Eugenio Montejo |
EUGENIO MONTEJO
BIOGRAFÍA
"Chávez viola el significado de las palabras"
Javier Rodríguez Marcos
14 de febrero de 2008
"La tierra giró para acercarnos, / giró sobre sí misma y en nosotros, / hasta juntarnos por fin en este sueño". En la película 21 gramos, Sean Penn recita estos versos a Naomi Watts en un restaurante chic. El personaje de Penn habla del autor de esas palabras como de su "poeta favorito". Pues bien, ese poeta es Eugenio Montejo, venezolano de 69 años, que acaba de publicar El cuaderno de Blas Coll (Pre-Textos). Montejo recuerda la primera noticia que tuvo de la película de Guillermo Arriaga y Alejandro González Iñárritu que dio a su poesía una popularidad poco habitual para el género: "Recibí un e-mail en el que un chico me decía que iba a usar unos versos míos. Pensé: cosa de universitarios. Al poco me contaron que en una película de Hollywood citaban a un venezolano. El chico que me había escrito el mensaje resultó ser Arriaga, que me dijo luego que a Penn le costaba mucho pronunciar Eugenio. El sonido jota es una tortura para los anglosajones. En Londres, una profesora me dijo: 'Mejor te llamo Jeremy".
Eugenio Montejo, en la Residencia de Estudiantes.
Foto de GORKA LEJARCEGI
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El filme '21 gramos' popularizó los versos del poeta venezolano
La memoria del escritor de Caracas sale del cine y tropieza con el pan que tiene en la mesa. Su padre tenía una panadería y él se refugiaba allí. "Me impresionaba", cuenta, "la harina por todas partes, el rito de poner el horno al rojo vivo, el sentido de la responsabilidad de aquella gente, trabajando toda la noche. Ése fue mi taller literario". Lo dice mientras da cuenta con parsimonia del menú que la Residencia de Estudiantes sirve en platos diseñados por Laura García Lorca. "Aquí la comida tiene memoria", apunta Montejo. "Seguro que esta merluza le gustaría a Juan Ramón".
Entre plato y plato, el poeta recuerda también el descubrimiento que marcó su infancia, el alfabeto: "Me fascinó que el universo cupiera en 28 caracteres". Y recuerda siempre la respuesta de un barbero de barrio en sus años de diplomático en Lisboa cuando él llamó analfabeto a un político: "No hable mal de los analfabetos. Ellos inventaron la escritura".
La comida desemboca en una naranja preparada, y la conversación, en la política. El autor de clásicos de la literatura latinoamericana actual como Adiós al siglo XX hubiera preferido seguir hablando de poesía, pero no se escabulle cuando se le pregunta por el Gobierno de su país: "Hay una regla de oro de la diplomacia: no hablar de cuestiones internas de tu país fuera de él. Si me siento autorizado es porque ha sido el Gobierno mismo el que, en la famosa cumbre de Chile, llamó fascistas a los estudiantes. Chávez viola todas las normas, empezando por el significado de las palabras. Cuando los estudiantes marcharon pacíficamente hasta la Asamblea Nacional los esperaban pistoleros motorizados. ¿No son éstos los que se parecen a los fascistas italianos?". A Eugenio Montejo le "complació infinito" el no en el referéndum constitucional, aunque prevé un futuro lleno de tensiones "ahora que al presidente se le ha confirmado, contra su deseo, la fecha de salida".
El comedor se va vaciando y el poeta recuerda el consejo medieval: "Ponello en las menos palabras que puedan ser". Y apostilla: "Eso es la poesía, ¿no?". Sí. Y el periodismo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 14 de febrero de 2008
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