sábado, 20 de agosto de 2016

Poemas de Orlando Gallo

El lugar del deseo
Medellín, 2015
Fotografía de Triunfo Arciniegas
POEMAS DE ORLANDO GALLO
Selección de Esteban Carlos Mejía


Cuatro réplicas a Ernesto Cardenal

1a.

Saber que me has querido
como me has querido
o por lo menos como yo creo que me has querido
es mejor
que haber buscado a alguien que me quisiera más
y haberla encontrado
sin entenderlo
o sin creerlo.

O no haberla encontrado
definitivamente.

2a.

Tal vez había alguna mujer más linda que tú
en el Metro.

Tal vez descendió en otra estación,
o en la misma que yo,
por otras escaleras
y no pude percibir del todo su rostro
en el reflejo de las ventanas
y ese cabello agitándose por la prisa.

¿O eras tú la más bella
y tu ruta la más perdurable
y apenas ahora me doy cuenta?


3a.

Tu perfección sería digna de mejores versos
que los míos.

Si frente a tu belleza
es pobre esta época,
¿qué no decir de uno de sus más modestos
amanuenses,
anonadado además por el amor?

Merecerías un tiempo como el de Petrarca.

Pero, ¿te merecería él?

4a.

Hoy fui al Estadio
y te esperé en el lugar de siempre,
entre Sur y Occidental.

Me perdí dos goles
por mirar las escaleras,
pues todos los rostros tenían tu camiseta.

Cuando el árbitro,
en su implacable elegancia,
alzó los brazos como un banderillero
y señaló el centro de la cancha,

supe que nuestro equipo
y yo
estábamos fuera.


Domingo

Con cuánta lascivia
se ciñen los austeros trajes
de las muchachas adventistas
a sus caderas.


Jaime Espinel

No en balde publicistas
para ellos el amigo era el primer tema literario.

Sabían que así
recíprocamente
lograrían la dosis de inmortalidad
correspondiente
a cada cual.

Por esto también todos anhelaban
ser el primer muerto
pensando en las elegías.

Ese perfil que de Cachifo hizo Eduardito
para la revista Acuarimántima
o el que X 504 escribió de Jotamario
"ese payaso de Dios",
son poemas que hablan muy bien del alma de
estos hombres
espaciosa y confortable para los amigos.

Luego la Correspondencia violada
revelaría una cotidiana y sincera preocupación
por el cuerpo y el espíritu del compa
(por Elmo en Cali sin un peso,
por Daríolemos en la arteria envenenada
o por Gonzalo flirteando con la corte).

Eso los hizo grupo,
camarilla, concilio,
por encima de la literatura.

Con qué derecho pues, yo
que daba mis primero pasos
cuando ellos daban ya los más malos

pretendo ahora retratar a Barquillo,
el más difícil,
por lo del beri beri
para las fotos,
el de mejores pulmones
para la marihuana
y las prosas de largo aliento,

ese gourmet de nuestra labia
que ha nombrado a Medellín
con amorosa unción.

No. 
Esa tarea me supera.

Bástame decir simplemente
que ahora cuando paso
por los escenarios de sus cuentos,

el Café Pilsen, por ejemplo,
les hago una sentida reverencia:

junto a los sitios que mi padre frecuentaba
son hoy mis santuarios.

     De Adiós a todo eso, febrero de 2016.


Orlando Gallo Isaza. Poeta colombiano. (Medellín, 1959)

Abogado de la Universidad de Antioquia. Hoy en día, magistrado del Tribunal Superior de Medellín.

Siendo en las cosas, 1984, 1996. Los paisajes fragmentarios, 1985. La próxima línea talvez, (VII Premio Nacional de Poesía Eduardo Cote Lamus) 1990. Todas las cosas es lo único que dejamos, 1999. Como quien espera un tesoro, 2010.

¡Dulcejueves!





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