La camarera del Folies-Bergère”, 1982 de Edouard Manet |
Louise Glück
Sirena
Traducción de Andrés Catalán
Me convertí en criminal al enamorarme.
Antes de eso era camarera.
No quería irme a Chicago contigo.
Quería casarme contigo, quería
que tu mujer sufriera.
Quería que su vida fuese como una obra de teatro
en la que todas las partes son tristes.
¿Piensa una buena persona
de esta manera? Me merezco
que se me reconozca la valentía.
Me senté a oscuras en tu porche delantero.
Lo tenía todo clarísimo:
si tu mujer no te dejaba libre,
era la prueba de que no te amaba.
Si te amaba,
¿no querría que fueses feliz?
Ahora me parece
que si sintiera menos sería
una mejor persona. Era
una buena camarera,
era capaz de llevar ocho copas a la vez.
Solía contarte mis sueños.
Anoche vi a una mujer sentada en un oscuro autobús:
en el sueño ella llora, el autobús en el que va
se aleja. Con una mano
dice adiós; con la otra acaricia
un cartón de huevos lleno de bebés.
El sueño no supone la salvación de la doncella.
Louise Glück, Praderas (Ed. Pre-Textos)
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