‘Sexting’ con robots: cómo la IA cambiará nuestra vida sexual y será capaz de ‘leer’ la excitación
Expertos nos dan las claves para comprender el ‘match’ entre el mundo sexual y la inteligencia artificial así como sus límites éticos
El informe The Future of Sex Report, puesto en marcha Ian Pearson, asegura que en 2030, la mayoría de personas practicarán algún tipo de sexo virtual, y cinco años después, la mayoría tendrá juguetes sexuales que emplearán de la mano del sexo virtual. Quizás el dato más sorprendente es que Pearson asegura que en 2050, el sexo entre personas y robots podría superar al de los humanos. “El sexo virtual con inteligencia artificial o robots competirá con el sexo humano, aunque quien busque un sexbot que parezca humano, tendrá que pagar un precio alto”, explica. “Puedes emplear tu inteligencia artificial favorita con cualquier robot, algo que puede resultar muy placentero para aquellas personas que quieran vivir sus fantasías sin las ataduras, emociones y compromisos que tienen las relaciones reales”, indica al hablar de la robotsexualidad.
Mientras que en la película Her (2013) Spike Jones narraba el idilio entre un hombre y una asistente personal virtual, diez años antes, Demolition Man contaba con una icónica escena en la que el personaje al que da vida Arnold Schwarzenegger tiene sexo virtual con Sandra Bullock. La película, cuyo argumento tiene lugar en 2032, habla de una sociedad en la que el sexo físico es motivo de repulsión. Teniendo en cuenta los últimos análisis sobre el mercado sextech, el largometraje de Marco Brambilla acertó a la hora de explorar el potencial de este tipo de tecnología. De hecho, según el informe sobre tendencias sexuales 2024, llevado a cabo por la marca de juguetes sexuales Lovehoney este año, la personalización sexual por medio de la IA será clave, pues sus algoritmos pueden utilizarse y se utilizarán para crear experiencias personalizadas que se adapten a las preferencias individuales.
“La IA tiene un gran potencial de personalización. Nos permite interpretar datos y elaborar respuestas individuales basadas en información sensorial, como la temperatura corporal y el pulso, para adaptarlas a las necesidades del usuario. Por ejemplo, los futuros juguetes sexuales podrían reconocer si estás teniendo un orgasmo y, a partir de tu comportamiento, saber si deben aumentar o disminuir la intensidad”, explica Fabian Schmolck, AI Solution Manager en Lovehoney Group y Womanizer. “Actualmente, estamos trabajando en varios proyectos para mejorar la vida sexual de las personas. Por ejemplo, estamos explorando formas de utilizar la IA para recomendaciones personalizadas de productos, placer individualizado y chatbots educativos para hablar de sexualidad, todo lo cual ayuda a capacitar a las personas para explorar y entenderse a sí mismas de nuevas maneras”, indica el experto en tecnologías emergentes. ”Tenemos que hablar de que la sexualidad de cada persona es diferente, y esto lleva a preguntas y necesidades particulares en cuanto a la educación sexual, recomendaciones de productos o historias sexuales. Con la investigación que hacemos y hemos hecho ,con la que explorar el bienestar sexual”, matiza.
Lucía Jiménez, psicóloga y sexóloga especializada en terapia sexual y de pareja de la sex shop Diversual, no quiere dejar de señalar que la inteligencia artificial puede utilizarse también como una herramienta para tratar problemas sexuales y ganar confianza. “Puede servir para mejorar la inteligencia erótica, que es la capacidad de moverse con fluidez en el plano sexual con una misma y las demás, y para aumentar el deseo. También se puede aplicar a los vibradores, haciendo que la información que recabe le sirva para saber cuándo tu excitación está subiendo y de este modo, cambiar la intensidad de la vibración o succión. O incluso como apoyo en terapia sexual para poder entrenar a la persona en la interacción sexual, con la seguridad de que no sea una persona real y así, no exponer al rechazo”.
Sexting en clave IA
Ya hemos hablado acerca del hartazgo que las ‘dating apps’ generan en muchos usuarios, y frente al emergente hastío del dating, nace la app Bloom Chat, que permite hacer sexting con un chatbot. La aplicación cuenta con una sala de chat virtual que permite a los usuarios enviar mensajes a bots, que responden con textos escritos y grabaciones de voz personalizados según sus respuestas. “Todos los actores de doblaje que optaron por ser parte de este proyecto lo hicieron con entusiasmo después de extensas conversaciones y una elaborada planificación con el equipo de BLOOM”, aclaran en su apartado de consideraciones éticas.
