el menudeo de drogas hacía que todavía se tratara de un lugar infestado de bandas. Fue entonces cuando se comenzaron a dar los primeros pasos de la metamorfosis de Venice. Con el objetivo de revitalizar la zona, se decidió rehabilitar uno de los puntos turísticos imprescindibles del área en la actualidad, los Canales.
Al igual que ha sucedido en muchos lugares de EEUU, se ha producido un proceso denominado en inglés 'gentrification', es decir, el aburguesamiento de barrios provocado por masas de población que aprovechan los alquileres baratos para ocupar la zona. Las consecuencias se dejaron notar y el valor de la vivienda y todo lo que llevara la marca Venice comenzó a subir vertiginosamente. Aquellos pequeños negocios que proliferaron en los tiempos de la Venice discreta comenzaron a hacer su agosto, algo que los propietarios de los edificios aprovecharon para subir sus alquileres. Las rentas de vivienda también incrementaron y la pudiente población blanca comenzó a desbancar a las minorías.
El espíritu de tiempos pasados continúa vivo en el Ocean Front Walk, un paseo marítimo donde aún se puede caminar envuelto en un ambiente que da cabida a todo tipo de gentes, desde artistas callejeros a personas que viven en la calle, artesanos, turistas, vecinos. Un cóctel de diferentes escalas sociales hecho elixir; pintoresco, genuino y comparable al ambiente que se vivió en los mejores años de Christiania, Copenhague.
Según los que conocen bien el pasado de Venice, este peculiar paseo es el único lugar en el que se puede revivir el espíritu hippy que llegó a existir. Los demás emplazamientos han sucumbido al paso del tiempo y la especulación. La calle Abbot Kinney, que ha llegado a ser calificada como la más cool de todo el país, está viendo cómo los negocios locales tienen que cambiar de lugar por la subida de los alquileres; véase el caso de Surfing Cowboys, una tienda que después de años en esta calle se ha visto obligada a mudarse a un lugar más económico y, por ende, más alejado. El peligro de que esto suceda con otros comercios sigue latente y hay quien piensa que podría acabar con la verdadera identidad de una Venice Beach que está más de moda que nunca.
Grandes corporaciones como Google han optado por montar su base de operaciones en Los Ángeles, concretamente en el edifico Binoculars Building, construido en 1991 por el arquitecto Frank Gehry y localizado en otra de las calles imprescindibles, Main Street; también se cree que algunas productoras de cine podrían recalar en los próximos meses.
El orgullo de los que cuentan la historia de Venice se mezcla con la melancolía. Ahora se puede andar por la calle sin que la delincuencia salpique con asiduidad, aunque muchos siguen echando de menos la esencia de épocas pasadas mientras se cruzan con un sinfín de hipsters aburguesados. Así es Venice, un lugar singular en el que sus gentes sienten que, a pesar de la evolución, la ciudad sigue latiendo a un ritmo distinto al de otros lugares.

http://elviajero.elpais.com/elviajero/2013/03/24/actualidad/1364154053_162663.html



sábado, 27 de abril de 2013

Ciudades / Subterráneos / Comprimidos en Tokio

35_Final


Michael Wolf

Subterráneos: comprimidos en Tokio 


En esta serie, cuyo título original en inglés es Tokyo Compression (que podría traducirse como Compresión en Tokio o Comprimidos en Tokio), realizada entre 2009 y 2013, el fotógrafo decidió llevar al extremo su indagación en los temas de privacidad y voyeurismo que ya había explorado en un proyecto anterior centrado en la arquitectura.

Apuntó su cámara hacia los pasajeros cautivos apretados contra las ventanillas de un subterráneo abarrotado de Tokio. La densidad no es arquitectónica sino humana, pues los viajeros llenan cada centímetro cuadrado disponible en estos coches de subte. La mirada del espectador queda atrapada por el marco de estos retratos, del mismo modo en que los pasajeros son incapaces de escapar del confinamiento de estas celdas temporarias. Las imágenes crean una sensación de incomodidad pues las víctimas intentan escabullirse de la atención de la cámara o simplemente cierran sus ojos, con la esperanza de que el fotógrafo se vaya.

