viernes, 11 de abril de 2025

Julio Iglesias / "Su donjuanismo compulsivo pudo ser para compensar el corazón roto que le dejó Isabel Preysler"

 

Ignacio Peyró, sobre Julio Iglesias: "Su donjuanismo compulsivo pudo ser para compensar el corazón roto que le dejó Isabel Preysler"

A los 20 años estuvo a punto de morir, y por aquel entonces no podía imaginar que acabaría convirtiéndose en un artista pop de alcance mundial que rompió barreras y pulverizó todos los récords. La vida de Julio Iglesias, desde sus hitos más conocidos a las anécdotas que pasamos por alto, toma forma en el libro El español que enamoró al mundo. Una vida de Julio Iglesias de Ignacio Peyró.

Sandra muñoz
8 de abril de 2025

Ni complaciente, ni benevolente, pero sí afilada y muy bien contextualizada: así es la mirada que Ignacio Peyró, escritor y director del Instituto Cervantes de Roma lanza sobre la figura de Julio Iglesias en El español que enamoró al mundo. Una vida de Julio Iglesias. De él recalca que se le pueda considerar la primera estrella pop verdaderamente global: "Supo cantar a la gente en su propio idioma –concretamente en catorce idiomas– y llegar el primero hasta a los chinos. Como producto nacional, iba a ser conocido en Estados Unidos antes que el jamón y a triunfar en un mercado –número uno en Inglaterra– donde incluso Felipe II se estrelló", recoge Peyró en el prólogo del libro.





Pero más allá de esos datos que hablan de un éxito fuera de duda, hay un hombre que supo tarde que se dedicaría al mundo de la música, que estuvo a punto de morir a los 20 años, que se dio cuenta de que había perdido a su gran amor cuando ya era tarde y que en la recta final de su existencia ha optado por desaparecer, para que su recuerdo sea el de los buenos tiempos. De todo ello hablamos con Ignacio Peyró.

¿Cómo surgió escribir un libro sobre Julio Iglesias?

Yo había escrito sobre este señor algún artículo más o menos afectuoso antes de 2010 y luego escribí unos diarios que recogen los años 2006 a 2011. Digamos que no me era un tema absolutamente poco familiar por así decirlo. En un momento dado me había atraído el género, contar alguna vida, porque a mí me gustaba mucho todo lo que había hecho Pla, Chesterton, Chaves Nogales... En un primer momento se me pasó por la cabeza Xavier Cugat, porque su música me gusta mucho. Pero enseguida dije que no, la pieza mayor era Julio Iglesias y por eso fue él.

En el libro comenta que no es un tipo especialmente brillante cantando o bailando pero ha terminado pulverizando todos los récords. ¿Cuáles considera que son las principales claves de su éxito?

Cada vez que intentas definir el éxito te expones a una frustración. Puedes separar sus elementos, puedes diseccionarlo, puedes digamos abrir un cerebro pero no encuentras el pensamiento. Tú puedes coger todos los elementos de Julio Iglesias y no necesariamente deberían llevarte al éxito, por tanto es él, su propio carisma, algo por sí mismo indefinible, algo que se tiene o no se tiene, lo que al final ha hecho de él un producto maravilloso pese a ser heterodoxo por tantas partes. No es la belleza masculina más clásica, no tiene el chorro de voz que han tenido otros crooners, no tiene una ambición artística, estética o una capacidad para la composición sobresalientes. No baila, y tiene una presencia escénica mucho más insinuante que poderosa. Sin embargo, todo eso sumado ha conseguido que lo compremos como uno de esos productos que quizá no deberían funcionar, pero funcionan, y cómo lo hacen.


¿Quizá también ser un superviviente podría considerarse una de sus virtudes?

