martes, 20 de noviembre de 2001

Kazuo Ishiguro / "He escrito sobre lo fácil que resulta desperdiciar la vida"




Kazuo Ishiguro: "He escrito sobre lo fácil que resulta desperdiciar la vida"

'Los inconsolables' es "una comedia surrealista", según el autor


XAVIER MORET
Barcelona 21 MAR 1997

Kazuo Ishiguro (Nagasaki, 1954) ha hecho un quiebro en su trayectoria narrativa. Tras el éxito de Los restos del día, versión cinematográfica incluida, se planteó hacer algo distinto. El resultado, seis años después, es Los inconsolables (Anagrama y Edicions 62), novela onírica que toma como punto de partida la llegada de un pianista a una ciudad centroeuropea. "He querido escribir sobre lo fácil que resulta desperdiciar la vida", explicó ayer Ishiguro en Barcelona, donde presentó las versiones castellana y catalana de su novela.
"Será que me he hecho mayor", se justifica Ishiguro con una sonrisa todavía juvenil, "pero ahora veo las cosas de un modo distinto". Debe de ser cierto, ya que entre otras cosas se ha consolidado como uno de los mejores novelistas británicos, ha tenido una hija y ha visto cómo crecía la expectación ante su próximo libro. Quizás por eso se lo ha: tomado con tiempo y ha querido abandonar el mundo realista de sus tres novelas anteriores. "Antes situaba mis libros en un pasado que no había vivido", explica, "mientras que con Los inconsolables me he adentrado en un mundo onírico, un poco surrealista, partiendo de dos metáforas: la de un pianista que ha perdido su programa y la del miedo escénico que sobreviene antes de una actuación".

Pianista

El protagonista de Los inconsolables es un pianista llamado Ryder que, ante la pérdida de su programa, se ve inmerso en "una especie de comedia surrealista" y Convertido en un mesías por una población en busca de certezas. "En un principio", comenta Ishiguro, "pensé en un líder político que llega a una sociedad en conflicto para protagonizar mi novela, pero lo cambié porque no quería que confundieran el libro con una alegoría sobre hechos históricos recientes, Bosnia por ejemplo". El político se convirtió, por tanto, en pianista y el paisaje realista dejó paso a un mundo desconcertante en el que asoma la comedia y en el que la música contemporánea es una metáfora de los problemas del mundo actual. Los críticos ingleses han visto en el libro la sombra de Kafka, Lewis Carroll y Musil, pero Ishiguro se siente más cómodo con otras comparaciones: el cine de Buñuel, por ejemplo, y la literatura surrealista.
Aunque nació en Japón, Ishiguro vive en Inglaterra desde los seis años y se ha convertido en uno de los valores sólidos de la narrativa británica actual. "Procuro no plantearme si prima más mi visión oriental o la occidental cuando escribo una novela", dice, "aunque es cierto que mis padres me educaron pensando en volver a Japón. Desde que empecé a publicar me colgaron influencias japonesas, pero yo me siento un autor británico".

Pimpón a la japonesa

Para ilustrar su adaptación a la cultura británica, cuenta Ishiguro que de joven representaba a su ciudad en campeonatos de pimpón y que sus contrincantes siempre acentuaban su temor al ver que tenían que enfrentarse a un japonés. "Yo solía coger la pala como los europeos, pero me di cuenta de que me temían aún más si la agarraba a la japonesa", recuerda. "Así pues, me decidí a hacer el cambio, pero fue un error, ya que quizá los impresionaba más pero se me escapaban muchos puntos. Con la literatura pasa algo parecido: no puedo ir de japonés cuando me siento un autor británico".Desde que publicó Pálida luz de las colinas, a la que siguieron Un artista del mundo flotante y Los restos del día, Ishiguro llamó la atención de la crítica, que se ha mostrado un tanto desconcertada con Los inconsolables, novela que ha sido calificada por algunos de obra maestra y por otros de frustrante. "Me he limitado a escribir sobre lo que me apetecía", asume Ishiguro. "No quería repetirme, aunque de hecho siempre me ha preocupado lo fácil que resulta desperdiciar la vida y el talento. Éste era el tema de mis novelas anteriores y lo sigue siendo en ésta, aunque con una óptica distinta".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 21 de marzo de 1997

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jueves, 15 de noviembre de 2001

