lunes, 28 de febrero de 2022

Miguel Hernández / Tristes guerras



Miguel Hernández
TRISTES GUERRAS

Tristes guerras

si no es amor la empresa.

Tristes. Tristes.


Tristes armas

si no son las palabras.

Tristes. Tristes.



Tristes hombres

si no mueren de amores.

Tristes. Tristes.



Wislawa Szymborska / Fin y principio

 



Wislawa Szymborska
Fin y principio
Traducción de Abel Murcia


Después de cada guerra

alguien tiene que limpiar.

No se van a ordenar solas las cosas

digo yo.


Alguien debe echar los escombros 

a la cuneta

para que puedan pasar

los carros llenos de cadáveres.


Alguien debe meterse

entre el barro, las cenizas,

los muelles de los sofás,

las astillas de cristal

y los trapos sangrientos.


Alguien tiene que arrastrar una viga

para apuntalar un muro, 

alguien poner un vidrio en la ventana

y la puerta en sus goznes.


Eso de fotogénico tiene poco

y requiere años.

Todas las cámaras se han ido ya

a otra guerra.

A reconstruir puentes

y estaciones de nuevo.

Las mangas quedarán hechas jirones

de tanto arremangarse.


Alguien con la escoba en las manos

recordará todavía cómo fue.

Alguien escuchará 

asintiendo la cabeza en sus sitio.

Pero a su alrededor

empezará a haber algunos 

a quienes aburra.


Todavía habrá quien a veces

encuentre entre hierbajos

argumentos mordidos por la herrumbe,

y los lleve al montón de basura.


Aquellos que sabían

de qué iba aquí la cosa

tendrán que dejar su lugar

a los que saben poco.

Y menos que poco.

E incluso prácticamente nada.


En la hierba que cubra 

causas y consecuencias

seguro que habrá alguien tumbado

con una espiga entre los dientes,

mirando las nubes.


Wislawa Szymborska

Poesía no completa, FCE

Traducción de Abel Murcia







Charles Simic / Guerra





Charles Simic
GUERRA


El dedo tembloroso de una mujer

recorre la lista de víctimas

la noche de la primera nevada.


La casa está fría y la lista es larga.


Todos nuestros nombres están incluidos.



domingo, 27 de febrero de 2022

Juan José Hoyos / Siete escritores de Ucrania

Juan José Hoyos

SIETE ESCRITORES DE UCRANIA 


En 2010, cuando era candidato a la presidencia de Ucrania, durante un discurso, Víktor Yanukóvich tuvo un lapsus y llamó al escritor ruso Anton Chéjov “gran poeta ucraniano”. Él estaba hablando de Chéjov porque una de sus promesas electorales era restaurar la casa de Yalta, en las costas de Ucrania, donde Chéjov es muy recordado porque vivió sus últimos años, tratando de curar sus pulmones, antes de morir de tuberculosis en un balneario alemán, en 1904.

sábado, 26 de febrero de 2022

Noticias del plagiario / Bryce Echenique en números rojos / Desaparece el dinero de su jubilación de un banco francés

Alfredo Bryce Echenique




Bryce Echenique en números rojos: desaparece el dinero de su jubilación de un banco francés

El empleado de una sucursal de París estuvo durante años retirando 500 euros semanales sin su consentimiento




Juan Diego Quesada
Lima, 19 de febrero de 2022


Alfredo Bryce Echenique (Lima, 1939) se retiró de la escritura hace tres años. Desde entonces pasa la vida en lo que sus amigos conocen como El Rincón de Bryce, una mesa para cuatro al fondo de La Bonbonniere, un restaurante de Lima. El novelista peruano, de 83 años, bebe vodka con tónica y almuerza ligero, apenas un steak tartar. En el postre se deja ir como un niño y pide cuatro copas de café glasé. La placidez con la que vive su jubilación, sin embargo, se ha visto rota últimamente por un hallazgo sorprendente: la cuenta del banco francés donde guarda el dinero de su pensión está vacía.

Bryce Echenique recibe el premio FIL antes de la feria





Bryce Echenique recibe el premio FIL antes de la feria por la polémica de plagio

Numerosos autores han criticado la elección del escritor, involucrado en casos de plagio


El escritor Alfredo Bryce Echenique en una imagen de archivo. 

