Raymond Carver |
miércoles, 30 de septiembre de 2020
Stephen King / El verdadero Raymond Carver
Donald Trump / Pocos impuestos, muchas deudas y 70.000 dólares en peluquería
Donald Trump: pocos impuestos, muchas deudas y 70.000 dólares en peluquería
Breves conclusiones sobre los casi cuatro años de investigación del diario ‘The New York Times’ sobre las finanzas del presidente de EE UU
28 de septiembre de 2020
¿Quién lee a Cabaliere?
¿Quién lee a Cabaliere?
La polémica por el Premio Espasa de Poesía a la obra de un desconocido venezolano con un millón de seguidores en redes sociales alimenta el debate entre lo cultural y lo viral
Caracas - 28 SEP 2020 - 17:30 COT
martes, 29 de septiembre de 2020
Virginie Despentes / “No tenemos que limpiar a Woody Allen para que su cine sea bueno”
Virginie Despentes en Madrid. FOTO DE ANDREA COMAS |
“No tenemos que limpiar a Woody Allen para que su cine sea bueno”
La escritora francesa Virginie Despentes publica la última novela de su trilogía, 'Vernon Subutex', y reedita su ensayo feminista 'Teoría King Kong'
Patricia Gosálvez
Madrid, 15 de febrero de 2018
MÁS INFORMACIÓN
“Siempre me ha impresionado la similitud entre la parte promocional de mi trabajo y el acto de prostituirse”. Virginie Despentes lo escribió hace 12 años en su poderoso manifiesto feminista Teoría King Kong. Hace 27 fue prostituta. Trabajó en una tienda de discos, fue punki, durmió en la calle, fue violada a los 17 años cuando hacía autostop, es dj, bebió mucho, dejó de beber y se hizo lesbiana. Tiene una decena de novelas, muchos premios y tres películas dirigidas. Su trilogía Vernon Subutex, un diorama social sobre un viejo rockero convertido en gurú de una subcultura basada en las raves, ha vendido más de 500.000 copias. La tercera entrega se publica ahora en castellano junto a la reedición de Teoría King Kong. Despentes (Nancy, Francia, 1969) está de promoción. No le importa que le pregunten más sobre #MeToo (“una de las cosas más importantes de las que he sido testigo”) que sobre su novela. Aunque es francesa, dice “shit” todo el rato en inglés cuando habla en un perfecto castellano. Es generosa, optimista, risueña. Y hoy la mayoría de sus “clientes”, somos mujeres.
Virginie Despentes / “Francia está en caída libre”
Revolucionó las letras de su país con 'Fóllame'. Ahora publica 'Vernon Subutex', una trilogía que habla del miedo colectivo a que la crisis nos afecte
Virginie Despentes / "Parece que la violación sólo es grave cuando la cometen pobres o refugiados"
Virginie Despentes |
"Parece que la violación sólo es grave cuando la cometen pobres o refugiados"
La 'fille terrible' de las letras francesas vuelve con
'Vernon Subutex 1', la primera parte de una nueva trilogía,y habla sobre sexo, feminismo y la cultura
12 de junio de 2016
lunes, 28 de septiembre de 2020
Enrique Vila-Matas / Explícame a Duras
Explícame a Duras
'Las diez y media de una noche de verano' sigue siendo, sesenta años después, una novela extraña, aunque ya solo fuera porque transcurría en un enclave aragonés
Marguerite Duras / El absoluto sólo se puede mirar
Marguerite Duras |
Un extracto del libro “El cielo completo: mujeres escribiendo, leyendo”, de Sara Sefchovich.
Marguerite Duras fue novelista, guionista y directora de cine en una época difícil para las mujeres. Nació en Vietnam en 1914 y se fue a Francia en 1932, pero esos años en la indochina francesa definieron mucho de su futuro trabajo. Estudió Derecho, Matemáticas y Ciencias Políticas, y su primer libro lo publicó en 1943. A ese le siguieron muchas obras, entre novelas, guiones y ensayos, que la pusieron en un lugar inédito en la cultura occidental.
Ante el dolor de los demás / Las lágrimas de Marguerite Duras
Marguerite Duras |
Ante el dolor de los demás
Las lágrimas de Marguerite Dura
Regarding the Pain of Others. Tears of Marguerite Duras
*Université Sorbonne Nouvelle, e-mail: melina.balcazar.moreno@univ-paris3.fr
A lo largo de su obra narrativa y cinematográfica, Marguerite Duras explora las posibilidades de transformación —del sujeto, de la historia— que la emoción puede abrir. Una emoción que la autora quiere desbordante, excesiva, como una forma de insumisión contra el orden moral y social. Así, las lágrimas —las suyas y las de sus personajes— buscan decirnos algo más acerca del poder del pathos, mediante la relación que establece entre la muerte y el deseo.