Balthus / El rey de los gatos


Balthus

El rey de los gatos

JOAN DE SAGARRA
15 NOV 2001

Venecia, 4 de noviembre, 10.30 horas. Es domingo, un domingo soleado. Me voy al palacio Grassi a ver la exposición Balthus. Doscientas obras provenientes de museos y colecciones privadas de 10 países. La mayor retrospectiva jamás realizada de la obra del pintor, fallecido el 18 de febrero de este año, cuando se disponía a cumplir 23 años (Balthus nació el 29 de febrero de 1908, en año bisiesto, así que sólo celebraba su aniversario cada cuatro años).
Están la casi totalidad de las grandes telas, salvo La montagne, del Metropolitan de Nueva York. Está La leçon de guitarreLa chambre, el Nu de profilLa Phalène, el Passage du Commerce-Saint-André, el retrato de Joan Miró con su hija Dolores... Está incluso la Jeune fille à la mandoline, su última tela, inacabada. Un montón de telas soberbias, ante las que se apiña un público mayoritariamente de turistas extranjeros. Pero yo no he venido al palacio Grassi a recibir codazos y abrir la boca o santiguarme ante el coño de la joven Alice mientras ésta se arregla el pelo ante un espejo. Yo he venido al palacio Grassi a ver al rey de los gatos, a ver al rey gato Balthus y a su enigmática e inquietante corte.
The Cat of the Mediterranean, 1949
Balthus





A Balthus en el colegio le llamaban 'el niño de los gatos'. Sus cuadros con gatos y casi todas sus grandes telas se exhiben ahora en Venecia

Al niño Balthus sus compañeros de colegio le llamaban 'el niño de los gatos'. A los siete u ocho años, durante las vacaciones del estío, se hizo amigo de un gato al que se llevó consigo a Ginebra, a casa de sus padres. El gato, al que puso de nombre Mitsou, era muy rebelde y aprovechaba cualquier ocasión para escaparse, pero el niño Balthus siempre acababa dando con él. Hasta que un buen día el gato se escapó y el niño no supo encontrarlo. El niño Balthus intentó consolarse dibujando un cómic, como decimos ahora, de 40 viñetas en el que contaba, sin palabras, los días felices que había vivido con Mitsou. Realizado con tinta china, aquel cómic entusiasmó al poeta Rilke, que a la sazón tenía un cuento con la madre de Balthus. Tanto le entusiasmó que lo hizo imprimir por una editorial de Zúrich con un prólogo del propio Rilke. Allí, en el palacio Grassi, está expuesta la historia del gato Mitsou.
En el París de los años treinta, Balthus se hizo amigo de Antonin Artaud. Eran muy parecidos, hasta tal punto que a Balthus le llamaban 'el doble de Artaud'. A través de éste, Balthus conoció a una chica, Sheila, a la que le dio por llamarle 'el rey de los gatos'. Parece ser que a Balthus le hizo gracia aquel calificativo, pues pintó a Sheila como La princesa de los gatos (desconozco el paradero de este cuadro) y, por las mismas fechas (1935), pintó su célebre autorretrato El rey de los gatos, que se exhibe en el palacio Grassi. Un Balthus aristocrático, byroniano, rematadamente dandi, con un gato -el temible Frightener- frotándose en su pierna derecha. La expresión del gato y la del rostro de Balthus ponen de relieve el secreto pero indiscutible parentesco que existe entre ambas criaturas.
En sus conversaciones con Alain Vircondelet, Balthus afirma que la debilidad, debilidad compartida, que los gatos sienten por él se debe a su condición de pintor almizclero, que desprende un fuerte olor a almizcle, el cual atrae a los gatos. También cuenta que en el ojo izquierdo tiene una red de pequeñas venas rojas que forma la cifra 13. 'En rassemblant les deux chiffres', dice el pintor, 'cela fait... Balthus!'. La verdad, me resulta un tanto confuso, lo cual no es obstáculo para que el conde Balthus Klossowski de Rola se autoproclame el trigésimo rey de los gatos.
La chambreLe lever, La patience, Un au chatLes poissons rougesLe chat au miroir, en sus tres versiones, toda la retrospectiva del pintor está repleta de gatos. 'Gatos a veces feroces, pero nunca vulgares', como decía Balthus. Y entre esos gatos me llama la atención uno: Le chat de la Méditerranée, un óleo de 127 por 185 centímetros, fechado en 1947.
Hacía 40 años que no había vuelto a ver este cuadro. El título hace referencia al mar Mediterráneo, ciertamente, pero en realidad este cuadro fue pintado, encargado, para decorar un restaurante que había -y allí sigue- en la plaza del Odéon de París (hoy plaza de Paul Claudel), frente al Théâtre de l'Odéon: La Méditerranée, un restaurante de pescado, famoso por su marisco y su bullabesa.
La Méditerranée debió de inaugurarse a principios de los años cuarenta. En la decoración del mismo intervinieron Cocteau, Bérard, Vortès... y Balthus, el cual pintó dos cuadros, Le chat y una langosta. Según confiesa Balthus, el encargo le vino a través de la vizcondesa de Noailles, que era asidua del Café Voltaire, el café que en los años veinte ocupaba el espacio de La Méditerranée, frecuentado por Hemingway, Scott Fitzgerald, Bérard, Cocteau...
En aquellos años, Balthus estaba liado con Laurence Bataille, una chica de 17 años, hija de Georges y Sylvia Bataille (la actriz de Renoir). La había conocido en la Costa Azul, en casa de Picasso. La tarde en que se conocieron, la chica, harta de la conversación de los mayores, se subió a una barca y estuvo remando unas horas, sola. Pues bien, en Le chat de la Méditerranée, Laurence es la chica de la barca y Balthus el gato entre achulado y terrible que se zampa los peces del arco iris. Aunque cabe preguntarse si lo que se zampa el gato no es otra cosa que la joven Laurence, a la que apuntan las antenas de la langosta. ¿La langosta Balthus?
Este cuadro estaba a la entrada de La Méditerranée, a mano izquierda. Yo lo ví varias veces en 1962 (vivía al lado). A finales de los sesenta, Jean Gubrenat, el propietario del restaurante, lo vendió y jamás volví a verlo, hasta el pasado domingo en que visité la exposición veneciana. En cuanto a Laurence Bataille, en la exposición figura un retrato espléndido que le hizo Balthus por aquellos años. Era guapísima (como su madre). Hizo algo de teatro y luego se consagró al lacanismo (su madre, después de estar casada con Bataille, se casó con Lacan). La pillaron con armas durante la guerra de Argelia, era compañera de viaje del FLN. Una chica un tanto extraña, como el propio Balthus, el rey de los gatos.
P. S. En la terraza del Florian, la orquestina dirigida por el primer violín, el rumano Virgil Iuriciuc, no se cansa de interpretar New York, New York, aplaudido a rabiar por los turistas, mientras un estúpido gato veneciano intenta vanamente atrapar una paloma.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 15 de noviembre de 2001

