Charlotte Rampling |
Charlotte Rampling: "Siempre he querido ser ferozmente independiente"
La actriz británica Charlotte Rampling, que este jueves recibe un homenaje en la Berlinale con la entrega de un Oso de Oro a su carrera, consideró hoy que en su vida, como en su trabajo, siempre ha querido ser "ferozmente independiente" sin dar oportunidad a que nadie la manejara.
"Siempre quise, por encima de todo, ser independiente de manera que todo lo que surgiera de mi vida saliera de la fuente de mí misma y luego disfrutarlo", dijo Rampling (Sturmer, Reino Unido, 1946) a un grupo de medios en Berlín, entre ellos Efe, horas antes del homenaje.
"He ido llevando mi vida de la forma en la que yo quería llevarla sin saber ni siquiera que la quería llevar de esa manera pero lo que no quería era tener a nadie manejándola", defendió la protagonista de "El portero de noche", el filme que protagonizó en 1974, dirigido por Liliana Cavani, que se proyecta en la Berlinale en su honor.
"Cuando una se da en un filme se da completamente y ahí se puede compartir, pero otras veces necesito tener una independencia", advirtió la protagonista de "45 años", por la que fue candidata al Óscar como mejor intérprete femenina en 2016 y cinta por la cual recibió el Oso de Plata de la Berlinale el año anterior.
"Nunca pensé, hablando de #Metoo, en tener un hombre que me dijera qué hacer, nunca me pasó, probablemente me tenían miedo, pero es que yo no estaba ahí para eso, no quería tener que necesitar a nadie", afirmó la actriz.
"No miro atrás a mi carrera", asegura Rampling, quien a pesar de cierta fama de dura, estima que "siempre tienes que pensar en las consecuencias, no tienes que fastidiar a otras personas o sus mentes, tienes que considerar cuáles pueden ser los resultados de tus acciones".
Tampoco guarda memoria de qué papeles le han aportado más en su vida o en su carrera: "partes de todos mis personajes son yo, son parte de mí y he aprendido de ellos, los he trabajado, es como soy y es cómo los he trabajado".
"Entiendo lo que estoy haciendo cuando lo estoy haciendo (...) no hay un plan, nunca lo ha habido. Mi idea de las películas es la de vivir mi vida con películas como fuente de mi vida", explica sobre cómo se plantea la interpretación.
"Tiene que haber un elemento de riesgo pero probablemente no es algo sobre lo que haya estado pensando ni sepa de ello", dice respecto a lo que le guía para elegir si interpreta un determinado papel.
Sobre "El portero de noche", cuyo papel protagonista dio a Rampling una imagen del cine mundial que se convirtió en icono de la subcultura sexual de los años setenta del siglo XX, reconoce que tuvo una influencia decisiva en aquella época.
"Las cosas se empezaban a hacer como nunca antes de habían hecho y se hablaba de cosas abiertamente sobre las que nunca se había hablado antes y una de ellas era 'El portero de noche'", cuenta sobre el film.
"Causó un impacto increíble y todavía lo hace, lo que significa que la película está diciendo lo que tenía que decir (...) O sea que llegó", resume.
Sobre cómo elige sus trabajos afirma que "uno elige personas, historias, sentimientos, a veces sale algo completamente inesperado porque yo como actriz no salgo a buscar trabajo. El trabajo llega a través de mi agente", concede.
Y dice que "es muy raro recibir guiones perfectos, que no tienes que tocar para nada", aunque en dos casos le ocurrió: fue con "Max, mi amor", la cinta que protagonizó en 1968 junto con Anthony Higgins y que dirió Nagisa Oshima.
"Dije: dios mío. Es que se podía ver la película, era la perfección. Tenías que tener al director que lo hiciera, pero ahí estaba", recuerda sobre aquella película en la que también tenía un papel la española Victoria Abril.
El otro caso de un guión que no había apenas que tocar era "45 años", rememora Rampling, que además cuenta los pocos casos en los que ha interpretado papeles de protagonistas que apenas tenían que hablar, lo que le obligó a un intenso trabajo actoral.
"Siempre supe que tenía el poder de hacerlo así", dice sobre esa capacidad de interpretar sin apenas palabras, como le ocurrió con "Bajo la arena", la película que dirigió en 2015 el francés François Ozon, quien también compite en la Berlinale de este año con "Gracias a Dios".
Por Javier Alonso
No hay comentarios:
Publicar un comentario