El escritor peruano Alfredo Bryce Echenique (Lima, 1939) recibió este jueves el Premio FIL 2012 en su casa y sin cámaras. Solo un escueto comunicado publicado este viernes por la Feria Internacional del Libro de Guadalajara da cuenta del momento.La polémica por su concesión, conocida el 3 de septiembre, no ha amanaido y los organizadores han preferido romper con la tradición de entregar al galardón en la apertura de la feria.
La directora del organismo que entrega el premio, Dulce María Zúñiga, se desplazó hasta Lima para tratar de cerrar el episodio antes de que empiece la cita editorial, en poco más de un mes, y pueda verse empañada por las críticas que han arreciado por la elección del escritor, involucrado en casos de plagio.
Un grupo de escritores y académicos mexicano pidió al jurado del galardón que reconsiderara su decisión alegando que Bryce Echenique había plagiado al menos 16 trabajos que publicó en la prensa. El jurado defendió su elección al considerar su "obra narrativa" y su "relevancia dentro de la literatura del siglo XX", y aseguró que las acusaciones de plagio en contra del escritor competen al ámbito penal. A favor del escritor también salieron más de un centenar de escritores y académicos que firmaron una carta en su defensa.

Kevin Spacey protagonizará el thriller Control

 

Kevin Spacey



Kevin Spacey protagonizará el thriller Control


Galo Buján

26 de febrero de 2022


El dos veces ganador del Oscar Kevin Spacey será el principal antagonista de la película independiente Control, dirigida por Gene Fallaize (Superman Requiem, Cain Hill). La película continuará su producción en 2023 en Londres, sin fecha de estreno oficial.

Bryce Echenique / El premio que trajo la discordia

Alfredo Bryce Echenique
03OCT201


Bryce Echenique: el premio que trajo la discordia

Salvador Camarena
3 de octubre de 2012
Foto camarena
Dulce María Zúñiga, directora del organismo que otorga el Premio Fil dice sobre la polémica por el premio al peruano Alfredo Bryce Echenique:Les toca a ellos (al jurado) ahora hacer una declaración para defender (su decisión). Foto: Fil.

Un mes después el caso es toda una tormenta. Y como toda tormenta que se dé a respetar, no fue  sorpresiva. El 3 de septiembre en Guadalajara se dio a conocer que el escritor peruano Alfredo Bryce Echenique era el ganador del premio Feria Internacional del Libro en Lenguas Romances. Como ya es costumbre en estas ceremonias de la Fil, el jurado leyó su veredicto ante la prensa reunida en la capital de Jalisco y enseguida se escuchó a través del teléfono al ganador. Siendo el autor deUn mundo para Julius el galardonado este año, la primera pregunta, por supuesto, fue sobre el escándalo, que ya dura años, por haber cometido plagio en diversos textos. Con voz tranquila, Bryce Echenique se defendió.He ido ganando las respectivas demandas, alegó. Esa mañana las siguientes preguntas llevaron a otros derroteros, pero nadie dio por cerrado el tema, menos en México, país que este mismo año vio caer en desgracia a un escritor, Sealtiel Alatriste, despojado de un premio, desterrado de la burocracia cultural por plagiario.

jueves, 24 de febrero de 2022

Guy de Maupassant / Humilde drama

Vincent van Gogh's Cabeza de una mujer vieja con gorra blanca (La partera) Painting
Cabeza de una mujer vieja con gorra blanca (La partera)
1885
Vincent van Gogh

Guy de Maupassant

HUMILDE DRAMA

Los encuentros constituyen el encanto de los viajes. ¿Quién no conoce el gozo de hallar de pronto, a quinientas leguas de su tierra, un parisiense, un compañero de colegio, un vecino del campo? ¿Quién no ha pasado la noche, con los ojos abiertos, en la pequeña diligencia tintineante de las comarcas donde aún se desconoce el vapor, al lado de una joven desconocida, entrevista solamente al resplandor del farol cuando montaba al carruaje ante la puerta de una blanca casa de una pequeña ciudad?

Maupassant / Un ardid


Guy de Maupassant
UN ARDID

El médico y la enferma charlaban junto al fuego de la chimenea. La enfermedad de Julia no era grave; era una de esas ligeras molestias que aquejan frecuentemente a las mujeres bonitas: un poco de anemia, nervios y algo de esa fatiga que sienten los recién casados al fin de su primer mes de unión, cuando ambos son jóvenes, enamorados y ardientes.

