El hombre de la habitación de al lado
padece mi mismo mal.
De noche, cuando me despierto, lo oigo dar vueltas.
Después él tose
y toso yo.
Se hace un silencio, y toso. Y él vuelve a toser.
Así, un rato largo.
Hasta que siento que somos como dos gallos
llamándose en un falso amanecer.
desde granjas distantes y escondidas.
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