Palabras clave: duelo; emoción; imagen; genocidio; Duras; Sontag
La muerte de Yann Andréa, el compañero de Marguerite Duras
La muerte de Yann Andréa,
el compañero de Marguerite Duras
“Me ha ocurrido esta historia a los sesenta y cinco años con Y. A., homosexual. Es sin duda lo más inesperado de esta última parte de mi vida, lo más terrorífico, lo más importante". Duras.
"Si mañana me muero o me mato, usted hará un pequeño libro en quince días, estoy seguro". Ella responde: “No diga eso, Yann, se lo suplico. No diga: un pequeño libro. Diga: un libro".
Yann Andréa
Yann Andréa, el último compañero de Marguerite Duras, quien vivió con ella desde 1980 hasta la muerte de Duras en 1996, murió este 10 de julio, su cuerpo fue encontrado en su departamento de París. Tenía 63 años. Cuando comenzaron a vivir juntos él tenía 28 y ella 65. Ese hombre que en realidad se llamaba Yann Lemée, y a quien Duras le inventó un segundo nombre: “Andréa”, y hasta un apellido, en uno de los libros que escribió por y para él: “Yann Andréa Steiner”. Marguerite –de nacimiento- se apellidaba Donadieu, retiró su apellido paterno y eligió un sustituto también
Siri Hustvedt / Las Pandoras de la pandemia
Las Pandoras de la pandemia
Los déspotas buscan un enemigo mitológico a quien culpar del coronavirus. Sin embargo, si algo hemos aprendido de la pandemia es que la acción colectiva es lo único que puede cambiar las cosas
SIRI HUSTVEDT
Traducción de María Luisa Rodríguez Tapia.
26 SEP 2020 - 17:30 COT
A principios de abril, cuando la ciudad de Nueva York estaba casi totalmente paralizada, oía día y noche las sirenas de las ambulancias. Leía las noticias de que habían llevado camiones frigoríficos para albergar los centenares de cadáveres que salían de los hospitales a diario. Leía sobre los sepultureros que no daban abasto para enterrar los cuerpos. Pensaba en todas las personas que lloraban a sus muertos, por culpa de un virus completamente indiferente a su dolor.
domingo, 27 de septiembre de 2020
Annie Ernaux / Una mujer / La infancia de mi madre es más o menos esto
La infancia de mi madre es más o menos esto
Annie Ernaux narra la historia de su progenitora en 'Una mujer', donde confiesa sus sentimientos encontrados respecto a ella: amor, odio, culpabilidad y, antes de su muerte, un apego visceral por la anciana enferma en la que se convirtió. 'Babelia' adelanta un capítulo
Yvetot es una ciudad fría, construida sobre una meseta expuesta al viento, entre Rouen y Le Havre. A principios del siglo XX, era el centro comercial y administrativo de una región enteramente agrícola, en manos de grandes latifundistas. Mi abuelo, carretero en una granja, y mi abuela, tejedora a domicilio, se instalaron allí después de unos años de casados. Ambos eran originarios de un pueblo vecino, a tres kilómetros. Alquilaron una casita baja con un corral, del otro lado de las vías del tren, en la periferia, en una zona rural de límites imprecisos, entre los últimos cafés junto a la estación y los primeros campos de colza. Mi madre nació allí, en 1906, la cuarta de seis hijos. (Su orgullo cuando decía: "Yo no he nacido en el campo".)
Cuatro de los hijos no salieron de Yvetot en su vida, mi madre pasó allí tres cuartas partes de la suya. Se mudaron cerca del centro, pero nunca llegaron a acostumbrarse. "Íbamos a la ciudad" para misa, la carne, los giros que había que enviar. Ahora, mi prima tiene un piso en el centro, atravesado por la nacional 15 por la que circulan camiones día y noche. Le da un somnífero a su gato para que no salga y no lo atropellen. El barrio en el que mi madre pasó su infancia está muy solicitado por la gente de ingresos elevados, debido a la tranquilidad que reina en él y a las casas antiguas.
Annie Ernaux / “Escribir no sirve si no se llega al fondo de la verdad”
Annie Ernaux: “Escribir no sirve si no se llega al fondo de la verdad”
Alex Vicente
28 de septiembre de 2016
A punto de cumplir 18 años, Annie Ernaux (Lillebonne, Francia, 1940) se alejó por primera vez de sus padres, modestos tenderos normandos, para trabajar como monitora en un campamento. Nunca ha dejado de pensar en aquel verano, porque en él aconteció una de las experiencias más cruciales de su vida: nada más llegar, perdió la virginidad. Vivió su primer amor y su primer rechazo. Y terminó lanzándose a los brazos de otros chicos, por lo que fue tratada “como una puta”, entre otras vejaciones. La leyenda corrió como la pólvora. Hasta tal punto que, el verano siguiente, el campamento prefirió no renovar su contrato.
Si la ficción ha muerto… ¿Todo está permitido?
Si la ficción ha muerto… ¿Todo está permitido?