Guy de Maupassant / Coco


Guy de Maupassant
BIOGRAFÍA
COCO
Traducción de Esperanza Cobos Castro




En toda la zona circundante llamaban a la finca de los Lucas, «La hacienda». No se sabría decir por qué. Sin duda, los campesinos asociaban a la palabra «hacienda» una idea de riqueza y de grandeza, puesto que esta propiedad era sin lugar a dudas la más extensa, la más opulenta, la más ordenada de la comarca. El patio, inmenso, rodeado de cinco filas de magníficos árboles para proteger del intenso viento de la planicie a los manzanos compactos y delicados, contenía largos edificios cubiertos de tejas para conservar el forraje y los cereales, hermosos establos construidos en sílex, cuadras para treinta caballos, y una vivienda de ladrillo rojo que parecía un pequeño palacio. El estiércol estaba bien cuidado; los perros de guarda tenían casetas y todo un mundo de aves pululaba entre la hierba crecida. Cada mediodía, quince personas, dueños, criados y sirvientas, se sentaban en torno a la larga mesa de la cocina sobre la que humeaba la sopa en una gran fuente de loza con flores azules.

miércoles, 23 de febrero de 2022

Maupassant / Carta de un loco



Guy de Maupassant
CARTA DE UN LOCO

Querido doctor, me pongo en sus manos. Haga usted de mí lo que guste.
Voy a decirle con toda franqueza mi extraño estado de ánimo, y juzgue si no sería mejor que cuidasen de mí durante algún tiempo en una casa de salud, en vez de dejarme presa de las alucinaciones y sufrimientos que me atormentan.

Maupassant / La puerta


Guy de Maupassant
LA PUERTA
Traducción de María Rodríguez Fernández


Guy de Maupassant / La porte (Cuento en francés)

        Ah!, exclamó Karl Massouligny, he aquí una cuestión difícil, ¡la de los maridos complacientes! Desde luego, yo he visto de todos los tipos y no sabría dar una opinión sobre uno únicamente. A menudo he intentado determinar si son en realidad ciegos, clarividentes o débiles. Yo creo que hay de estas tres categorías.

Maupassant / El ciego


Guy de Maupassant
BIOGRAFÍA
EL CIEGO



L'AVEUGLE


¿Qué será esta alegría del primer sol? ¿Por qué esta luz caída sobre la tierra nos llena así de la dulzura de vivir? El cielo está todo azul, la campiña toda verde, las casas todas blancas; y nuestros ojos embelesados beben esos colores vivos a los que convierten en júbilo para nuestras almas. Y nos entran ganas de bailar, ganas de correr, ganas de cantar, una dichosa ligereza del pensamiento, una especie de ternura por todo; quisiéramos abrazar al sol.

martes, 22 de febrero de 2022

Maupassant / Mi tío Jules


Guy de Maupassant
BIOGRAFÍA
MI TÍO JULES

Un viejo pordiosero, de barba blanca, nos pidió limosna. Mi compañero, Joseph Davranche, le dio cinco francos. Quedé sorprendido. El me dijo:
—Ese infeliz me ha recordado una historia que voy a contarte y cuyo recuerdo me persigue sin cesar. Es ésta.

Maupassant / Mademoiselle Fifi

 

Guy de Maupassant
BIOGRAFÍA
MADEMOISELLE FIFI
Traducción de Marcos P. Concha



Guy de Maupassant / Mademoiselle Fiji (Cuento en francés)

 El conde de Farlsberg -teniente coronel y comandante prusiano- acababa de leer su correo arrellanado en un amplio sillón de tapiz, con sus botas sobre el refinado mármol de la chimenea. Sus espuelas, en los tres meses desde la toma del castillo de Uville, habían trazado dos surcos profundos, horadando un poco más cada día.

Guy de Maupassant / La mano



Las postales animadas de Bill Domonkos elevan el formato GIF a otro nivel introduciendo referencias al cine clásico, al fotomontaje y al collage surrealista

Guy de Maupasssant
BIOGRAFÍA
LA MANO

Estaban en círculo en torno al señor Bermutier, juez de instrucción, que daba su opinión sobre el misterioso suceso de Saint-Cloud. Desde hacía un mes, aquel inexplicable crimen conmovía a París. Nadie entendía nada del asunto.
El señor Bermutier, de pie, de espaldas a la chimenea, hablaba, reunía las pruebas, discutía las distintas opiniones, pero no llegaba a ninguna conclusión.

lunes, 21 de febrero de 2022

Balzac y sus travesuras gastronómicas

 

