sábado, 31 de marzo de 2012

Un Picasso por diez euros

Pablo Picasso, 1904

 

Un Picasso por 10 euros

Un hombre de Ohio adquiere un cartel del pintor en una tienda de segunda mano

Eva Sáiz Washington 
31 MAR 2012 - 16:59 CET

Cartel de Picasso adquirido por 10 euros.

En el mundo del arte la adquisición de un picasso está indisolublemente unida al desembolso de cifras multimillonarias -el pintor malagueño es el único que tiene tres de sus pinturas entre las obras más caras de la historia-. Al menos hasta el pasado 1 de marzo. Ese día, Zachary Bodish, un ciudadano de Ohio, compró un Picasso por 14,14 dólares (10,6 euros) en una tienda de artículos de segunda mano.

Vadim Stein / Mujeres inventadas

Fotografía de Vadim Stein

Vadim Stein
EL OFICIO DE INVENTAR MUJERES
Por Triunfo Arciniegas

Las mujeres de Vadim Stein no son de carne y hueso: son mujeres construidas pétalo a pétalo por la misma materia de los sueños. Son absolutamente perfectas. No hay dolor ni decrepitud, no hay tristeza ni vejez en el mundo de Vadim Stein. Las mujeres están solas pero se bastan a sí mismas. No hay olvido ni abandono ni desamparo. Viven el instante de la eternidad.

Uno las contempla y sabe que no existe para ellas. Que pueden transpasarnos con la mirada, que pueden caminar sobre nosotros como si se tratara de sombras, y nunca adivinarían nuestra existencia.

Ni siquiera hay paisajes en las fotografías de Vadim. Ni decorados. Ni muchos menos una puesta en escena. Sólo hay un cuerpo de mujer hermoso, y no hay absolutamente nada que pueda comparárselo. Vadim sabe que el objeto de su arte es la perfección del universo. Vadim sabe que su arte no requiere de otro tema. Vadim sabe que puede pasar la vida entera en su contemplación, en la depuración de magnífico oficio, y que nunca encontrará la saciedad o el agotamiento o el final de su obra.

No hay puesta en escena en la fotografía de Vadim pero hay teatralidad. Basta un gesto raro, un sagrado gesto, basta un retorcimiento del cuerpo. Las mujeres no nos miran: sus ojos no se fijan en el lente de la cámara. Las mujeres están ahi como objeto de la mirada, como en un escenario, iluminadas, con una sábana o un cubo o simplemente con su desnudez. No hay trama más rica ni más compleja que su propia piel.

Unos huesos adheridos al espinazo podrían hacernos pensar en otras criaturas. Pero basta con ellas mismas, de por sí indescifrables, inasibles, eternas. Nosotros, fugaces e imperfectos, las vemos y nos alejamos con el pecado, con la quemazón, con la herida, y pagamos el precio en silencio, lejos, en el terrible, oscuro y miserable territorio del deseo.

Triunfo Arciniegas
Nueva York, 31 de marzo de 2012














































viernes, 30 de marzo de 2012

Francesca Woodman en Guggenheim Museum


Francesca Woodman© – Self portrait at thirteen, Boulder, Colorado, 1972-1975


Francesca Woodman
GUGGENHEIM MUSEUM
Nueva York

Francesca Woodman nació en Denver, Colorado un 3 de Abril de 1958 y murió al saltar por una ventana del Lower East Side de Manhattan el 19 de Enero de 1981 con apenas 23 años de edad. Antes de suicidarse, en una carta a un amigo de la escuela de Sloan Rankin, escribía las siguientes palabras: “Mi vida en este punto es como un sedimento muy viejo en una taza de café y preferiría morir joven dejando varias realizaciones… en vez de ir borrando atropelladamente todas estas cosas delicadas…”.
Francesca Woodman©
Francesca Woodman©
Francesca Woodman nace en el seno de una familia de artistas. Su padre era fotógrafo y su madre una reconocida ceramista. Ambos gestionan un archivo de más de 800 imágenes de las cuales solo 120 han sido expuestas o publicadas. De ellos obtendría también Francesca sus primeras influencia hacia el arte que ella conceptualizaría no solo como un modo de vivir, sino más bien como un modo de pensar.
Francesca Woodman© – untitled (Italy), 1977-78
Francesca Woodman© – Self-Deceit 1 Rome 1978