¿Tiene límites la novela? Si todo es novela, ¿nada lo es? ¿Puede una novela no ser imaginativa? Asistimos desde hace tiempo al auge de la literatura transgénero, que disuelve los géneros o se los salta, que ataca ciertas convenciones, como el narrador omnisciente o el modelo clásico -decimonónico- de novela, que tanto placer ha deparado a los lectores. Y todo en un contexto en que la literatura de lo “real” -pónganse aquí tantas comillas como se quiera- gana terreno en las mesas de novedades. Escritores, críticos y editores tercian en un debate apasionante y, probablemente, sin fin
Al comienzo de una de sus novelas, Graham Greene advertía: “Esta es una obra de ficción. Ninguna de las personas que aparecen en ella se asemeja a ninguna persona viva o muerta, etc., etc. Londres no existe”. David Shields utilizaba en Hambre de realidad esta cita jocosa para hablar del carácter híbrido de la novela, un género, venía a decir, que surgió (de Defoe a Flaubert, de Cervantes a Dickens) como una imperfecta mezcla de documentos realistas, un poco de historia y autobiografía encubierta. Después, seguía el escritor en resumen apresurado, Henry James impondría que la novela, como “producto artístico”, debía ser enteramente imaginativa, a lo que algunos escritores de la posmodernidad (los más audaces, se entiende: Naipaul, Sebald) habrían respondido con una “necesaria” vuelta a la novela híbrida, en la que “el material que no es ficticio se ordena, moldea e imagina como ficción”.
sábado, 26 de septiembre de 2020
Christine Angot / «Una novela cien por cien autobiográfica puede ser falsa, y a la inversa»
Christine Angot. Foto: Jean-Luc Bertini / Flammarion
Christine Angot: «Una novela cien por cien autobiográfica puede ser falsa, y a la inversa»
Christine Angot / The Challenge of “L’Inceste” and “The Incest Diary”
En medio del prolongado debate sobre el auge de la autoficción, llega a España Christine Angot (Châteauroux, 1959) para promocionar su última novela publicada en nuestro país, Un amor imposible (Anagrama), ganadora del Prix Décembre 2015. La autora francesa practica la autoficción desde hace más de veinte años, convirtiendo una biografía marcada por el incesto en el ámbito principal de su universo literario. En 1999 irrumpió con escándalo en el panorama editorial francés con El incesto y en 2012 añadió leña a la controversia con Una semana de vacaciones, una versión incluso más cruda que la anterior de las relaciones sexuales que mantuvo con su padre desde la adolescencia.
El incesto y Christine Angot
Christine Angot |
El incesto
y Christine Angot
La controvertida autora francesa publica 'Una semana de vacaciones'
La novela recoge, filtradas por la literatura, las relaciones sexuales que, de adolescente, mantuvo con su padre
Elena Hevia
Barcelona, 19 de febrero de 2014
Incluso en un país que ha dado al mundo los más grandes libertinos como es Francia, una figura como la de la escritora Christine Angot (Châteauroux, 1959) puede resultar incómoda. Angot, que hasta los 14 años respondía al apellido materno, Schwartz, adoptó entonces el de su padre, ausente hasta el momento, que no solo tuvo a bien reconocerla sino también iniciarla personalmente en la sexualidad. Ese hecho marcó a fuego a la autora que relató la experiencia en Incesto, una novela sin adornos estilísticos -«hubo quien habló de vómito»- que convulsionó la escena literaria francesa en 1999 y dividió tajantemente a los defensores de su valor y a los detractores, por su afán de exhibicionismo.
Christine Angot / Un amor imposible / Reseña
Christine Angot nació en Francia en 1959, hija de Rachel Schwartz, una mujer soltera, judía, de clase media-baja, y de Pierre Angot, miembro de la alta burguesía católica. En Un amor imposible, Angot cuenta la historia de ambos desde antes de su nacimiento. Pierre advierte a Rachel de que nunca se casará con ella, pues no es digna, en términos sociales, económicos y étnicos, de ingresar en su familia, y no reconoce tampoco a Christine. Ésta, marcada por la infamante mención “de padre desconocido” en el Registro Civil, solo ve a Pierre fugazmente en los primeros años de su vida. Pero cuando tiene catorce, el padre -que entre tanto ha formado una familia con una mujer, ella sí, rica y respetable– reaparece en su vida: la reconoce y la invita a pasar fines de semana con él. Durante los cuales, mantiene una relación incestuosa con ella.
viernes, 25 de septiembre de 2020
“Ya no soy yo” / Los últimos días de Robin Williams
“Ya no soy yo”: los últimos días de Robin Williams, un genio que se estaba rompiendo por dentro
El actor se suicidó solo seis meses después de empezar a notar los síntomas de la demencia con cuerpos de Lewy, una enfermedad que nunca supo que padecía. Un nuevo documental nos introduce en la última época de uno de los cómicos más brillantes de la historia
“¿Puedes imaginarte el dolor que debió sentir cuando se dio cuenta de que su mente se estaba desintegrando? Y además debido a algo desconocido”, dice Susan Schneider Williams, la viuda de Robin Williams, en el nuevo documental que narra los últimos meses de su vida, Robin’s Wish, dirigido por Tylor Norwood.