lunes, 29 de julio de 2019

Phlip K. Dick / ¿Pero qué es Ubik?




¿PERO QUÉ ES UBIK?

Algunas reflexiones sobre la novela 


Ubik es una de las mejores (en mi opinión) novelas de Philip K. Dick, prolífico autor de ciencia ficción. Fue publicada en 1969 y, a diferencia de otros textos quizás más famosos de Dick, desgraciadamente aun no ha sido llevada a la pantalla.
Lo que comienza como una trama de espionaje industrial, con agentes con poderes psíquicos, pronto derivará en un universo construido de tal manera que no sabremos qué es la realidad, quiénes son los vivos y quiénes son los muertos -o en qué grado lo están-. Porque éste será un aspecto esencial en la novela: el desarrollo científico ha logrado que al morir, si el cuerpo es procesado con suficiente premura y de una determinada forma, el individuo pueda estar en un estado de semivida temporal, hasta el punto de poder comunicarse con los realmente vivos.
Y para estos semivivos, resultará que Ubik es esencial.

Por supuesto, en la trama no faltará una femme fatale, un poderoso y misterioso antagonista y un ambiguo final que dará para numerosas interpretaciones.
Ubik, el libro, juega con estas capas de realidades que tanto gustaban a Philip K. Dick. ¿Quién está realmente vivo? ¿Y si estamos todos semivivos? ¿Qué es lo real y lo imaginario? Es una temática recurrente, por ejemplo en Los tres estigmas de Palmer Eldritch, otra de las novelas de Dick donde también se mezclan las conspiraciones entre empresas rivales, la religión y la realidad y la alucinación, la vida y la muerte.
Hoy no entraremos en esta cebolla de la realidad, ya tendremos suficiente material en el futuro para abordarlo, desde el citado libro hasta la película Matrix. Me resulta en este caso más interesante descubrir qué es Ubik, el “producto”.



Pero, ¿qué es Ubik?

Somos fantasmas reales atentos y sabios que viven en el mundo de la auténtica vida, algunos elementos de la cual llegan a nosotros en forma de astillas punzantes pero de impagables efectos, de una sustancia que palpita como un corazón.
Durante todo el libro, Ubik es presentado como un producto comercial casi milagroso que, aplicado según las instrucciones, confiere los mejores resultados.



Su primera aparición es con el siguiente anuncio:
Hoy nos toca hacer limpieza, amigos: éstos son los descuentos con los que liquidamos nuestros silenciosos Ubiks eléctricos. Sí, echamos la casa por la ventana. Y recuerden: todos nuestros Ubiks han de ser usados de acuerdo con las instrucciones.
Y así en cada capítulo. Siempre un anuncio comercial de Ubik que, usándolo de acuerdo a las instrucciones, nos consigue la comida más sabrosa, es el mejor dentífrico, una marca de pan de molde o el sujetador que mejor realza el busto.
Por cierto, no usar correctamente las instrucciones, puede provocar la muerte.
Anuncios de Ubik

Ubik y el consumismo

¿Es Ubik el consumismo, uno de los motores de la sociedad capitalista? En la época en la que Dick escribió su novela, los hogares norteamericanos hacía ya tiempo que sufrían el constante y machacón bombardeo publicitario, en el cine, en la prensa, en las vallas publicitarias... Y, sobre todo a través de la novedosa televisión.
Desde entonces la presencia de la publicidad en nuestras vidas no ha hecho otra cosa que crecer, sobre todo con internet y los smartphones. La publicidad nos vende que la felicidad solo se logra comprando, consumiendo productos que incluso podrían parecer innecesarios. Es como una nueva religión. La compra convulsiva incluso se ha convertido en una enfermedad social, presente en todo Occidente.
Sería lógico pensar que, si la ciencia desarrolla un estado de semivida, como el de la novela, en esta nueva dimensión seguiríamos bombardeados por la publicidad... Publicidad, en todas partes, incluso al borde de la muerte.
De hecho, Ubik procede de la palabra ubicuidad, que suele aplicarse a Dios en cuanto a que puede estar en todas partes.


¿Ubik es Dios?

Yo soy Ubik. Antes de que el universo existiera yo existía (...). Me llaman Ubik, pero Ubik no es mi nombre. Yo soy. Yo seré siempre.
La religión siempre está muy presente en la obra de Philip K Dick. Incluso uno de los elementos más importantes presente en su famoso libro Sueñan los androides -y que no aparecerá en la película Blade Runner- es el tema religioso. Antes hemos mencionado Los tres estigmas.
Pueda ser precisamente ese Dios eterno, que en cada momento histórico ha adoptado distintas formas, desde el politeísmo egipcio y griego, el dios vengador de los judíos o el dios sobrio e individualista de los protestantes. Ahora bajo el capitalismo reaparece como los productos comerciales, las mercancías que prometen una vida plena.
Precisamente en Ubik, una atractiva mensajera le explicará al protagonista que un frasco de aerosol Ubik consiste en un ionizador negativo portátil, con una unidad autocontenida, de alto voltaje y bla bla bla creada por semivivos dotados de sentido de la responsabilidad. Como el libro explica, una herramienta que retrasa la regresión inevitable de la semivida. Nos da la ilusión de seguir vivos.
La ilusión de seguir vivos.



¿Hemos creado nuestro Ubik?

¿Es Ubik el dios creado en un mundo de semivivos para creer que siguen vivos? ¿Son todos en esta realidad semivivos que en un grado u otro piensan que siguen con vida? Estos semivivos responsables, crearon el Dios adecuado para sus necesidades: Un Dios presentado como el gran producto, que nos trae la perfección y la felicidad.
Quizás nosotros también hemos creado dioses a nuestra imagen y semejanza para cubrir determinadas necesidades que teníamos -y tenemos- en la realidad que vivimos cada día. ¿Pero no son, en la sociedad que vivimos, los productos, las mercancías, el dinero, los verdaderos dioses que dominan el destino de millones de hombres que se creen vivos, pero que no dejan de ser semivivos esclavizados?


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