Anne Carson |
Anne Carson: "Si la prosa es una casa, la poesía es alguien en llamas corriendo a través de ella"
“Buenos Aires se desdibujaba hacia el amanecer. Gerión se había pasado una hora caminando sobre los negros adoquines sudorosos de la ciudad, esperando el final de la noche”, se lee en el centro de Autobiografía de Rojo (Pre-Textos), novela en verso que se encarga de un monstruo de alas rojas y tres torsos que Anne Carson toma del décimo de los doce trabajos de Heracles.
No es la única vez que la canadiense escribe revisitando tragedias griegas (también lo hizo, por caso, con Eurípides y Sófocles), y en esta ocasión el viejo relato mitológico del que extrae a Gerión no le impide convertirlo en un adolescente que se enamora y toma aviones, como el que lo trae a la capital argentina o el que le hace cruzar la Cordillera de los Andes.
Mientras la ensayista, traductora, profesora y poeta nacida en Toronto en 1950 se prepara para llegar, ella también, a estas tierras –participará de la décima edición del Filba Internacional- sus traducciones aquí se multiplican. Ya teníamos los poemas de Zindo & Gafuri, Charlas breves, y la versión del extraordinario ensayo Eros, el dulce-amargo (Fiordo), en traducción de Mirta Rosenberg y Silvina López Medin. Esta última fue, en 1986, la pieza inaugural de la obra de esta especialista en estudios clásicos, traductora de Safo, cuya “extravagancia, contemporaneidad y audacia intelectual” destaca Rosenberg.
Mientras tanto, Bajo la luna prepara Red Doc, secuela de Autobiografía de Rojo, y en Chile Alquimia publicó La caída de Roma y Cuadro de Tiza El ensayo de cristal y Variaciones sobre el derecho a guardar silencio. En agosto, Carson participará también de la Cátedra en Homenaje a Roberto Bolaño de la Facultad de Comunicación y Letras de la Universidad Diego Portales.
Carson ha recibido premios como el T.S. Eliot y el Griffin Poetry Prize, y becas como la Guggenheim y MacArthur. Conviene esperarla habiéndola leído.
En Autobiografía de Rojo y Red doc inserta un mito griego en una historia de amor contemporánea protagonizada por un adolescente. ¿Cómo trabajó ese cruce y el factor tiempo?
No me parece que el tiempo sea un obstáculo para inventar una historia; pasado y presente se mezclan fácilmente en la mente, ¿por qué no podrían hacerlo en la página? Incluso la poesía de Homero está llena de anacronismos –tiene guerreros de la edad de bronce que luchan con armas de la edad de hierro-. Si la pregunta en realidad es acerca de la precisón, cabe recordar la definición de obra de arte que nos da Adorno, como una “magia que ha escapado a la mentira de ser verdad”.
En conferencias se ha referido a la inmortalidad en la poesía, diciendo que el lenguaje puede suspender el tiempo, que con ciertas obras "una se olvida del tiempo". ¿Recuerda alguna lectura temprana con la que haya experimentado esta gloria?
La ilíada de Homero, por ejemplo.
"Quiero ser insoportable", respondió en una entrevista, y en otra se expidió sobre la manera en que las palabras que escribe de algún modo rechazan a las que siguen. No parece estar refiriéndose a una búsqueda de lo dificultoso, pero ¿a qué se refiere entonces?
Me refería a resistir la tendencia a que las oraciones se conviertan en clichés, la tendencia a que las ideas se conviertan en dogmas. No busco la dificultad por la dificultad misma, sino más bien para levantar el borde de la página y encontrar qué está escrito ahí debajo desde hace mucho tiempo, o dar la vuelta al edificio y encontrarme con la vista de un lago desconocido. ¿Cómo mantenerse despierto en la vida?
Charlas breves salió en Argentina hace un par de años. Usualmente lee alguna de esas piezas antes de dar sus conferencias en universidades, para abrir los encuentros. Ha dicho que ese libro apareció durante sus clases en Princeton, ¿son de algún modo una respuesta al estilo académico?
La comunidad académica se enorgullece de sus charlas largas. Acortar las charlas podría ser otro modo de la resistencia. Además, no tengo muchas palabras adentro.
Al referirse a Eros, el dulce-amargo ha dicho que estás en contra de la escritura ensayística que resuelve últimos párrafos en modo resumen o conclusión. Hay más interés en las preguntas que en las respuestas, ¿por qué?
Porque las preguntas le permiten a la mente que se mueva. Las respuestas le indican que se detenga.
"Lo que más prefiero hacer es pensar, escribir es un producto del pensamiento". También ha dicho que el proceso de llegada a una idea, y no tanto la llegada en sí, es una prueba de que estamos vivos. ¿De qué manera pensar es vivir, responder es morir?
El instinto de muerte de Freud no se refiere a la muerte en sí, sino a la inercia. Todos cargamos el instinto primario de quedarnos quietos y no hacer nada en todo el día -de allí la invención del televisor. No se conformen con eso.
¿Cómo coexisten poesía y ensayo en su trabajo? ¿Qué lugar le da a cada uno?
Mi respuesta usual a estas preguntas: si la prosa es una casa, la poesía es alguien en llamas corriendo a través de ella.
"El arte es algo con lo que ocupar tu mente mientras soportás la realidad": ¿cree que el arte puede cambiar la realidad de alguna otra manera, más allá de esta suerte de poder distractivo?
La verdad es que no lo sé. Ojalá lo supiera.
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