UN VIEJO Y LOCO CULEBRERO PAISA
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1.
Alcanzaba para seis. Una quedó afuera, en la sala de espera. Dio vueltas por el hall. Tardó en asumir que tendría que aguantarse las ganas hasta el día siguiente, o el siguiente, o hasta que volvieran a llamarla. No era la primera vez que le pasaba. Las que entraron subieron las escaleras blancas hasta el primer piso. Ninguna se conocía particularmente con las otras. Quizá alguna vez se cruzaron, tal vez en ese mismo lugar, pero nada más que eso. Pasaron al cambiador en silencio. Colgaron sus carteras, se quitaron los abrigos. Se lavaron las manos por turnos, y por turnos también se acomodaron el pelo frente al espejo, atado en una cola o con una bincha. Todo con amabilidad y en silencio, agradeciendo con gestos o sonrisas. Han pensado en esto toda la semana. Mientras trabajaban, mientras cuidaban a sus hijos, mientras comían, y ahora están ahí. Ya casi dentro de la sala, ya casi a punto de comenzar.
Triunfo Arciniegas |
Triunfo Arciniegas es un imaginador, un bebedor de relámpagos, un enamorado del lenguaje que, asegura, toda la vida se ha dedicado con fervor a las palabras y a las historias, tanto como lector, como escritor.
Arciniegas es un escritor colombiano licenciado de la Universidad de Pamplona, se especializó en traducción de texto de la misma, y es Magister en Literatura de la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá, con la tesis titulada La seducción de la escritura: apuntes personales sobre el proceso de la creación literaria.
La timidez lo hizo solitario y la soledad lo hizo escritor. Sus primeros cinco hermanos y él nacieron en Málaga, Santander, pero luego su padre decidió que se fueran a vivir a Pamplona, y en Málaga se quedó su abuela.
El escritor procuró remediar la ausencia de su abuelita con cartas, y esas cartas a la abuela lo convertirían finalmente en escritor. Si no tenía nada para contarle, se lo inventaba. Así comenzó ese oficio de contar mentiras que es la literatura.
— ¿Cuántos libros tiene a la fecha y cuántos más pensaría en publicar?
— Le cuento de los últimos. “Querida Lucy” es el número 66, un libro que he trabajado muchos años, tratando de hacer un diamante de un profundo dolor. “Esopo dijo que era el burro”, el número 67, es cosecha de pandemia y estreno para la Filbo 2023. Ambos para niños, por supuesto. Con “Muertas de amor” completo 68 libros publicados. No puedo decir cuántos libros más publicaré. Ojalá sean más de cien. Ojalá la vida me alcance. Por ahora, tengo unos cuantos guardados que esperan con ansia al editor.
— ¿Cuál es su género favorito para la creación literaria?
— Me va bien con el cuento. Raymond Carver es grandioso y sólo publicó cuentos. Cuentos y poemas. Pero nunca una novela. Chejov me importa como cuentista y no como dramaturgo. Maupassant es maravilloso como cuentista y aburrido como novelista. Rulfo es absolutamente genial en ambos campos. Lo mismo pasa con García Márquez. Alice Munro es una cuentista grandiosa. Borges, el más grande de todos, nunca publicó una novela.
— ¿Y para la lectura?
— Diría que la novela. Por la continuidad. Por la fascinación que crean los personajes. Porque mientras se lee una novela hay una especie de convivencia. Si hablaramos en términos de Netflix, exagerando la nota, podría decirse que el cuento es una película, y la novela, una serie. En el siglo XIX, las novelas se publicaban por entregas, como series precisamente.
— ¿De qué va “Muertas de amor”?
— Son veintidós historias de personajes atormentados por el amor, el deseo, el dolor, la desesperanza. Historias crudas, duras, escritas con delicadeza, con el placer de la sintaxis. Le puedo adelantar unos asuntos: el gozoso entierro de un payaso, la disparatada boda que remata un encuentro de escritores de provincia en la frontera, la pasión de un fotógrafo por la dueña de un delantal, las noches y los días de una familia que se deshace como pan en el agua, la incertidumbre de un libro que se transforma en cada lectura, una mano abandonada en un bosque y la agonía de una muchacha embriagada por olor de hombre y la belleza de un conejo. Ahí van siete. Quedan quince.
— ¿Con qué fin publica este libro?
— He trabajado en este libro más de veinte años y ya es hora de darle cierre. Publicar es una manera de apartarse del libro. He tenido suerte: Tusquets ha hecho una edición preciosa. Y tengo la suerte de que Juan David Correa, el editor, haya escogido una fotografía mía para ilustrar la tapa.
— ¿Cómo hace para escribir exitosamente libros para niños y para adultos?
— Es curioso. Roald Dahl, a quien considero el mejor escritor de libros para niños del mundo entero, escribía cuentos magistrales para los adultos. Mis dos primeros libros no son para niños: El jardín del unicornio y otros lugares para hombres solos y Noticias de la niebla. También tengo un libro de poemas, Mujeres. Y una novela, Dulce animal de compañía.