Todo el mundo tiende a identificar a Julio Iglesias con una especie de gran felicidad material hedonística y demás, y sin embargo hay que tener en cuenta que él es un chico que cuando todo el mundo estaba fuera pasándoselo bien, él está, a los 20 años, dos años en la cama. Y hablamos de Julio Iglesias, no hablamos de Marcel Proust, que tiene un temperamento introvertido, libresco y dado a la introversión, sino alguien con mucha vida dentro. A esa edad, él ve que puede morir, y ve en los ojos de los demás que piensan que puede morir, y eso deja huella.

En las primeras páginas del libro dice: "Será cantante, pero ha demostrado las mismas ganas que de ser guardia civil". Es, quizá, un ejemplo de que la vocación no es tan necesaria para triunfar a lo grande.

Es una cosa fascinante, sí. Realmente, no hay casi nadie que haya llegado a ser tan importante en su mundo que llegue tan tarde y sin siquiera saber que lo va a hacer, ¿no? Hasta los 22 años él, de alguna manera, no sospecha que vaya a poder dedicarse a la canción. No se le pasa ni por la cabeza, menos aún que vaya a dedicarse a la canción y a triunfar masivamente. Y esto sí que es cierto que es un argumento para decir que la vocación es más aquello a lo que te entregas y haces que aquello que primero te llama curiosamente.


Dice en el libro que "tenerle antipatía a Julio Iglesias sería como sentir odio a los delfines". ¿Diría que su carácter seductor ha sido su mayor activo?

Bueno, de alguna manera yo creo que sí. Igual que habrá seducciones que subyugan, encantan, dominan o lo que sea, creo que uno de sus grandes encantos era ese punto travieso como de hacerse perdonar, y un punto de gracia, un punto de ligereza, de simpatía también, de picardía. Ahora que el mundo está tan polarizado, él basó su encanto en polarizar lo menos posible. Eso le lleva a algunas producciones un poco blandas, a las que les faltan aristas y por tanto interés y matices, pero él lo que hace es ser un producto para todos, y es muy difícil que te soliviante o irrite. Pero es verdad que se le ha visto con superioridad cultural, con un punto de arrogancia, de "cómo voy a hacer caso a Julio Iglesias si lo mío es leer a Plutarco, ¿no?", con un punto de prejuicio ideológico, progresista y demás.

Hablando de ese carácter seductor, el sexo es un tema que no ha pasado por alto en esta biografía. Es conocida esa fama de playboy de Julio Iglesias. Quizá lo que llama la atención es que no se ha vuelto en su contra, no le ha estallado nunca en la cara...

Sí, es una especie de donjuanismo compulsivo, no sé si para compensar, en primer lugar, aquellos 2 años que estuvo postrado, o o bien para luego compensar un corazón roto, como lo tuvo tras Isabel Preysler, cuando se dispuso a hacer una especie de enorme colección o catálogo de de amantes. Hay hasta letras que hoy nos llamarían a todos muchísimo la atención. Lo que ha estado mal, ha estado mal siempre, ¿no? Engañar a tu mujer con 800, pues no ha estado bien considerado realmente tampoco en la época, pero hay que tener más factores en cuenta para explicar la no cancelación. El primero es que tiene que haber alguien que impulse esa cancelación, y no lo ha habido. Ha tenido demandas de paternidad pero no otra cosa. En este tema de la cancelación, uno de los detonantes es la hipocresía. Tú eres un aliado feminista, por ejemplo, y ven que tienes un comportamiento que lo desmiente, y se te cancela con más afán. Pero si tú dices que eres un truhán, ya digamos que el tipo tiene una cierta coherencia en su sinvergonzonería. Y nunca ha tenido denuncias de nadie que digan que este señor ha querido valerse de su poder para hacer cosas que yo no quería hacer. Y luego una fundamental, que este señor era un sex symbol, atraía a muchísima gente.


Isabel Preysler fue su primer gran amor. Investigando sobre ella, ¿qué le ha llamado la atención de aquella etapa de la que ahora es una de las mujeres más conocidas de nuestro país?

Lo mal que se la trató. De esta mujer se han dicho cosas como no se han dicho de casi nadie, es una verdadera vergüenza. Desde mala madre, lagarta, China, o sea, un mix perfecto de de racismo y de machismo, realmente es una de las cosas que más me ha sorprendido escribiendo el libro, la naturalidad con la que se podía caer en estas cosas en esa época. 