Comprimidos en Tokio retrata un infierno urbano, y al cazar a estos viajeros con su cámara, el fotógrafo destaca su total vulnerabilidad ante la ciudad en su estado más extremo.

GALERÍA













Tokyo Compression, Michael Wolf 02

Tokyo Compression, Michael Wolf 04






Tokyo Compression, Michael Wolf 06



Tokyo Compression, Michael Wolf 07

http://www.elpuercoespin.com.ar/


viernes, 26 de abril de 2013

Ciudades / Río de Janeiro es tres veces más cara que Nueva York

Leitor
Rio de Janeiro, 2013
Foto de Triunfo Arciniegas

El alquiler de una oficina en Río 

es tres veces más caro que en Nueva York

La ciudad brasileña es tercera más cara del mundo después de Hong Kong y Tokio

Javier Arias
Rio de Janeiro, 10 de abril de 2013


Un grupo de jóvenes camina por la rua Augusta de São Paulo. / SEBASTIÃO MOREIRA (EFE)
El precio por alquilar o comprar un piso en Río de Janeiro se ha disparado de forma tan alarmante en los últimos años que se empieza a temer una burbuja inmobiliaria. El alquiler de un piso para oficinas o uso comercial en la capital carioca es 153% más caro que en Nueva York. São Paulo, la ciudad más poblada de Brasil, es un 77%. Solamente Hong Kong (un 366% más costosa que la ciudad estadounidense) y Tokio (un 196%) son más caras que Río de Janeiro.
Las cifras son del Deutsche Bank y han comenzado a preocupar a las autoridades brasileñas, pues Río de Janeiro se prepara para la Copa del Mundo de fútbol que se celebrará el año próximo y además para los Juegos Olímpicos que recibirá en 2016, lo que probablemente incrementará los ya de por sí astronómicos alquileres.
En los últimos cuatro años, en Brasil los precios de los pisos se han disparado hasta un 300%. Entre las causas, la apertura del crédito, que llega a financiar hasta 500.000 reales (cerca de 250.000 dólares) con intereses que en Europa serían estratosféricos, pero que aquí se consideran. Por ejemplo, los créditos públicos, destinados a la población con menos recursos económicos, tienen una tasa de un 8%, la establecida por el Banco Central de Brasil. En Estados Unidos, la tasa es de un 3,3%.  
La ascendente clase media brasileña (que aumentó en 35 millones de personas en los últimos 10 años) ha aumentado la demanda por tener una casa propia y eso ha contribuido a disparar los precios. El déficit de pisos se calcula en ocho millones en todo el país. El Gobierno había prometido la construcción de cuatro millones de pisos populares. Solamente consiguió terminar algunos cientos de miles, algunos tan precarios que tuvieron que destruirse.
Algunos economistas, como Arminio Fraga que fue ministro de Hacienda, recuerdan que los pisos que sobre todo en ciudades como Río o São Paulo que hoy están con cifras casi irreales para este país, son comprados con dinero contante por artistas, futbolistas o grandes empresarios sin el peligro de las hipotecas.


El padre y el mar
Copacabana, Rio de Janeiro, 2013
Foto de Triunfo Arciniegas

A los ricos brasileños ya les duele también el bolsillo

Por:  19 de abril de 2013
Se habla siempre de los millones de pobres que en Brasil han dado un salto a la clase media, aunque se trate de una clase media baja, la clase C. Se calcula que han sido unos 30 millones esos privilegiados. Y quedan otros 16 millones en espera.