Honoré de Balzac

Honoré de Balzac y sus travesuras gastronómicas


Honoré de Balzac (1799-1850) es uno de los grandes literatos franceses de todos los tiempos. Mundialmente conocido por La Comédie Humaine, Balzac fue, además de novelista, un prolífico articulista y escritor de relatos. Su gran obra, La Comédie Humaine, es una serie de novelas conectadas entre sí que retratan la sociedad francesa de su época. Una de las cosas más curiosas de su obra es el protagonismo que adquiere la gastronomía a través de las experiencias de sus personajes. No solo describe en sus libros las viandas y bebidas degustadas. También usa como localizaciones de sus escenas míticos restaurantes de la época. En uno de los libros de La Comédie Humaine, Balzac hace que Lucien de Rubempré, uno de sus memorables personajes, coma en el lujoso restaurante parisino Véry. Allí, el personaje come ostras, pescado, macarrones y frutas, todo ello regado con una botella de Burdeos. La cuenta del menú era de 50 euros, una suma sobre la que el propio novelista apunta en la novela que haría vivir razonablemente bien a Rubempré durante un mes en su Angoulême natal. Balzac procedía de una familia burguesa de provincias. Nacido en Tours, se instaló en París con su familia siendo adolescente.  Estudió derecho en la Sorbona, y tras graduarse trabajó con un notario a las afueras de París. Durante un tiempo compaginó el trabajo con clases de literatura, también en la Sorbona. Aunque pronto abandonó el derecho para dedicarse por completo a la creación literaria. A pesar de unos inicios algo difíciles, logró dedicarse de pleno a una prolífica carrera literaria. 

Balzac / Fisiología de una sociedad



Balzac: fisiología de una sociedad


Jorge Campos

18 de diciembre de 1976


Un ensayo principal que se coloca tras el propio título del libro, y tres complementarlos (Balzac y la defensa del escritor, España en Balzac y Balzac y Galdós), nos llaman la atención hacia el gran novelista francés. Su autor, catedrático de Derecho Político, de la Universidad Complutense, nos da con él los resultados de una ya lejana y constante preocupación literaria. La extrañeza que podría causarnos ver a un especialista de otras disciplinas tentar un tema que los atentos a la literatura parecen tener descuidado, se desvanece apenas pensamos en las características de la ingente obra balzaciana.Balzac se nos ofrece gigantesco y tallado a golpes, como uno de estos estudios de retrato que le hiciera Rodin. Vivió impulsado por dos afanes, coincidentes en ocasiones y destruyéndose mutuamerite en otras: alcanzar puesto de escritor glorificado y conquistar un elevado puesto social, como un reflejo en otra carrera de lo que Napoleón logró con la de las armas. De este modo extendió ante sí el campo que tenía que conquistar doblemente: el de una sociedad la de su tiempo. Lo que había que dominar en el terreno personal había de ser la misma materia con que construir el mundo de ficción que transmutaría la realidad.

Somerset Maugham / Balzac y Papa Goriot

William Someset Maugham



William somerset maugham

BALZAC Y «PAPA GORIOT»




I

De todos los novelistas que han enriquecido con sus obras los tesoros espirituales del mundo, Balzac es para mí el más grande. Es el único a quien sin vacilar le atribuiría genio. Genio es una palabra que hoy en día se usa con mucha vaguedad. Es atribuido a personas para quienes un juicio más sensato estaría satisfecho con talento. El genio y el talento son dos cosas muy diferentes. Muchas personas tienen talento; no es raro, el genio lo es. El talento es diestro y ágil; puede cultivarse; el genio es innato, y a menudo extrañamente aliado a graves defectos. Pero ¿qué es genio? El Oxford Dictionary nos dice que es «un poder intelectual natural de una clase elevada, como el que se le atribuye a quienes son considerados los más grandes en cualquier departamento del arte, la especulación o la práctica; (una) instintiva y extraordinaria capacidad de creación imaginativa, pensamiento original, invención o descubrimiento». Pues bien, una instintiva y extraordinaria capacidad de creación imaginativa es precisamente lo que Balzac tenía. No era un realista, como lo era en parte Stendhal, y como Flaubert en Madame Bovary, sino un romántico; y veía la vida no como era realmente, sino con los colores, a menudo chillones, de la predisposición que compartía con sus contemporáneos.

domingo, 20 de febrero de 2022

Somerset Maugham / Carnet de un escritor / Reseña



Somerset Maugham
CARNET DE UN ESCRITOR

[A Writer’s Notebook]. Obra de William Somerset Maugham (n. 1874). 


