Grandes figuras de la historia de Japón
‘Barakei’: las imágenes del “combate” entre Mishima Yukio y Hosoe Eikō
10 de junio de 2020
Barakei (Calvario de rosas) es una colección de fotografías creadas por Hosoe Eikō, uno de los fotógrafos más importantes de Japón; Hosoe fabricó todo un mundo estético basado en Mishima Yukio, asiduo culturista. Cuando se publicó en 1963 se hizo muy popular no solo en Japón, sino también en Occidente, y dio a conocer el nombre de Mishima, de quien se rumoreaba podía llegar a lograr el premio Nobel.
2020 marca el 50.º aniversario de la impactante muerte del escritor Mishima Yukio (1925-1970). Por esta razón se están llevando a cabo por todo el mundo diversos proyectos relacionados con su figura, aunque existe una colección de fotos que continúa siendo el centro de atención siempre que se realizan eventos sobre Mishima. Se trata de Barakei, (Calvario de rosas, Shueisha) obra de Hosoe Eikō (1933-) y publicada en 1963. En esta colección Mishima se refleja en cada imagen mediante complicadas técnicas que exponen para su lucimiento el cuerpo entrenado del escritor y culturista. Estas fotografías, en cierto modo la verdadera realización de la imagen de Mishima, fueron sacadas entre el otoño de 1961 y la primavera de 1962 por Hosoe, en aquel entonces un prometedor fotógrafo de 28 años, en la residencia del propio Mishima en Magome, Tokio.
Fotos salvajes contra el sentido común
Fue el coreógrafo Hijikata Tatsumi (1928-1986) quien sirvió de vínculo entre Hosoe y Mishima. En aquel momento Hijikata, que se llevaba muy bien con Mishima, trataba de crear un estilo de baile completamente nuevo que hoy día se conoce como ankoku butō o simplemente butō, y presentó una obra llamada Kinjiki (El color prohibido) en 1959, basada en la novela de Mishima. Hosoe, que había visto la actuación por casualidad, quedó impresionado y visitó a Hijikata en su camerino, lo cual lo llevó a realizar una serie de fotografías. Con las figuras de Hijikata, la modelo Ishida Masako y otros compañeros bailarines, retrató la vívida existencia de “hombres y mujeres: seres humanos de un sexo concreto” (según el crítico de fotografía Fukushima Tatsuo); en 1961 aquellas toscas fotografías de gran contraste en blanco y negro pasaron a convertirse en una colección de imágenes denominada Otoko to onna (Hombres y mujeres, Camera Art Co., Ltd.).
Mishima, al ver las fotos de esa colección y las imágenes del folleto de la actuación de butō de Hijikata, se interesó por el estilo de Hosoe. Más tarde, a través de un editor, le pidió que lo usara como modelo para sus fotografías. Cuando se conocieron, Mishima le dijo a Hosoe: “Voy a ser tu tema, así que haz lo que quieras con la cámara”. Hosoe tomó estas palabras de manera literal, y procedió a sacar sus fotos precisamente como quiso. En el momento de la primera sesión, Hosoe colocó a Mishima desnudo, con una manguera de goma enrollada alrededor de su cuerpo, sobre un pedestal de mármol con un mapa del zodíaco, y colocó un extremo de la manguera en su boca. Mishima, con un mazo de madera en la mano derecha, mira con intensidad a Hosoe, que saca la foto desde lo alto de una escalera de mano.
A Mishima le encantó esta foto salvaje que se negaba a tener sentido ninguno, y decidió continuar con las sesiones. Desde entonces, los días de sesión fotográfica, mantenía a su esposa e hijos fuera de la casa, aduciendo que aquello no eran bueno para su educación. Con la Venus dormida de Giorgione, el pintor italiano favorito de Mishima, y el Nacimiento de Venus de Botticelli, Hijikata Tatsumi y sus colegas bailarines eran invitados a la casa para posar con Mishima, y en ocasiones también participó la actriz Enami Kyōko (1942-2018). A veces salían de la residencia de Mishima y sacaban fotos sin permiso en lugares en construcción, como la antigua localización de una iglesia cuyos ladrillos rojos se confundían en el paisaje.