Shopping-iguatemi-sao-paulo
Shopping Iguatemi en San Pablo

¿Y los ricos? De ellos se habla poco. Me refiero a la clase alta A. Al parecer han sido dos millones los que se han empinado a esta esta clase para quienes el dinero no supone un problema.
Y sin embargo, como ha analizado estos días el diario O Globo, también a los ricos empieza a dolerles el bolsillo.
Ello, debido a que la inflación que se ha disparado en el país, y que siempre se ha dicho que golpeaba sobretodo a los pobres -lo que es cierto- , esta vez también está arañando a los ricos que se han visto obligados a cambiar muchos de sus viejos hábitos de gastos.
La inflación oficial es de un 6,7%, pero todos saben que la real es mucho más. Los tomates, por ejemplo han subido un 103%. Lo mismo las cebollas, hortalizas varias y frutas.
El otro día, un marido golpeó gravemente a su mujer embarazada porque en el mercado no había comprado tomates, que han desaparecido de la mesa de la clase media baja.

Viñeta sobre el precio de los tomates
Hasta The Economist llegó a hacer una broma al decir que en Brasil los tomates estaban “golpeando al gobierno Dilma”.
La de los alimentos es la inflación que afecta más dolorosamente a los pobres que gastan en comer la mitad de sus sueldos bajos.
Lo nuevo, es que, esta vez, la inflación no sólo está afectando a los alimentos, sino a todos los servicios. Por primera vez además, muchos artículos como el vestido y calzado son más caros en este país que, por ejemplo en Nueva York,París, o Venecia. Sin hablar de los pisos. Los ricos están comprándose casas en Miami, a mitad de precio, por ejemplo, que en Rio .
Y es esa clase A, que viaja con frecuencia a los Estados Unidos y Europa la que ya no está comprando sus artículos de lujo aquí. Lo hacen aprovechando los viajes al exterior. Allí se visten ellos y visten a los niños, pues, aseguran que todo es tres veces más barato.
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Shopping Cidade Jardim en São Paulo

La nueva ley que ha reglamentado el trabajo de las mujeres de hogar, chóferes, jardineros, niñeras etc. está también afectando a esa clase A, ya que es ella la que hasta ahora más usaba esos servicios para no perder tiempo en su trabajo. Y eran baratos.
Ya hay ricos que ahora prefieren prescindir, por ejemplo del chofer.Cuentan que entre lo que ahora tienen que pagarle, más lo que cuestan los aparcamientos, les sale mucho más barato usar sólo taxis.
Las señoras están prescindiendo de los salones de belleza de copetedonde pagaban 50 reales para hacerse la manicura, y lo hacen en un salón normal cerca de casa, donde les cuesta la mitad y además pueden llevar la tinta para teñirse el pelo, algo que en los lugares de lujo les sale por un ojo de la cara.
Los restaurantes de lujo, en Brasil, cuestan el doble y a veces el triple de los de la misma categoría en Nueva York o Madrid. Ello ha hecho que esos santuarios de la gastronomía que se nutrían de la clase A, hayan empezado a perder clientela. Hasta el punto que, por primera vez en su historia gloriosa, se han visto costreñidos a ofrecer un menú del día a cien reales (cuarenta euros) por persona.
Lo está haciendo hasta el D.O.M. de São Paulo, cuyo chef de cocina, Alex Atala, acaba de aparecer entre las 100 mayores personalidades del mundo escogidas por la revista Time.
Restaurante D.O.M. en São Paulo
Muchos ejecutivos afirman que han dejado de viajar en primera clase, que “se ha puesto en las nubes” - nunca mejor dicho - ya que las tarifas aéreas en Brasil han aumentado hasta un 300%.
No que estos ricos hayan renunciado a vivir bien. Están sólo cambiando sus hábitos para “no tirar el dinero”, afirman.
Podría parecer una paradoja, pero es la primera vez que en Brasil, donde era proverbial que los ricos exhibiesen su fausto, ahora están haciendo-  en otra escala, claro- lo mismo que las clases más bajas: cambiar los hábitos de consumo, como recorrer las tiendas para ver donde se puede comprar lo mismo, pero más barato.
Si los ciudadanos de la clase C, que ya se podían permitir ir alguna vez a comer a un restaurante medio, hoy lo hacen en uno “a kilo”, más barato, los ricos comen aún en el restaurante de lujo, pero el plato del día.
No que ello sea un consuelo para los menos aventajados de la sociedad. Es, sin embargo algo nuevo en este país, donde por primera vez los ricos se están viendo obligados a cambiar hábitos en busca de una mayor austeridad, acercando, de alguna forma, psicológicamente, las distancias entre pobres y ricos, dicen los sociólogos.
Unos y otros, se están viendo obligados en Brasil, por el dispararse de los precios, a mirarse al bolsillo antes de comprar.
Claro que la distancia del bolsillo de unos y otros sigue aún siendo medida a años luz.

