No una rosa roja o un corazón de satín.
Te doy una cebolla.
Es una luna envuelta en papel café.
Promete luz
como el cuidadoso desnudar del amor.
Ten aquí.
Te cegará con lágrimas
como un amante.
Hará de tu reflejo
una tambaleante foto de aflicción.
Intento ser sincera.
No una simpática tarjeta o un beso-grama.
Te doy una cebolla.
Su fiero beso permanecerá en tus labios,
posesivo y fiel
como somos nosotros,
por tanto tiempo como lo seamos.
Tómala
Sus círculos platinados se abrevan en una sortija de matrimonio,
si tu quieres.
Letal.
Su aroma se aferrará a tus dedos,
se aferrará a tu cuchillo.
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