Francesca Woodman©
Si bien sus imágenes revelan una fascinación estética por la muerte y la decadencia, materializada en casas decrépitas, flores secas y paredes desconchadas, sus imágenes no sólo se mantienen ajenas a la desesperación que precede un suicidio, sino que rezuman vitalidad, energía, poder y ansia de experimentación. Casi nunca enseña el rostro y experimenta con su cuerpo desnudo. A veces se mira con los ojos de una mujer y otras con el deseo de un hombre, pero nunca soporta estar fuera del encuadre.
Francesca Woodman© – New York 1979 – 1980
Francesca Woodman©
Francesca Woodman©
Su obra consiste, mayoritariamente, en retratos de mujeres en blanco y negro, siendo ella misma la modelo en muchas ocasiones. El cuerpo es uno de los temas centrales de su fotografía; las figuras humanas aparecen borrosas, perdidas en la sombra, parecen formar parte de las salas invadidas por el deterioro. Femeninas, sensuales, intensas, a veces dramáticas, pero nunca desesperadas. Así, la mayoría de las imágenes de Francesca parecen tejer un mundo deliberadamente enigmático que le ha valido, junto con una turbulenta estancia en Roma y el epílogo del suicidio, también una fama de fotógrafa con aura maldita.
Francesca Woodman© - It must be time for lunch now 1979
Francesca Woodman©
Francesca Woodman©
La infancia de Francesca transcurrió entre Boulder, un pueblo de colorado, y Antella, una aldea de la campaña toscana frecuentada por artistas y exponentes de la alta sociedad de Florencia. Su interés por la fotografía surgió a una edad muy temprana, con solo 13 años, empezó con sus primeros trabajos, ya adoptando un estilo característico, casi siempre fotografiando en blanco y negro con formato cuadrado y dando prioridad a la iluminación para, a través de ella, conseguir centrar la atención sobre un sujeto principal (y normalmente único) en la escena.
Francesca Woodman©
Francesca Woodman© – House #3, Providence, Rhode Island, 1975-1976
Francesca Woodman©
Entre los años 1975 y 1979 fue estudiante de la Rhode Island School of Design en Provedence, y fue aceptada en el Programa de Honores que le permitía vivir durante un año en las instalaciones de la escuela enPalazzo Cenci en Roma. Allí se identificó con el surrealismo y el futurismo, que desde entonces ganaron presencia en sus fotografías, así como la decadencia, representada en las paredes desnudas y los objetos antiguos que también comenzaron a poblar sus trabajos.
Francesca Woodman©
Francesca Woodman© – Providence, RI, 1975-1978
Francesca Woodman©
En 1979 se trasladaría a Nueva York donde quiso hacer la carrera de fotografía. Envió portafolios a algunos fotógrafos de moda, pero sus esfuerzos no se vieron recompensados. Debido a su fracaso y a una rotura sentimental, Woodman entra en una depresión que culminaría con su suicidio en 1981.
Francesca Woodman© – New York, 1980-1981
Francesca Woodman© – House #4, Providence, Rhode Island, 1975-1976
Francesca Woodman© - Space 2 Providence, Rhode Island, 1975 – 1976
La joven Woodman nunca llegó a ganarse la vida como fotógrafa. Su universo estaba hecho de estudios y crecimiento, artístico o personal. Y en muchos casos, dudas y tribulaciones. Para intentar comprender qué le pasaba por la cabeza durante la adolescencia, sirvan estos pasajes de su diario, escritos en el otoño de 1975, en los que habla de sí misma tanto en primera como en tercera persona: “[…] Una parte de este libro contiene ideas que quiero organizar en series. Intento seguir la huella del cambio de la moral de Francesca y contar lo que he hecho. La lista de alimentos que he comido, por ejemplo […]. Los pasteles son mi forma de arte favorita; yo preparo magníficos panecillos de jengibre, trufas de chocolate, pasteles de melocotón y flanes de zarzamora. No hay nada más relajante que quedarse a solas con un buen libro de cocina y las palabras!”.
Francesca Woodman© – Space 2, Providence, Rhode Island, 1975-1978
Francesca Woodman© – Eel series Roma , 1977-1978
Francesca Woodman©
Meses más tarde, Francesca tenía una actitud más negativa: “Esta noche no estoy contenta. Pienso y hablo a menudo de mi detestable tendencia al romanticismo. Creo que el esfuerzo de deshacerme de esta actitud en mi trabajo ha tenido un extraño efecto en mi vida… La fotografía es también una manera de conectar con la vida. Hago fotos de la realidad filtradas a través de mi mente”, cuenta unas páginas antes de explicar con toda naturalidad las “seis formas de comer naranjas”
Francesca Woodman© – Providence, Rhode Island 1976
Francesca Woodman© – Roma, Italy, May 1977 – August 1978
Francesca Woodman© – Early, 1972-1975
Francesca Woodman©
Francesca Woodman© – Boulder Colorado, 1972-1975
Francesca Woodman©