El conjunto de los cuader­nos de notas del novelista inglés viene a representar, como él mismo confiesa en el prólogo del presente libro — publicado el año 1949 —, unos quince gruesos volúmenes. De esta masa de recuerdos, notas y expe­riencias, el autor ha hecho la selección que integra en Carnet de un escritor, suficiente para darnos idea justa y bastante completa de su formación, métodos de trabajo y do­tes observadoras. La obra brinda un par­ticular interés para todos los lectores fami­liarizados con las novelas y cuentos de So­merset Maugham. Aquí se encontrarán con los personajes que el autor ha conocido en sus viajes y conocerá episodios vividos por el propio novelista o que le fueron referi­dos, para inmediatamente irrumpir en su obra imaginativa transmutados, convertidos ya en «materia literaria». La lectura del Diario (v.) de Jules Renard, del que nos habla repetidamente en su libro, vino a confirmar en Somerset Maugham su deseo de retener y fijar de un modo breve y con­ciso cuantas observaciones y datos signi­ficativos pudieran servirle para su propia «filosofía de la vida» o, como material, para la elaboración de obras futuras. A partir de 1892, comienza a «llevar su diario» aun­que no de un modo rutinario y sistemático, sino fijando sólo aquello que por entonces — a los dieciocho años — juzgaba importan­te: ideas originales, observaciones críticas inspiradas por sus lecturas, trozos de obras literarias que ya comenzaba a escribir, en su mayoría de piezas teatrales (es curioso que este escritor, que presenta todas las ca­racterísticas del narrador nato, se creyese en principio con vocación decidida para el teatro: sus comedias y dramas raramente son creaciones originales y, por lo general, provienen de «arreglos» de sus cuentos o novelas). El primer carnet, fechado en 1892, se remonta a la época en que el escritor era estudiante de medicina, y en él se re­gistran anotaciones de tipo psicológico, agu­das, matizadas de una ironía a veces cruel, reveladoras de una facultad de observación viva y lúcida.

El autor permanece durante cinco años estudiando medicina en el hos­pital Saint Thomas. Pero el virus de la lite­ratura se ha infiltrado en él, según pone de manifiesto su diario, lleno de proyectos de libros y fragmentos de relatos. La cu­riosidad acuciante de entrar en contacto con nuevos seres y paisajes le impulsa a viajar, trabando conocimiento con numero­sos personajes célebres y tipos pintorescos. De unos y otros, esboza sus retratos, com­puestos con un arte breve, pero intensa­mente evocadores, así como de cuantos lu­gares visita, sobre todo en los países de Oriente y en las islas de los mares del Sur, escenarios éstos de su predilección y en donde situará la acción de numerosas obras futuras. Sus dibujos ambientales aparecen trazados con un sentimiento muy pintores­co del color local y poseen la virtud evo­cadora del misterio que en ellos se inte­gra. Esta viva curiosidad por los hombres, países y circunstancias parece ganar en avi­dez y concentración a medida que los años se acumulan. Leyendo las páginas de su Carnet, sobre todo las de los años postreros — las últimas anotaciones se remontan al año 1944 — se descubre en Somerset Maugham una especie de irrefrenable pasión por la vida ardorosa y abigarrada, por la mis­teriosa complejidad de destinos y almas. Ansioso de nuevas enseñanzas y descubri­mientos, el autor se vale de todos sus en­cuentros con nuevos desconocidos — sea un gran biólogo o un vulgar aventurero — para tratar de calar más hondamente en el cono­cimiento de los hombres. Incluso se podría afirmar que de su curiosa manera de con­siderar el destino a través de las enseñan­zas que le ha suministrado una existencia fecunda en las más innumerables y varia­das experiencias, se desprende una especie de filosofía. De este modo el libro no se re­vela sólo como un repertorio fortuito de observaciones, y nos permite penetrar en la personalidad de su autor, de manera viva y completa, casi como si él mismo fuese un personaje más de sus novelas.


CRÍTICA DE LIBROS

Somerset Maugham / Cuadernos de un escritor


Somerset Maugham
CUADERNOS DE UN ESCRITOR


Durante las décadas del veinte y del treinta Maugham fue el escritor más exitoso, más leído, más vendido en Europa. Una especie de Stephen King de ahora. Pero la crítica nunca reconoció su verdadero valor literario, y pocos escritores, además de Anthony Burgess y George Orwell, reconocieron la influencia que ejerció sobre ellos, quizá porque siempre estuvo alejado de las experimentaciones formales de sus contemporáneos –Joyce, Woolf, Faulkner…–. La prosa de Maugham es diáfana, directa, y sus mayores alcances están en la observación cínica, en la caracterización perfecta y amarga de personajes. Aun hoy el escritor británico –aunque nacido en París y muerto en Niza– está algo relegado, a pesar de haber escrito verdaderas obras maestras como esa bonita biografía novelada de Gauguin titulada La luna y seis peniques –hágame el favor el título–, o su autobiografía Servidumbre humana, de más de seiscientas páginas y en la que en ningún momento deja ver sus preferencias (bi)sexuales. ¿Amañada? Sí, pero también genial por eso mismo (puede que me equivoque y haya por allí referencias, guiños que no supe percibir cuando la leí, como a los diecisiete). Su novela más celebrada, El filo de la navaja, narra la experiencia de un hombre de alta posición social que deja todo para irse a la India a buscarle sentido a su vida. En 1944, en plena guerra, fue mal recibida por el establecimiento, que la calificó de escapista; si se hubiera publicado 20 años después habría caído en el saco de las novelas fundacionales del movimiento hippie, al lado de En el camino y similares. Con el humor amargo del que siempre hizo gala, el propio Maugham dijo ya viejo: “soy el mejor de los escritores entre los escritores de segunda línea”.

