Haruki Murakami |
Triunfo Arciniegas
NOBEL DE LITERATURA 2024
En cuanto al Nobel de Literatura uno piensa con el deseo. Quiere que gane alguno de sus escritores favoritos. Uno de los pocos que conoce. La vida no alcanza para leer a tantos buenos escritores regados por el mundo.
La Academia examina a sus finalistas desde hace medio año y no tienen nada que ver con las casas de apuestas. De ahí que siempre hay sorpresas.
Haruki Murakami se está convirtiendo en el eterno candidato. Ya es hora de que la Academia se decida a premiarlo. Sus méritos son más que suficientes.
En vez del polémico Michel Houellebecq, me gustaría que se quedara con el premio otro francés cuya obra me parece más sólida e importante, Emmanuel Carrère.
Otro de mis favoritos pero seguramente fuera de la ilustre lista sueca es Stephen King.
El húngaro László Krasznahorkai sería una bonita sorpresa. Su difícil obra y la lista de premios, que incluye el Man Booker Internacional y el Formentor, seguramente complacen a la Academia.
Otro peso pesado, el irlandés John Banville. La Academia le debe a Irlanda más de un Nobel.
Aunque, siguiendo la corrección política de estos tiempos, el Nobel de este año será para una mujer, y en mis afectos dos canadienses ocupan el primer lugar: Anne Carson y Margaret Atwood. La prolífica norteamericana Joyce Carol Oates se ha convertido en otra eterna candidata. La rusa Liudmila Ulítskaya es otra escritora importante pero la situación de su país juega en su contra.
Las casas de apuestas favorecen dos nombres, la china Can Xue y el australiano Gerald Murnane. Poco o nada sabemos de sus obras. No sucede lo mismo con el rumano Mircea Cartarescu. La lista de las apuestas incluye al estadounidense Thomas Pynchon, pero no creo que la Academia se atreva a premiar a un fantasma, sobre todo después del trago amargo llamado Bob Dylan. Aunque no pertenece a mis afectos, seguramente el atentado habrá puesto en consideración de la Academia otro nombre que sube y baja en las apuestas, Salman Rushdie. Hace apenas un año las listas incluían a dos mujeres que ya no están con nosotros, Marisé Condé y Edna O’Brien. La irlandesa seguirá por siempre en mis afectos. Otras dos mujeres se mencionan con frecuencia: Jamaica Kincaid y Elena Poniatowska.
(Tengo en el baúl de los secretos unos cuantos nombres para los años venideros: Javier Cercas, Tomás González, Mariana Enríquez, Samanta Schweblin, Siri Hustvedt, Jhumpa Lahiri, Zadie Smith, Sofi Oksanen y, para cerrar con la gloriosa Irlanda, Sally Rooney. Sigo pensando con el deseo.)
El Nobel es una lotería. En todo caso, sea uno de estos nombres o no, ojalá la Academia no se equivoque y nos ponga a leer una obra que valga la pena. Amanecerá y veremos el afortunado conejo guardado en el sombrero.
9 de octubre de 2024
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