De este modo, como escribió Mishima en “Introducción al mundo de Hosoe Eikō”, el prefacio de Barakei, “Se trata de un mundo atípico, distorsionado, ridículo, grotesco, salvaje y general, que va surgiendo, con un murmullo de las profundidades, como un fluir lírico a través de una alcantarilla invisible”.
Moriyama Daidō (1938-) desempeñó un papel fundamental durante este trabajo fotográfico en el cuarto oscuro, en funciones como el revelado y la impresión. Moriyama se mudó a Tokio desde Osaka en 1961 y pasó a trabajar como ayudante de Hosoe; fotografiar a Mishima fue uno de sus primeros trabajos. Ir plasmando en el momento las ideas de Hosoe, una tras otra, no resultaba sencillo; se trataba de películas en microfilm de alto contraste y baja sensibilidad, a las cuales se hacía aún menos sensibles, y se revelaba finamente para combinar múltiples negativos en diversos fotomontajes; aquel trabajo en el cuarto oscuro era realmente difícil por la complejidad de las técnicas usadas en el montaje. Se puede decir que Moriyama, un artista que posteriormente no tendría rival en el acabado de las imágenes, se definió como artista durante este período.
Un título que encarna el sentido estético de Mishima y su visión sobre la vida y la muerte
Las fotografías que se realizaron en aquellas sesiones se utilizaron por primera vez para las portadas de la recopilación de ensayos críticos de Mishima Bi no shūgeki (El ataque de la belleza, Kodansha), publicada en noviembre de 1961, y aparecieron también junto a obras de artistas como Narahara Ikkō (1931-2020), Tōmatsu Shōmei (1930-2012), Kawada Kikuji (1933-), Ishimoto Yasuhiro (1921-2012) o Imai Hisae (1931-2009) en la exposición “NON”, organizada por Fukushima Tatsuo, que se celebró en enero de 1962 en la sala Matsuya de Ginza, Tokio.
En marzo de 1988 se publicó Barakei, ya como colección de fotografías en gran formato, diseñada y encuadernada por Sugiura Kōhei (1932-). El grupo de fotografías seleccionadas quedó finalmente organizado en cinco capítulos: 1) Obertura, 2) La vida cotidiana de un ciudadano, 3) El reloj que ríe, o el testigo perezoso, 4) Sacrilegios diversos, y 5) Barakei.
Cuando se decidió publicar la colección, Hosoe le pidió a Mishima que pensara el título. La postal con la que Mishima contestó incluía varias posibilidades, además de Barakei: “Bocetos de sufrimiento”, “Hombre y rosa”, “Variaciones sobre la pasión”, “La muerte y la locuacidad”… Hosoe no dudó un instante a la hora de decidir. Barakei (“calvario de rosas” o “el castigo de las rosas”) encarnaba mejor el sentido estético y la visión de la vida y la muerte de Mishima. La publicación fue bien recibida, y ganó ese año el Premio al Autor de la Asociación de Críticos de Fotografía de Japón.
Una nueva edición de la colección, abandonada debido a la muerte de Mishima
Hosoe, en sus avances posteriores en su carrera como fotógrafo, volvió a utilizar a Hijikata como modelo; por ejemplo en su Tashiro natal, en Ugo, ciudad en la prefectura de Akita, y publicó la colección de fotos Kamaitachi (Gendai Shichōsha, 1969), en la que participaron varias personas del lugar. Sin embargo siempre mantuvo Barakei presente.
En 1970 dio comienzo un proyecto para renovar y publicar una versión internacional de Barakei. Yokoo Tadanori (1936-) se encargaría del diseño, y tras varias consultas entre Hosoe, Mishima y Yokoo, se decidió reemplazar drásticamente la composición y el diseño de las fotos. La nueva publicación estaba prevista para noviembre de aquel mismo año, pero se retrasó cerca de un mes debido a que Yokoo sufrió un accidente de tráfico.
