Joan Collins |
Joan Collins: «Si los hombres tuvieran que dar a luz habría mucha menos gente en el mundo»
Collins es historia de la televisión. La mítica Alexis Carrington de ‘Dinastía’ ha rodado en España su nueva serie, ‘Resplandor y tinieblas’.
La vida de Joan Collins (Londres, 1933) da para un libro. O para varios. Ella misma lo tiene asumido y adelanta que está terminando una nueva entrega de sus memorias: «Ahora, cuando tristemente el virus lo ha puesto todo en espera, por fortuna cuento con mi carrera de escritora: he publicado 16 libros y cientos de artículos para medios muy conocidos. Y mis diarios, titulados After Dynasty, van a ser publicados en 2021″. En anteriores entregas de su autobiografía, como Passion for Life o Past Imperfect, la actriz (que ostenta los títulos de dama y oficial del Imperio Británico) habló sobre sus inicios en la interpretación y también de su agitada vida sentimental. Ha estado casada en cinco ocasiones –desde hace 18 años con Percy Gibson– y mantenido sonados romances con estrellas como Warren Beatty. Relató que su primer marido, el actor Maxwell Reed, la violó a los 17 echando droga en su bebida (y que ella se casó con él porque se sentía culpable) o que en una ocasión varios directores y productores la arrinconaron contra una pared para hablar de sus genitales. ¿Siente que anticipó conversaciones que el MeToo ha puesto sobre la mesa? «Para ser totalmente honesta, mi carrera ha sido relativamente fácil. Empecé a hacer películas en Gran Bretaña a los 17 y a los 20 llegué a Hollywood y he tenido la suerte de trabajar de forma más o menos estable desde entonces. Obviamente, tuve muchas oportunidades para lograr papeles si ‘era agradable’ con ciertos ejecutivos de la industria, pero nunca he jugado al casting de sofá y sé que perdí unos cuantos papeles por eso».
Collins responde con las tablas de una diva. Ella aprendió de las mejores. Se crio en una casa donde el mundo del espectáculo era una constante: su madre, Elsa Bessant, daba clases de baile y actuaba en clubes nocturnos, y su padre, Joseph William Collins, fue representante de Tom Jones y The Beatles. Cuando la joven Joan llegó a Los Ángeles compartió pantalla con algunas de las grandes figuras de la época dorada de Hollywood: con Joan Fontaine rodó Tres historias de amor (1953) y con Bette Davis El favorito de la reina (1955). En alguna ocasión ha contado que para ella, trabajar con Davis fue una experiencia «aterradora» y que la apodada Reina de Hollywood la llegó a echar del set. Mucho mejores fueron sus rodajes con intérpretes como Gregory Peck, Richard Burton o Paul Newman, con quien trabajó en Un marido en apuros (1958). Lo recuerda con mucho cariño: «Era un icono, una leyenda, un actor fabuloso y me siento orgullosa de poder decir que fue un amigo muy cercano. Me encantó trabajar con él, fue una de las pocas personas que lucharon conmigo para que me dieran un papel en la película. Era un amigo leal y constante». Esa batalla por conseguir un papel es solo un ejemplo de por qué Collins se ganó fama de peleona en la industria. Otro lo encontramos en los años ochenta, cuando le exigió a Aaron Spelling, creador de Dinastía, igualdad salarial con su coprotagonista, John Forsythe, y el productor le dijo que no podía, porque por contrato el actor había reclamado ganar más que ella. En aquel momento muchos la tacharon de «avariciosa«.
Y eso que con el papel de Alexis Carrington, que estuvo ocho años en pantalla, Collins se convirtió en historia de la televisión: fue una de las actrices mejor pagadas, creó un nuevo referente de mala y forjó un icono de estilo. Ella misma contribuyó a la estética de un personaje que marcó una época: «Con cada papel en el que me meto la ropa, el look y el peinado resultan increíblemente importantes para mí a la hora de definir a la persona que interpreto. En concreto disfruté creando el estilo de Alexis porque era una fanática de la costura y le encantaba arreglarse». De esa manera Collins construyó el excesivo armario de la millonaria, volviendo así a una temprana vocación dejada de lado. «Siempre he adorado la moda, la ropa y los accesorios, particularmente el estilo de los años treinta y cuarenta. En un momento de mi vida pensé en convertirme en diseñadora, pero al final elegí ser actriz», explica.
Sus lazos con el mundo de la moda siguen intactos: su ahijada es la modelo Cara Delevingne («El consejo que le di fue simplemente recuerda que tienes que estar preparada para ser rechazada muchas veces»), en 2019 deslumbró en la alfombra de la gala Met dedicada al camp con un vestido blanco inspirado en su personaje de Dinastía y creado para ella por Pierpaolo Piccioli, director creativo de Valentino, con quien acudió al evento, y ese mismo año protagonizó la campaña navideña de la firma. «Obviamente, Valentino es una de mis marcas favoritas, su fundador es un viejo amigo. Además, me encantan Dolce & Gabbana y Roberto Cavalli o Amanda Wakeley», comenta. Pero no todo es lujo en su armario: «También me gustan ciertas cadenas como Zara y Monsoon».
En su visita a España el pasado otoño dejó de lado la moda actual y se metió de lleno en la del siglo XII para interpretar a Adelaida de Saboya, su personaje en Resplandor y tinieblas, la nueva serie histórica sobre la vida de San Francisco de Asís producida por Dreamlight, cuyo estreno está previsto a lo largo de 2021. Interpretando a su nuera en la ficción, Leonor de Aquitania, está otra leyenda televisiva, Jane Seymour. ¿Es necesario hablar hoy de esas mujeres fuertes del pasado? «No es necesario, pero pienso que sí es importante. Creo en el poder de las mujeres a lo largo de la historia. Siempre hemos tenido que ser fuertes. Por ejemplo, el parto ha sido un momento increíblemente difícil para las mujeres a través de los siglos. Hay un dicho que asegura que si los hombres tuvieran que dar a luz habría mucha menos gente en el mundo».
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