Y justo al contrario que ella, Miranda es la gran desconocida aunque lleva con él 30 años.

En efecto, ella se ha encargado de que sea así. Pero bueno, hay que decir que Isabel desde el principio tampoco quería, ella se casa porque hay unos códigos morales imperantes en la época, en la cual si tú te has quedado embarazada pues te tienes que casar. Pero ella llegó a barajar irse del país.

Si los hobbies definen a una persona, ¿cuáles diría que son las aficiones más destacadas de Julio?

Tomar el sol y beber vino. Teniendo en cuenta que el amor en serie ha sido más una pasión que le ha consumido que un hobby al que se haya dedicado.


En el libro también desgrana no solo la vida de Julio sino también la de sus familiares más allegados, entre ellos su padre. Curiosamente se hizo querer mucho en la sociedad española, ¿a qué atribuye esa capacidad para conquistar a la gente?

Era un señor simpatiquísimo. Y esa es la clave. Tú puedes decir, "No, bueno, es que este tipo era un un fascista de primera, era un rancio, era la piel del diablo, fíjate a los 90 años y con la muchacha dominicana...". Ya, pero era simpatiquísimo. Él tenía un encanto que, en buena parte, recoge su hijo. De hecho, escribiendo sobre este señor, a veces casi me llamaba más la atención el padre que el hijo.

Frente a a la figura de su padre, otro de los personajes más desconocidos, no sé si llamarlo más oscuros, es Carlos, su hermano. ¿Qué destacaría de él?

Si piensas en los Iglesias, parece que llevan todos una vida paradisíaca, y de pronto ves que en la familia hay dos bandos, que hay infidelidades, que los padres no se hablan durante décadas, que hay embarazos no deseados... Julio y su padre se llevan fenomenal, pero su hijo decide hacer una vida modelada totalmente al contrario que su padre, hay secuestros, lo que uno ve es un nido de pasiones desparramado. Carlos era un poco la contrafigura de Julio, y eso se nota también en que él era el favorito de la madre, un tipo mucho más adusto, buen administrador, pero una persona un poquito tiesa con el tema del dinero y demás.


Ha hablado también de Enrique, ¿su rivalidad con su padre es tan exacerbada como a veces se ha recogido en los medios de comunicación o quizás es más una no relación?

Hay una parte importante de no relación. Julio, como muchas personas que han tenido una pasión predominante en el mundo del arte o de la política, es una persona egoísta y digamos que fue un padre a distancia, ausente, y la relación con el hijo nunca ha sido de franqueza y cercanía absolutas. Eso ha sido así, no hay odio, a Julio no le gusta tener rivales, ¿no? Él solamente admite a Frank Sinatra. Todo lo demás no existe y eso incluye a su hijo. Esto ya son elucubraciones, pero es posible que al ver el gran éxito de su hijo haya dicho, "Caramba, ¿no?" Y haya visto no ya peligrar shakesperianamente su trono, pero sí mirar con tristeza que a partir de un momento en la historia, Iglesias es Julio hasta los nacidos en 1990 y a partir de 1990 es Enrique. 

¿Cree que Julio iglesias ha sido suficientemente reconocido por sus méritos?

Él tiene un gran mérito… uno no puede pensar que hemos sido injustos con Julio Iglesias, a quien hemos cubierto de champán, diamantes y casas en los Trópicos, pero sí creo que no se ha reconocido que este señor tuvo un impacto en el mundo anglosajón cuando nadie antes lo había tenido, y que ello conllevó que, por primera vez, se dignificara y se normalizara una presencia de lo hispánico, de lo latino, sobre todo en Estados Unidos. Y ese es su legado más trascendente.

¿A qué atribuyes su desaparición?

A hacerse el interesante y a dejar de sí un recuerdo todavía sin arrastrarse sin patetismos y demás.


BAZAAR


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