Desde antes de cumplir 20 comenzó a escribir diarios, donde apuntaba sus pensamientos y reflexiones al comienzo, y que luego fueron convirtiéndose en la base para la creación de escenas, la caracterización de personajes en sus obras de ficción. Y eso se nota: al comienzo mucho aforismo, mucho pensamiento, hacia el final más bien descripciones, perfiles, notas de viaje, situaciones que veía por ahí. “Mi intención fue que mis cuadernos de notas fuesen un almacén de materiales destinados a un uso futuro y nada más”. En el 49 se decidió a publicarlos bajo el título Cuadernos de un escritor. “No lo publico porque sea lo bastante vanidoso como para suponer que toda palabra mía merece ser perpetuada. Lo publico porque me interesa la técnica de la producción literaria y el proceso de creación, y si un volumen como este, escrito por otro autor, cayese en mis manos, me arrojaría sobre él ávidamente”. Fue lo que hice cuando vi el volumen en una venta de saldos hace años. Y escogí de aquí y de allá algunas notas. Si hay tantas sobre (¿contra?) las mujeres es porque las consideraba competencia, y en sus anotaciones sobre ellas derramó lo más ácido de su talante. Debo decir como en las publicaciones institucionales aquello de “la opinión de los fusilados no necesariamente refleja las opiniones de el ojo en la paja bla, bla, bla”. Aunque en algunos casos sí.


OJO EN LA PAJA


Somerset Maugham / Lluvia y otros cuentos / Reseña

William Somerset Maugham

William Somerset Maugham
Lluvia y otros cuentos
David Pérez Vega
31 de mayo de 2016

Editorial Atalanta. 422 páginas. 1ª edición de los cuentos: de 1910-1930; esta edición: 2016.
Traducción de Concha Cardeñoso Sáenz de Miera.
Prólogo de Vicente Molina Foix.

Creo que la primera vez que supe del escritor británico William Somerset Maugham (embajada británica en París, 1974-Niza, 1965) fue a los dieciséis o diecisiete años, cuando leí la novela de ciencia-ficción Doctor moneda sangrienta de Philip K. Dick. En esa novela, tiernamente apocalíptica, un astronauta atrapado en una órbita geoestacionaria sobrevuela la Tierra leyendo fragmentos de Al filo de la navaja de Somerset Maugham. Años después supe que Somerset Maugham fue un escritor de gran renombre (de hecho, fue el escritor mejor pagado de su época), famoso por las novelas Al filo de la navaja y Servidumbre humana. En los años 90 del siglo XX, Maugham era un escritor bastante olvidado, y supuse que sus novelas habían sido bestsellers sin valor literario. Recuerdo un artículo (¿leído en Babelia?) escrito por Vicente Molina Foix –que firma el prólogo del presente volumen– en el que afirmaba que había considerado a Maugham un escritor de novelas sin demasiado valor literario, pero del que alguien le había regalado sus cuentos completos (imagino que en inglés) y éstos le habían sorprendido muy gratamente.

Algún tiempo después, con la lectura del artículo de Molina Foix en la cabeza, compré en un quiosco una edición barata de RBA que recogía cuatro cuentos de Somerset Maugham. Los leí seguramente hace más de quince años y me dejaron un buen recuerdo. Por eso cuando Paula Rosés, que ahora trabaja en la editorial Atalanta, me propuso el envío de este volumen, que antologa doce de los cerca de cien cuentos que escribió Maugham, para que lo reseñara, no pude resistirme al ofrecimiento.

Algunos de los cuentos de este libro superan las cincuenta páginas y por lo tanto podríamos hablar, en más de un caso, de novelas cortas.

