MONICA BELLUCCI
"Hablar tanto de mí me aburre mortalmente"
Por Tommaso Koch
Madrid, El País, 19/08/2011
Cuando dejó Città di Castello, pequeña ciudad de 40.000 almas en el centro de Italia, solo contaba con el bachillerato y muchas esperanzas. Pero la poco más que adolescente Monica Bellucci, que se iba a Milán a hacer de modelo, ya guardaba un as en la manga. "Me escogieron por mis fotos", reconoce la actriz italiana. Su belleza abrió el candado que cerraba las pasarelas y, más tarde, las cámaras. La joven Bellucci cogió entonces un vuelo solo de ida que, entre desfiles y, sobre todo, películas, ha aterrizado en una isla algo más agradable que la de Perdidos: 46 años, casada desde hace 12 con el actor francés Vincent Cassel, madre de dos hijas, y considerada una de las mujeres más atractivas del planeta.
En 21 años de cine, Bellucci ha actuado en más de cincuenta filmes y colaborado con directores como Francis Ford Coppola y Giuseppe Tornatore. Una jugadora experta que sin embargo, según sus críticos, sigue aprovechando ese único as que tantas buenas partidas le ha reportado. "Si solo eres bella igual haces una película o dos. Pero si te siguen llamando habrá alguna razón más, ¿no?", se defiende la actriz, que hoy vuelve con Manuale d'amore 3, comedia romántica en tres partes y muchos más estereotipos, protagonizada con Robert de Niro.
Con el estadounidense, Bellucci interpreta también una secuencia de sexo en la que aparece desnuda, por enésima vez en su carrera. "Me da igual mi cuerpo: es una herramienta de trabajo. No tengo problemas con desnudarme si me lo pide el director. De todos modos, ojalá que bastara tan poco para que la gente fuera a ver la película", se ríe Bellucci.
Icono de la belleza mediterránea, la intérprete no teme el cercano pastel con medio siglo de velas. "El envejecimiento es natural, una experiencia personal a la que te vas adaptando", sostiene. Y jura que no le interesa la juventud eterna de Hollywood, aunque admite sincera: "Llámeme en 10 años y a ver si le digo lo mismo".
Anna Magnani, Claudia Cardinale, Sophia Loren. Los flechazos que enamoraron a Bellucci del cine llevaban esos nombres. Era un momento dorado para Italia, poco que ver con el actual. "Calidad no falta, pero con respecto a Francia, por ejemplo, se estrenan pocas películas. Y la ayuda del Estado es insuficiente", mantiene la actriz. La intérprete rechaza la etiqueta de heredera de las divas de antaño, también por ser otra época: "A los actores se les idolatraba más porque solo los veías en la pantalla. Hoy eres más comestible, tu imagen está por todos lados". Tanto que Monica aprovecha las pausas mediáticas para descansar de Bellucci. "Me aburre mortalmente hablar tanto de mí, de mi imagen o de qué opinan de mí", afirma.
En cambio, adora su oficio. "Es perfecto para mí. Igual pasas seis meses fuera de casa por dos filmes que estás otro tanto a la sombra", sostiene. Una sombra que tiñe de equilibrio sus palabras: "Somos actores, no médicos. Es un trabajo estupendo, aunque un niño de nueve años puede hacerlo igual de bien".
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