Hjalmar Söderberg
El juego serio
Alfabia edita una crónica del amor egoísta
Por Izaskun Gracia
4 de septiembre de 2013
Hjalmar Söderberg |
A pesar de que no es muy conocido fuera del norte de Europa y de que su obra se reduce a cuatro novelas, a Hjalmar Söderberg (1869–1941) se lo considera uno de los grandes escritores suecos. La editorial Alfabia ha decidido dar a conocer su obra en nuestro idioma y, tras la publicación de Doctor Glas, ha llegado a nuestras manos El juego serio, la que sería la última novela del autor y también la más importante, pues plasmó en ella, tal y como nos dice Elena Balzamo en su prólogo, una parte muy importante de su biografía.
En El juego serio, Söderberg nos presenta a Arvid, un joven que, a pesar de estar enamorado de Lydia, decide no establecer una relación con ella porque teme perder su estilo de vida de soltero. Esta decisión causará que ella se case con otro hombre y que él comience a verse con otra joven que, mediante engaños, conseguirá llevarlo al altar y hacer que lleve la vida aburrida y burguesa que se había prometido a sí mismo no llevar nunca. Sin embargo, pocos años después, Arvid y Lydia vuelven a encontrarse y, a pesar de que ambos tienen pareja, inician entonces una relación amorosa que no les aportará ni la felicidad que creen que merecen ni los motivará a dar un paso adelante y comprometerse con los sentimientos que –se supone– están experimentando.
La verdad es que tanto Arvid como Lydia son dos personas inmaduras y egoístas, que hablan del Amor (así, con mayúsculas, como sentimiento superior por el que cometer cualquier locura) pero no dejan de engañarse, mentirse y evitar tomar ninguna decisión que, aun lógica, cambie sus vidas y les prive de las comodidades a las que la vida de casados los tiene acostumbrados.
Con la misma maestría literaria que disfrutamos en Doctor Glas, Söderberg nos ofrece en El juego serio una historia de amor triste y pesimista, llena de traiciones y mentiras, cuyos protagonistas están más entregados a la idea del Amor que al amor mismo y cuyas acciones nos cuentan todo aquello que sus palabras niegan.
Así mismo, Söderberg nos ofrece en esta obra un hermoso retrato de la ciudad de Estocolmo de hace cien años y refleja las costumbres sociales y los conflictos morales y religiosos de entonces. Gracias a ello, consigue elaborar una novela de gran calidad, llena de claroscuros que, como cualquier otra gran obra, aguanta con sobresaliente el paso del tiempo.
En El juego serio, Söderberg nos presenta a Arvid, un joven que, a pesar de estar enamorado de Lydia, decide no establecer una relación con ella porque teme perder su estilo de vida de soltero. Esta decisión causará que ella se case con otro hombre y que él comience a verse con otra joven que, mediante engaños, conseguirá llevarlo al altar y hacer que lleve la vida aburrida y burguesa que se había prometido a sí mismo no llevar nunca. Sin embargo, pocos años después, Arvid y Lydia vuelven a encontrarse y, a pesar de que ambos tienen pareja, inician entonces una relación amorosa que no les aportará ni la felicidad que creen que merecen ni los motivará a dar un paso adelante y comprometerse con los sentimientos que –se supone– están experimentando.
La verdad es que tanto Arvid como Lydia son dos personas inmaduras y egoístas, que hablan del Amor (así, con mayúsculas, como sentimiento superior por el que cometer cualquier locura) pero no dejan de engañarse, mentirse y evitar tomar ninguna decisión que, aun lógica, cambie sus vidas y les prive de las comodidades a las que la vida de casados los tiene acostumbrados.
Con la misma maestría literaria que disfrutamos en Doctor Glas, Söderberg nos ofrece en El juego serio una historia de amor triste y pesimista, llena de traiciones y mentiras, cuyos protagonistas están más entregados a la idea del Amor que al amor mismo y cuyas acciones nos cuentan todo aquello que sus palabras niegan.
Así mismo, Söderberg nos ofrece en esta obra un hermoso retrato de la ciudad de Estocolmo de hace cien años y refleja las costumbres sociales y los conflictos morales y religiosos de entonces. Gracias a ello, consigue elaborar una novela de gran calidad, llena de claroscuros que, como cualquier otra gran obra, aguanta con sobresaliente el paso del tiempo.
KOULT
Izaskun Gracia (Bilbao, 1977) es traductora y maquetadora, y ha publicado los poemarios fuegos fatuos (2003), eleak eta beleak (2007), saco de humos (2010) y ártica / artikoa (2012).
Lea, además
Hjalmar Söderberg / La carne y el espíritu
Casa de citas / Hjalmar Söderberg / Doctor Glas
Casa de citas / Hjalmar Söderberg / Consideraciones sobre el alma
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