Según nos cuenta Molina Foix en su prólogo, Somerset Maugham se resistió a la enorme influencia que ejerció el modelo de relato de Antón Chejov en los escritores anglosajones de principios del siglo XX. Para Maugham, los relatos deben avanzar «en una línea ininterrumpida desde la exposición a la conclusión»; el cuento ha de reconstruir «sólo un hecho, material o espiritual, al que por la eliminación de todo lo que no es esencial para su elucidación se le pueda dar una unidad dramática». Por tanto, según Molina Foix, Maugham es un defensor de la narración que va al grano del sentido, y prefiere acabar sus cuentos «con un punto final antes que con puntos suspensivos».

Muchos de los cuentos de Maugham están ubicados en lugares exóticos, principalmente en el Extremo Oriente, por ejemplo en los Estados Malayos Federados, o en ciudades como Pago Pago o Apia, sometidas al imperialismo británico.

Si bien los relatos situados en el Extremo Oriente acaban siendo los más recordados por el lector, en este libro existen también otros cuentos –en concreto cinco– ambientados en Gran Bretaña o en el continente europeo. En este sentido, el segundo cuento, titulado El sacristán, el segundo más breve de los aquí presentes, recoge con fina ironía una sencilla anécdota sobre un hombre al que nunca le hizo falta saber leer o escribir para que le fuera bien en la vida. Maugham parece desear contradecir los convencionalismos sociales, y por eso este cuento guarda una estrecha relación de planteamientos con otro titulado Cosas de la vida, sobre el malestar de un padre cuyos consejos a su hijo para su primera salida de casa son por completo contradichos por el triunfo del hijo en todos los sentidos. Son cuentos muy británicos, irónicos y encantadores, de anécdota clara y luminosa, y se leen con agrado. Sin embargo, su propuesta palidece en comparación con los logros de los cuentos de Chéjov, que resultan más hondos y trascendentes.

El mexicano lampiño también es poseedor del más puro encanto británico de los relatos de espías. Me ha recordado a las propuestas de autores como Graham Greene, aunque su sorpresa final, que supuestamente debe elevar el valor del relato hacia algún sentido de mayor trascendencia, me ha sabido a resolución ya conocida; un truco que he visto de niño en programas como, por ejemplo, La hora de Alfred Hitchcock.

La joya, sobre la relación de un burgués londinense con su sirvienta, no puede ser más británico, pero no puedo evitar pensar que Chéjov podría haber invadido el relato de un majestuoso aire melancólico y Maugham prefiere dejarlo en una irónica crítica de costumbres de vuelo más bajo.

Me percato de que el comentario de Molina Foix, en el que contrapone la concepción del cuento de Maugham a la de Chéjov, en cierto modo condicionó mi lectura de este libro y está condicionando la redacción de esta reseña. Pero mi comentario sobre Lluvia y otros cuentos no acaba aquí. Aunque considero que Chéjov ganó a Maugham la partida de la modernidad, tengo más cosas que decir sobre Maugham, sobre su redención como escritor porque, y lo voy a decir ya, los dos últimos cuentos (o novelas cortas de este libro), sus últimas cien páginas, son maravillosas.

De los cuentos ambientados en Europa mi favorito es La señora del coronel, que nos habla del impacto que causa el inesperado éxito del libro de poemas de la esposa de un coronel en su matrimonio. La anécdota irónica irrumpe al final, pero el desarrollo del cuento muestra mucha vida, muchas aristas, muchas servidumbres y ángulos oscuros sobre la relación que mantiene la pareja. Estos personajes tienen hondura y Maugham se muestra como un fino observador del alma humana.

El libro empieza con el relato La carta, ambientado en el Extremo Oriente, que plantea el misterio de un asesinato entre blancos. En este relato se despliegan ya los elementos constructivos de los relatos orientalistas de Maugham: la mirada condescendiente sobre los nativos (con un poso de superioridad en los ojos del colono hacia el buen salvaje malayo), el machismo de la época (con mujeres abnegadas cuya función social es, principalmente, la de servir de objeto decorativo a su marido), y la ruptura de las normas de convivencia mediante la irrupción de la pasión, principalmente sexual, en los convencionalismos sociales.

La ambientación de los relatos en el Extremo Oriente es muy seductora y se convierte en un protagonista más de estas narraciones.

La nave de la ira contrapone las costumbres relajadas y escandalosas de Ginger Ted, un blanco borrachín y pendenciero que habita en unas islas de la colonia británica, con el comportamiento de los hermanos Jones, misioneros en las mismas islas. La señorita Jones sufrirá una crisis de atracción-repulsión hacia Ted. Éste es un cuento muy divertido, aunque quizás el cambio de personalidad final de Ginger Ted (supeditado a la trama) sea un tanto exagerado y rompa con la verosimilitud del relato, en aras del efecto final.