sábado, 10 de noviembre de 2001

Kazuo Ishiguro / Ser traducido al catalán es 'chic'

Kazuo Ishiguro
Poster de T.A.


Kazuo Ishiguro

Ser traducido al catalán es 'chic'


XAVIER MORET
Barcelona 21 MAR 1997
Kazuo Ishiguro se puso ayer por unos minutos en la piel del protagonista de Los inconsolables y tocó algunas piezas al piano minutos antes de su presentación ante la prensa. "Pido perdón por cómo sonaba", suplicó, "pero he tocado a petición de un equipo de la televisión catalana y con la condición de que no grabaran el sonido". Ishiguro ha sido músico de rock y ha escrito guiones de cine.Sus novelas han sido traducidas a muchos idiomas, entre ellos el catalán, y durante su estancia en Barcelona el novelista británico se interesó mucho por la cultura catalana.
Confesó, además, que entre los autores británicos resulta de lo más chic últimamente estar traducido al catalán. Si un autor comenta que lo traducen al castellano, se considera un éxito, por supuesto, pero siempre hay alguien dispuesto a fastidiar y a preguntar "¿qué hay de la traducción al catalán?". Es un paso más.









* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 21 de marzo de 1997

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Charlie Watts / El batería de los Rolling Stones asegura que el grupo prepara una gira para 2002


Charlie Watts

Charlie Watts

El batería de los Rolling Stones asegura que el grupo prepara una gira para 2002

Charlie Watts reconoce que la avanzada edad puede ser un problema para los Stones


EUROPA PRESS
Nueva York 10 NOV 2001 - 18:00 COT

Los Rolling Stones volverán a la carretera el año que viene. Según ha confirmado esta noche a la cadena de televisión británica BBC Charlie Watts, batería del mítico grupo, los Stones tienen previsto realizar una gira especial en 2002 con motivo del 40 aniversario de la banda.
"Hasta donde yo sé nos vamos a reunir. Acordamos que lo haríamos en junio y nos estamos preparando para eso", ha asegurado Watts. El batería, que ahora se encuentra en Nueva York actuando con su grupo de jazz, ha reconocido que "el mundo de los Rollings Stones es bastante histérico".

The Rolling Stones




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  • 'Los Rolling Stones son mi vida, el resto son pasiones e intereses alternativos'

Charlie Watts cree que es necesario empezar a pensar en la edad (él tiene 60 años) a la hora de plantearse el futuro de la célebre banda de rock británica. Este es el motivo por el que el batería quiere realizar la gira-aniversario antes de que sea demasiado tarde.
"Creo que es tiempo de hacerla porque si la dejamos para más tarde estaremos muy viejos para salir de gira. Hay un momento en que uno ha de entender esto. Este es el mundo de Britney Spears. Yo no pertenezco a ese mundo", añadió Watts.