Las pruebas de impresión de esta nueva edición se exhibieron por primera vez en la “Exposición Mishima Yukio”, celebrada en los grandes almacenes Tōbu en Ikebukuro, Tokio, en octubre de ese año. Hosoe estaba extrañamente preocupado porque Mishima había escrito “No perdonaré el declive de mi cuerpo” para una esquina de la exposición llamada “El río del cuerpo”, donde se mostraba en un panel una de las imágenes de Barakei a gran tamaño. Por esa época Mishima había completado, bastante antes de la fecha límite, el prefacio de otro libro de fotografías de Hosoe llamado Hōyō (Abrazo, Shashin Hyōronsha, 1971). Esto también era algo bastante inusitado.
Y sin embargo, para Hosoe, la ocupación de la guarnición de Ichigaya de las Fuerzas de Autodefensa, al mando de Mishima y su suicidio ritual, el 25 de noviembre de 1970, fueron hechos completamente inesperados. Hosoe suspendió de inmediato los trabajos para la publicación de la nueva edición de Barakei. Dada la confusión que siguió al incidente no estaba nada claro qué trato le darían los medios de comunicación a las fotografías de Mishima. Pero, sobre todo, no quería que hirieran su orgullo al considerar que se aprovechaba de la muerte de Mishima para hacer dinero, al publicar un libro de fotos sobre alguien que sin duda se convertiría en un tema candente.
Y no obstante la esposa de Mishima, Yōko, se puso en contacto con él después de un tiempo. “Mi esposo esperaba con ilusión poder ver este libro; deseo verlo publicado”. Justo después de aquel giro de los acontecimientos vio la luz la nueva versión de Barakei. Esa versión internacional, publicada en inglés como Ordeal by Rose (Shueisha International) y diseñada por Yokoo Tadanori, se publicó en enero de 1971.
Combate a muerte entre un escritor y un fotógrafo
Si uno revisa hoy día Barakei comprobará que se trata de un libro de fotos un tanto peculiar. La cubierta de la funda de esa primera edición reza: “Fotografías de Hosoe Eikō; modelo y prefacio: Mishima Yukio”; se trata de una relación de igualdad. Lo justo sería hablar de coautoría.
Es cierto que Mishima se dedicó a ser el modelo de Hosoe, pero da la impresión de que lo hizo invitándolo a su propio territorio: su casa, un lugar que proyectaba su sentido estético en cada rincón, donde se veía rodeado de muebles que él mismo había elegido, y donde lucía su cuerpo bien entrenado. Parece que está apuntando con suma atención para atraerlo. Hosoe tampoco limita su expresión fotográfica, como profesional, y se deja la piel tratando de controlar a ese novelista poco común, como lo haría con sus bailarines de butō, o con un culturista. Se puede decir que Barakei es una colección de fotografías en las que tanto el escritor como el fotógrafo, ambos dotados de un gran talento teatral, compiten hasta el límite, y en la que se muestran los impresionantes resultados de esa lucha.
Imágenes: Hosoe Eikō
Con la colaboración del Instituto de Fotografía Artística Hosoe Eikō.
(Artículo traducido al español del original en japonés. Imagen del encabezado: Barakei 32, 1961.)
Crítico de fotografía. Nacido en la prefectura de Miyagi en 1954. Se graduó en el Departamento de Fotografía de la Facultad de Artes de la Universidad Nihon y completó su doctorado en el Departamento de Bellas Artes de la Escuela de Posgrado de la Universidad de Tsukuba. Recibió el Premio Anual de la Asociación de Fotografía de Japón por su obra Geijutsu shashin to sono jidai (La fotografía artística y su época, Chikuma Shobō, 1986) y el Premio Suntory a las Artes por Shashin bijutsukan e yōkoso (Bienvenidos al museo fotográfico, Kodansha Gendai Shinsho, 1996). También trabaja activamente como jurado en exposiciones públicas de fotografía, así como en su planificación. Conocido amante de las setas, también es autor de libros como Kinoko bungaku taizen (Literatura completa sobre setas).
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