Helmut Newton
ESCULTOR DE MUJERES
Por Juan Manuel Granja
Este Newton –fotógrafo viajero que saltó del trabajo en un diario de Singapur al mundo de la alta moda en Europa– no tuvo que esperar a que le cayera una manzana en la cabeza para descubrir cómo funcionaba el mundo. Es como si cada una de sus fotografías revelara algún secreto en torno a aquel núcleo inasible de la existencia: el deseo. Y esa revelación no deja de ser, al mismo tiempo, un disfraz del propio deseo. Sus fotos son una mascarada de imágenes deseantes y deseadas: en una de ellas, por ejemplo, un cocodrilo se está tragando un cuerpo humano del cual sólo se puede ver las piernas y las nalgas.
Debido a esta obsesión de Newton por los cuerpos –en la que se ha querido leer subtextos fetichistas o sadomasoquistas– algunos lo han llamado el precursor del porno-chic. Su concepción de la belleza, sin embargo, convierte a sus mujeres en objetos esquivos. Elevadas sobre tacones, con pechos pronunciados, curvas prodigiosas y facciones idílicas, ellas no encarnan el convencional cuerpo del afiche de modas (y menos el de la pornografía). El misterioso encuadre, la seducción corporal, el juego de miradas, las convierte en figuras que los sentidos apetecen pero que siempre se sitúan más allá.
Si bien se podría decir que las fotografías de Newton sugieren el consumo sexual, se trata sobre todo de una visión erótica del mundo. Es decir, de una concepción imaginativa de la realidad. Viniendo del periodismo, el artista comprendió pronto que la fotografía no es capaz de retratar la realidad como tal sino de segmentarla e irrealizarla. Una de sus fotografías (Ellas vienen, de 1981) muestra a cuatro mujeres desnudas y esculturales que parecen caminar hacia la cámara sin que la mirada de ninguna se tope con la de la otra o con la del espectador: ¿la vida erótica como cuestión paradójicamente íntima y universal?
Helmut Newton nació en Berlín en 1920. A los 18 años tuvo que abandonar Alemania debido a la persecución contra los judíos y emigró a Singapur con su familia. Más tarde se marchó a Australia donde se unió al ejército australiano hasta el final de la Segunda Guerra Mundial. Por entonces conoce a la que iba a ser su primera esposa y una de las mujeres que más retrató, June Brunell. Tras completar su formación como fotógrafo de moda en Londres se marcha a París donde residió trabajando para revistas comoVogue, Marie-Claire o Elle. Uno de los mayores logros de Newton es que su gran sentido del estilo hace que sus fotografías sean inmediatamente reconocibles. Lujo, belleza y seducción se conjugan en composiciones cuidadas que disparan preguntas y más preguntas.
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