Shopping en Rio de JaneiroShopping en Rio de Janeiro (Barra)

HACE MENOS DE UN AÑO, 
ASÍ ESTABAN LAS COSAS

Bogotá es la quinta ciudad más cara de América Latina

Portafolio, 12 de junio de 2012
Última actualización - 9:28 am

Un estudio en 214 ciudades del mundo midió el costo de vida para expatriados, Tokio, la más cara del mundo.

La capital de Japón, Tokio, es la ciudad más cara del mundo para expatriados, según la última edición de la Encuesta de Costo de Vida de Mercer.
Por otro lado, Osaka se encuentra en la tercera posición al subir tres puestos desde el año pasado, mientras que Moscú sigue en la cuarta y Ginebra, en la quinta. Singapur y Zúrich comparten el sexto puesto.
Por otra parte, Karachi resulta ser la ciudad menos cara del mundo para expatriados, al representar menos de un tercio del costo de Tokio. Mientras que en el Reino Unido, Londres es la ciudad más cara para expatriados.
Ese es el panorama del estudio, que incluye 214 ciudades de cinco continentes y mide el costo comparativo de más de 200 puntos en cada lugar, incluyendo transporte, comida, vestimenta, entretenimiento y bienes del hogar.
También se considera el costo de vivienda, que tiene un rol importante en la determinación del escalafón de las ciudades, porque a menudo representa el gasto más significativo para expatriados.
La encuesta de costo de vida de Mercer es la más exhaustiva del mundo, y está diseñada para ayudar a gobiernos y compañías multinacionales a determinar las asignaciones de compensación para sus empleados expatriados.
Nueva York se toma como ciudad de referencia y todas las demás ciudades son comparadas con ella. Los movimientos monetarios son medidos contra el dólar estadounidense.
"El despliegue de empleados expatriados es un aspecto muy importante en la estrategia de negocios de las compañías multinacionales, incluyendo la estrategia de expansión. Es importante asegurarse de que los salarios reflejen adecuadamente la diferencia del costo de vida en comparación con el país de origen, a fin de atraer y retener el talento donde las compañías lo necesiten", dijo Nathalie Constantin-Métral, representante de Mercer y responsable de realizar el estudio cada año.
"En comparación con Nueva York, la mayoría de las ciudades europeas muestran una reducción del costo de vida. Hay algunas excepciones, donde los precios de acomodación han aumentado o donde los impuestos al valor incrementan el costo de vida", afirmó.
En Latinoamérica, Sao Paulo y Río de Janeiro siguen siendo las ciudades más caras para expatriados y les sigue de cerca Caracas, capital de Venezuela.
Por su parte, Bogotá se define como la quinta ciudad más costosa para expatriados en América Latina al situarse en el puesto 53 del escalafón en el 2012.
Según Melissa Mata, líder de movilidad para expatriados de Mercer, "Bogotá se encuentra en ese puesto al subir diez posiciones (tuvo el puesto 63 en el 2011), principalmente dado por los costos asociados a la acomodación de vivienda de los empleados expatriados que llegan a la ciudad y comparativamente mayores que los de las ciudades vecinas, como Lima, Ciudad de Panamá y Quito, entre otras".
Nueva York, la más cara de EE. UU.
En el estudio de Mercer, Nueva York (puesto 33) sigue siendo la ciudad más cara de los Estados Unidos.
Sin embargo, Los Ángeles (en el puesto 68) y San Francisco (en el 90) se han acercado, luego de subir 9 y 16 escaños, respectivamente.
REDACCIÓN ECONOMÍA Y NEGOCIOS