El papa Francisco observa el 'Madonna de Loreto' de Caravaggio el año pasado. 

El éxtasis de Francisco con Caravaggio: su cuadro favorito elegirá al nuevo Papa

El pontífice adoraba al pintor milanés y sobre todo el lienzo 'La vocación de san Mateo' que ahora se aloja en la Casa Santa Marta donde se encuentran los cardenales que participan en el cónclave

Paula Corroto

6 de mayo de 2025

Al papa Francisco le encantaba Caravaggio. Era su pintor favorito y así apareció referido en numerosas crónicas. Una de las veces que se le vio rezando el año pasado fue delante de la Madonna de Loreto que se encuentra en la Basílica de Sant’Agostino en Roma y que fue compuesta por el artista hacia 1604. Una pintura que, además, no le trajo pocos problemas: la modelo que hace de Virgen era una prostituta -algo habitual en Caravaggio- llamada Lena. Era plena época de la Contrarreforma y el pintor se llevó todas las críticas del mundo. Pero ahí sigue el cuadro. Y bajo la mirada compasiva de un Papa.

Se contó también que su cuadro favorito del milanés fue La vocación de San Mateo, elaborada en 1599 para la capilla Contarelli de la Iglesia de San Luis de los Franceses en Roma y donde también continúa. En él se puede apreciar el claroscuro del pintor que le hizo tan enormemente popular incluso en vida. Y cómo naturalizaba las figuras y las historias sacras. La escritora estadounidense Enuma Okoro escribía este fin de semana en el Financial Times una hermosa columna acerca de la relación entre el Papa y el arte en la que precisamente apuntaba a la importancia de este juego de luces: era la luz transformadora de la redención que nos podía tocar a todos. Es decir, todos podíamos ser tocados por la gracia divina. Todos estamos a salvo. En eso creía Francisco, relataba Okoro, y por eso amaba este lienzo. 

'La vocación de San Mateo', de Caravaggio (1599). 

Es una historia bonita la que cuenta Caravaggioen él. Está inspirada en el Evangelio Según San Mateo, pero él la traslada a la taberna, que tanto le gustaban. Hay una gran mesa y en ella se encuentran sentados varios cobradores de impuestos, entre ellos Mateo, contando las moneditas. Todos están vestidos con la ropa de la época del pintor, algo que también le gustaba mucho. A la derecha se ve cómo llegan Jesús y San Pedro y el primero señala a uno de los cobradores (Mateo) que se lleva la mano al pecho como diciendo, “¿te refieres a mí? ¿por qué yo?”. Otros dos se quedan contando el dinero y el resto mira a los visitantes con cierto estupor. La escritora Okoro apunta que es en ese momento en el que Jesús le está ofreciendo a Mateo cambiar de vida. Un momento vital complejo: cuando te ofrecen la oportunidad y la ves o no. Okoro también insistía en que hay que tener una especial sensibilidad para con el arte para captar eso. Y Francisco parecía tenerla. Era el cuadro en el que pensó cuando fue elegido Papa: “¿Te refieres a mí? ¿por qué yo?”. 

A este lienzo le acompañan en San Luis de los Franceses otros dos más de Caravaggio. Es la única iglesia romana con tres obras del milanés. Se trata de El martirio de San Mateo (1600) en la que se ve al santo a los pies de su verdugo y La inspiración de San Mateo (1602). Aunque esta es su segunda versión; la primera fue censurada por indecorosa: se veía a un San Mateo muy poco santo y con un ángel de cierta ambigüedad señalándole cómo tenía que escribir con una mano sobre la del santo. El cuadro se lo quedó un noble, pero desapareció siglos después en Berlín en un bombardeo durante la II Guerra Mundial. Esta sería otra gran historia que contar. 

Es un cuadro que muestra la luz transformadora de la redención que nos podía tocar a todos. Todos podíamos ser tocados por la gracia divina

Pero volviendo a La vocación de San Mateo este era un cuadro tan venerado por Francisco que, según contaba Rome Reports, la agencia de noticias del Papa y el Vaticano, se le hizo una copia que trasladaron a la Casa Santa Marta,edificio adyacente a la Basílica de San Pedrodonde residía el Papa y donde falleció. Y ahora el lienzo va a ser testigo de una notable coincidencia. Santa Marta tiene 129 habitaciones, de las cuales 106 son suites, 22 habitaciones dobles y un apartamento y es allí donde estos días se alojan los cardenales para el cónclave. Allí se reunirán y se producirán esas ocultas negociaciones ante la caravaggiesca mirada. Y de allí saldrá el elegido, como hizo Jesús con Mateo: “¿Te refieres a mí? ¿por qué 

EL CONFIDENCIAL