Red ya lo había leído en esa colección de RBA que he mencionado al principio. Aquí se usa un recurso que se repite en otros cuentos: el de un narrador que cuenta una historia a otras personas en torno a una mesa o unas copas. Se trata de una historia melancólica sobre el amor y el paso del tiempo, que ofrece estupendas descripciones del entorno natural malayo.

Don Sabelotodo transcurre en un barco (la presencia de los barcos y el mar en estos relatos es prolija) y, si bien he realizado la división arbitraria entre cuentos europeos y orientales, éste (ambientado en un barco que va de San Francisco a Yokohama) sería de composición híbrida. Don Sabelotodo es, con sus nueve páginas, el más corto del conjunto, y vuelve a contraponer los convencionalismos sociales a la verdad de las pasiones humanas.

He buscado información sobre Somerset Maugham en internet y he leído que, a pesar de haber estado casado y ser padre de varios hijos, mantuvo varias relaciones homosexuales, y alguna de ellas duró hasta treinta años. Esto ocurría en un momento en el que la homosexualidad estaba perseguida en Gran Bretaña, y a raíz de este dato creo que se entiende mucho mejor su obsesión por los convencionalismos sociales, las apariencias y las verdaderas pasiones que asaltan la vida de las personas. Es cierto, sin embargo, que aunque en estos cuentos encontramos una relación incestuosa entre hermanos, no hay ningún personaje homosexual, y aventuro que Maugham, al escribir estos cuentos, se identificaba con las mujeres sometidas a sus maridos y deseosas de vivir aventuras eróticas.

Me he dejado para el final el comentario de los que me han parecido los tres mejores cuentos. Empiezo por La bolsa de libros: en él vuelve a utilizarse el recurso del personaje que narra una historia a otro. El argumento es una historia terrible sobre celos e incesto.

Por una tradición personal, cuando se acerca el verano leo literatura de género, normalmente de terror. En algún momento, al leer los relatos de este libro, me daba cuenta de que mi mente, imbuida por el exotismo de los escenarios, me llevaba a pensar que el desarrollo de la historia se iba a acercar al género fantástico o de terror. Estas expectativas subconscientes quedaron colmadas con La bolsa de libros.

Como ya he apuntado antes, las últimas cien páginas de este libro, formadas por los relatos –o más bien, novelas cortas– Lluvia El P. & O., son maravillosas.

Lluvia es el cuento más famoso de Somerset Maugham y puede que su pieza más valorada por la crítica (por encima de sus novelas). En este relato se vuelve a contraponer la lucha entre el decoro social (representado por los Davidson, una pareja de estrictos misioneros) y la pasión por la sexualidad sin represiones (representada por Sadie Thompson, una joven y descarada prostituta). Los Davidson y Sadie se ven obligados a compartir casa en Pago Pago porque su viaje por mar se ha visto interrumpido. Los Davidson comparten estancia con los Macphail, y la estancia de abajo está ocupada por Sadie. El relato refleja la visión del doctor Macphail sobre el resto de personajes. El doctor se siente cada vez más incómodo con la intolerancia del misionero Davidson. La narración está muy bien ajustada y el desenlace deja al lector con un nudo en la garganta. Una gran novela corta.

Antes de empezar a leer el libro ya sabía que Lluvia era el relato más famoso del autor y al leerlo mis expectativas han quedado satisfechas, pero casi me ha gustado más El P. & O., que cierra el libro y describe el viaje desde Oriente hasta Inglaterra de la señora Hamlyn. La protagonista huye al descubrir que su marido, con el que compartía casa en Yokohama, no se ha limitado a serle discretamente infiel, algo que la señora Hamlyn podría soportar, sino que se ha enamorado públicamente de una mujer que hasta entonces era amiga de la familia. La señora Hamlyn tiene ya cuarenta años, y lo que más le duele, por encima de la infidelidad de su marido, es que éste, de cincuenta años, no la haya dejado por una jovencita, sino por una mujer ocho años mayor que ella. En el barco conocerá al señor Gallagher, de cuarenta y cinco años (se insiste en las edades de los personajes), que regresa para instalarse en Irlanda, su tierra natal. Una extraña enfermedad, que irá creando un oscuro estado de ánimo en el barco, postrará en cama al señor Gallagher. El final epifánico de este cuento, con la señora Hamlyn contemplando lo que le queda de vida por delante, es realmente hermoso. Al nivel de las grandes narraciones de Raymond CarverRichard Ford o John Cheever. No se me ocurre mejor elogio.

DESDE LA CIUDAD SIN CINES