LA PULSERA
Beta Valenzuela
12 de enero de 2011
No me gusta la naturaleza y creo que yo a ella tampoco. No me gustan los maremotos, ni los volcanes en erupción, ni las serpientes que acechan debajo de las piedras para inyectarte su veneno, ni la jauría de monos con el culo rojo dispuestos a violarte en el momento que te adentras en la selva, ni los perros, ni los gatos, ni las moscas, ni las cucarachas, ni las palomas. No me gusta el turismo rural ni quiero que me regales un fin de semana en una cuadra reconvertida en posada al norte de la provincia de Avila. No quiero morir de neumonía, ni meterme en la cama con los pies helados, ni cenar sopas de ajo, ni ponerme de mierda hasta los tobillos porque he tenido que ir a buscar los huevos al gallinero. ¿Entendido?
Parece que sí. Estas navidades Sonia me ha regalado unas botas altas para excitarse mientras me ve pasear vestida únicamente con ellas, "Fleurs" un disco de Franco Battiato de 1999 que si yo hubiera conocido antes habría pirateado sin el menor atisbo de culpa, la Moleskine del 2011 y un juego de la Wii que me pondrá al nivel de Fernando Alonso en lo que a conducción de coches de Fórmula 1 se refiere.
Por su parte, mi madre me ha regalado una pulsera Power Balance. Mi primera reacción ha sido la esperada: gritar desesperadamente como si fuera Al Pacino sosteniendo el cadáver de Sofía Coppola en la tercera parte de El Padrino.
¡¡¡¡¡Noooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo!!!!!
Ella me mira con cara de no entender nada y me pregunta sorprendida si no me gusta. Yo pienso que si fue capaz de creerse aquello de las armas de destrucción masiva por qué iba a dudar de los efectos terapéuticos de la pulsera. Me la pongo, no quiero parecer desagradecida, aunque sé que la pulsera se irá a la basura en el momento que yo salga por la puerta. Unos minutos después se obra el milagro, me llega un mensaje al móvil con el siguiente texto: "He soñado contigo". El mensaje no es de una amiga cualquiera, es de una de esas amigas que está superbuena, a la que deseaste enfermizamente durante mucho tiempo y a la que trataste de olvidar después de que ella te dejara claro que no quería nada contigo. Te quedas confusa. Sonia te pregunta de quién es el mensaje y tu respondes que no es más que publicidad de Orange y, cuando no te ve, tecleas una contestación rápida: "Qué has soñado?". Intuyes cuál es la respuesta. Si ella hubiera soñado que eras descuartizada por un ejército de alienígenas vestidos con camisetas del Rayo Vallecano no te habría escrito para contártelo. Probablemente, si lo ha hecho, es porque el sueño no iba por allí. Silencias el móvil para que Sonia no vuelva a preguntarte quién te escribe en caso de recibir un nuevo SMS. Esta vez te llega un mensaje mucho más detallado: "He soñado que follábamos sin parar. La primera vez lo hacíamos en la furgoneta de Loquillo y yo conseguía que te corrieras muchas veces". El móvil te abrasa las manos y lo arrojas al suelo. ¿La furgoneta de Loquillo? No entiendes nada. ¿Qué coño se contesta a eso? ¿Deberías borrar el mensaje? ¿Ha sido la Power Balance? ¿Estás dispuesta a vivir una doble vida? Las navidades las carga el diablo.
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