Podría decirse que habito las dos caras de la luna: la luminosa y la oscura. Escribir para niños deja ciertos asuntos represados. Además, la sintaxis en la escritura para niños es simple y básica. Hay que recurrir a la narración lineal o los lectores se extravían. Así que quedan las ganas de retorcer el lenguaje y de navegar en aguas más oscuras y profundas.
— Octavio Escobar escribió: “El oficio literario no se improvisa, tampoco el empeño de conocer a las mujeres. Triunfo Arciniegas ha sabido perseverar en ambos propósitos”: ¿Cómo va con eso?
— Me va mejor con el oficio literario.
INFOBAE
Pascal Quignard |
Madrid, 13 de abril de 2023
El escritor francés Pascal Quignard (Verneuil-sur-Avre, 74 años) ha ganado este miércoles el premio Formentor de las letras 2023. El jurado, que se reunió en Canfranc, en los Pirineos de Aragón, considera al autor de culto francés uno de los escritores europeos que ha renovado la potencia expresiva del lenguaje y enumera sus razones para otorgarle el premio: “Por la maestría con que ha rescatado la genealogía del pensamiento literario, por la destreza con que se sustrae a la banalidad textual, por haber resuelto las dimensiones más inesperadas de la escritura, por la composición de su gran tratado sobre los enigmas literarios del alma humana”.
Autora: Violette Leduc
Año: 2015
Primera edición: 1966
Editorial: Mármara
Género: Novela corta
Valoración: Me gustó
Hablas de la sexualidad de la mujer como ninguna otra lo ha hecho. Con poesía, verdad y mucho más.
(Simone de Beauvoir en Violette, 2013)
Aunque hasta ahora había sido condenada al olvido injustamente —como tantas otras—, se están realizando ciertos esfuerzos por rescatar a la tempestiva Violette Leduc. Martin Provost le da vida en la gran pantalla en 2013 (Violette), ofreciéndonos así a la mujer emblemática que fue: explosiva, genuina, genial. En 2015 Mármara edita en español, bajo la traducción de Delfín G. Marcos, con algunas erratas editoriales, pero en fin, eso es mejor que nada, Thérèse e Isabelle —queridas editoras y traductoras: ¡Leduc!—. Aun así, el nombre de la autora permanece oculto inmerecidamente. Hablamos de una mujer contemporánea a Simone de Beauvoir, y avalada por esta, que se acercó en su literatura por primera vez a una serie de problemas cuyo núcleo en común es ser mujer.
El modo de escribir de Sami Naïr (Tlemcen, Argelia, 73 años) se parece a su forma de hablar: lanza un puño hacia adelante para que la idea que avanza resulte tan sólida como la palabra que utiliza. Prosa marcada por la memoria y la acción. Así ha abordado su largo encuentro con Simone de Beauvoir, la compañera de Jean Paul Sartre. Trabajó a su lado en la revista Le Temps Modernes, creación del filósofo que ella dirigió desde 1979, cuando murió Sartre, hasta su propia muerte en 1986.
Albert Camus con sus dos hijos gemelos en Brefs, en Vendée, 1946, en una imagen del libro 'Albert Camus, solitario y solidario', de Catherine Camus. |
Albert Camus |
En una sociedad gangrenada por dos guerras, Camus fue guía para el pensamiento de una generación.
En una fotografía de 1944, Henri Cartier-Bresson retrató a Albert Camus en las calles de París. Con el pelo engomado, la mirada profunda y enfundado en un abrigo negro, el escritor argelino, emulando a un joven Humphrey Bogart, se convirtió, a través del ojo de Bresson, en un ícono visual de la época. Delgado, pálido y atractivo, Camus, a lo largo de su vida, no solo fue el escritor que marcó el rumbo del pensamiento occidental de mediados de siglo, sino que encarnó, a través del personaje que de sí mismo construyó, el querer y el sentir de una generación, la de la postguerra.
Jorge Luis Borges |
Juan David Correa
ISABEL BOTERO
¿Quién no pensó en su vida como una cueva oscura en la que no podía entrar nadie? La protagonista de “Edificio Wolf” huye un buen día de su casa. Tiene solo veintitrés años, pero la distancia con su madre es tan grande que prefiere buscarse la vida. Así se inicia esta hermosa novela de Isabel Botero que pone a andar el gran mecanismo del tiempo para contarnos, en tres planos temporales distintos, las vidas de un puñado de personas atravesadas por el lugar al que la narradora ha podido encallar para no naufragar.
Hace apenas un mes era totalmente desconocida. Hoy, se podría decir, es una celebridad. Con apenas 20 años, sus entrevistas en radio y televisión descrestaron al auditorio. En la entrevista de SoHo muestra otra faceta de su personalidad: la de una mujer sin pelos en la lengua que desafía todos los tabús del sexo, lo cual escandaliza y a la vez fascina.
Traducción de María Teresa León
Traducción de Jorge Bustamante García