Como asegura Marc Rivero, Lead Security Researcher de la compañía de ciberseguridad Kaspersky, la implementación de IA en la moderación de contenido del sexo virtual presenta ciertos retos éticos y técnicos, por lo que es muy importante encontrar el equilibrio entre la censura necesaria y la libertad de expresión, así como proteger la privacidad de los usuarios. “Técnicamente, la IA debe ser capaz de diferenciar entre consentimiento informado y situaciones abusivas. Sin embargo, esto puede ser extremadamente complejo ante la sutileza de las interacciones humanas”, explica.
“Los chatbots pueden ayudar a quienes no tienen a nadie con quien hablar de sexo y sexualidad. Además, quienes sufren ansiedad pueden sentirse más cómodos haciendo preguntas sobre sexo a un chatbot.También es imperativo que las empresas de tecnología sexual se aseguren de que la tecnología complementa, y no eclipsa, el lado humano de la intimidad”, advierte Fabian Schmolck. “Aunque combinar la tecnología con el bienestar sexual abre las puertas a experiencias personalizadas e inmersivas, es vital que recordemos el elemento humano de la ecuación. Por ello, las marcas deben seguir centrándose en la ingeniería para garantizar que el producto físico sea tan útil como la tecnología que lo respalda. Aunque tradicionalmente pensamos en la tecnología como algo relacionado con cables, electricidad y ordenadores, no es el único tipo de tecnología que forma parte de la sexotecnología. Los avances en ingeniería y diseño a través de pruebas y comentarios de usuarios reales son innovaciones técnicas que ayudan a los usuarios a utilizar su juguete con mayor facilidad y éxito”, añade el AI Solution Manager en Lovehoney Group y Womanizer.
Preguntamos a Marc Rivero si la inteligencia artificial puede ser una buena aliada en el mundo del sexo virtual a la hora de ser capaz de censurar comportamientos abusivos y lenguaje inapropiado. Asegura que, sin duda alguna, se ha convertido en un componente clave para moderar el contenido y detectar comportamientos abusivos online, algo que incluye el ámbito del sexo virtual. “Gracias a los avances significativos en procesamiento de lenguaje natural (PLN) y reconocimiento de imágenes, las IA podrán identificar y censurar en tiempo real lenguaje inapropiado, imágenes explícitas no consentidas y comportamientos abusivos”.
Este nivel intervencionista se basa en modelos que se han entrenado con vastos conjuntos de datos etiquetados. De esta manera, la IA es capaz de comprender y reaccionar ante un amplio espectro de contextos. Sin embargo, su efectividad en estas áreas varía, según la calidad y diversidad de los datos de entrenamiento, y de la constante actualización para adaptarse a nuevos slangs, símbolos y técnicas de elusión desarrolladas por usuarios malintencionados”, asegura.
El estigma del ‘sextech’
La consultora Juniper Research asegura que en 2020, aproximadamente se emplearon 35,6 millones de dispositivos digitales destinados al placer, una cifra que está llamada a triplicarse en los próximos cinco años. Este mercado lo lidera Asia, que se espera seguirá siendo el motor más potente de la industria de la tecnología sexual, que alcanzará unos 37 millones de dispositivos en uso para 2025. Sin embargo, la sextechsigue estando algo estigmatizada, algo que, según Lucía Jiménez, puede deberse al controvertido uso que se le está dando a este tipo de chats a la hora de entablar conversaciones en las que la violencia, el abuso e incluso la pedofilia, están presentes. “Es difícil saber dónde poner los límites, porque en realidad, la fantasía es algo muy libre y hay un salto muy grande del deseo al hecho. Sin embargo, que la mayoría de interacciones con la IA sean de este tipo, como poco, nos tiene que llevar a la reflexión como sociedad. Es difícil ponerle puertas al campo, a menos que sea baneando cualquier contenido sexual. Por eso, además de que el propio sistema pudiera reconocer actos de violencia, la educación sexual tiene que ser más importante que nunca”, asegura.
Para finalizar, Schmolck confiesa a S Modacreer en el poder del diálogo abierto y honesto para reducir el estigma que rodea a todo lo relacionado con sextech. “Si conseguimos que la gente hable más abiertamente de la sextech, podremos desestigmatizar y ayudar a comprender sus ventajas. La educación desempeña un papel fundamental. Sabemos que si se hace de forma responsable y ética, puede cambiar la percepción y pasar de considerarlo algo tabú a verlo como otro aspecto de la salud y la felicidad humanas. Cuando abrimos el diálogo, empezando por la empatía, la comprensión y el respeto hacia el bienestar sexual, somos capaces no solo de desestigmatizar la tecnología aplicada a la sexualidad, sino de tener un gran impacto en la felicidad sexual de muchas personas que nos rodean”, dice.
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