El genio de Isabelle Huppert sostiene la casi insostenible osadía de Haneke en 'La pianista'
Rutinaria reconstrucción por Frédéric Kahn del célebre caso del asesino loco Roberto Succo
Cannes 15 MAY 2001
Le preguntaron ayer aquí a Isabelle Huppert por qué se había metido en las magníficas, pero maléficas y escabrosas, imágenes de La pianista, dirigida por el austriaco Michael Haneke. La eminente actriz francesa soltó esta veloz réplica: 'Porque en mi oficio hay que atreverse a todo'. Y es su atrevimiento, su genial audacia, la cordura con que representa una forma extrema de locura, el alma de este complejo y duro filme, que, sin alarde sanguinario alguno, obliga a veces a cerrar los ojos. Como también los cierran, pero de sueño, Roberto Succo, dirigida por Frédéric Kahn, y El ensayo, dirigida por Catherine Orsini, dos películas francesas completamente innecesarias.