sábado, 15 de agosto de 2015

La vida que le espera a la madre de 10 años


La vida que le espera a la madre de 10 años

"De jugar con muñecas a tener un bebé a su cargo. O a alternar ambas cosas. Experimentan la maternidad antes de haber tenido tiempo de ser mujeres. Son niñas madres. Menores que alternan su papel de hijas con una maternidad muy precoz."

El parto de una niña alerta del fenómeno creciente de la maternidad precoz - Los riesgos psíquicos, físicos y sociales son muy elevados - La Administración debe vigilar si hubo abusos


MARÍA R. SAHUQUILLO / REYES RINCÓN 3 NOV 2010
De jugar con muñecas a tener un bebé a su cargo. O a alternar ambas cosas. Experimentan la maternidad antes de haber tenido tiempo de ser mujeres. Son niñas madres. Menores que alternan su papel de hijas con una maternidad muy precoz. El caso del nacimiento de un bebé de una niña de 10 años, ocurrido en Jerez y conocido ayer, es un ejemplo extremo de un fenómeno que los expertos ven en aumento.
Que una niña sea madre tiene grandes riesgos para ella. También constata un fracaso en la integración y un desafío para los servicios sociales y educativos. Casos de este tipo pueden ocultar, además, episodios de abusos en el entorno familiar. También queda por analizar la responsabilidad de los padres de esas niñas madre; los abuelos que se convierten en adultos de referencia, responsables de la custodia de los nietos pese al fracaso en el cuidado de sus hijos.

El porcentaje de madres adolescentes es más alto en inmigrantes

En Latinoamérica o África la maternidad se da a edades más tempranas

Las autoridades no retirarán la custodia a los padres de la niña

Más de un centenar de menores de 15 años dan a luz cada año en España

Los profesionales deben avisar a las autoridades de los embarazos de niñas

Solo la educación sexual temprana puede prevenir el aumento de casos
En 2008 (último año del que hay datos), 178 niñas menores de 15 años fueron madres, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). Una cifra que desde 1990 no ha bajado de los 80 nacimientos por parte de madres precoces al año. A esto hay que sumar los cerca de 500 embarazos que no llegaron a su término por aborto.
Una realidad que ha quedado reflejada en el caso extremo de la niña que, con solo 10 años, ha sido madre en Jerez. La pequeña, de origen rumano, dio a luz la pasada semana a un bebé de unos tres kilos. El padre, según la familia, también es menor, aunque no ha trascendido su edad exacta. Ambos mantenían una relación consentida en su país de origen. Un dato que muchos consideran que se debería poner en cuarentena hasta verificar que la menor no ha sufrido abusos por parte de un adulto o de alguien cercano a la familia.
La Junta de Andalucía hará ahora un seguimiento del caso para garantizar que la familia se puede hacer cargo del bebé. Si el pequeño está bien atendido, los padres-abuelos mantendrán la custodia, explicó ayer la consejera andaluza para la Igualdad y el Bienestar Social, Micaela Navarro. En caso contrario, la Administración intervendrá para hacerse cargo de la tutela del bebé.
El caso ha pillado a las autoridades desprevenidas. Hasta que la pequeña llegó acompañada de sus padres al hospital de Jerez para parir, las Administraciones desconocían la existencia de esta familia que, según declaró, reside en Lebrija (Sevilla), informa Ana Huguet. El concejal de Bienestar Social del Ayuntamiento lebrijano, Francisco Gil, confirmó que la niña "no estaba empadronada ni escolarizada". "La pequeña tampoco ha acudido nunca al centro de salud del municipio. Se han mantenido completamente en el anonimato. Ha sido una sorpresa mayúscula", apostilló el edil.
Las administraciones rechazaron ayer dar más datos para no dañar la intimidad de los menores, aunque sí ha trascendido que la niña ya estaba embarazada cuando llegó a España con sus padres desde Rumanía. Los abuelos del bebé se asentaron hace unos meses en Andalucía, donde ya residía algún familiar de la pequeña. La madre y el recién nacido están en perfecto estado de salud. Todos viven con la familia de la menor desde que el pasado fin de semana recibirean el alta médica.
A la vista de los datos que apuntan que 2008 fue el año en el que más crecieron los nacimientos de madres menores de 15 años desde 1990, los expertos consideran que estamos ante un fenómeno social en aumento. Lo ocurrido en Jerez hace recordar el caso de una niña de 11 años que hace unos dos fue ingresada en el área de pediatría de un hospital de León, a la espera de determinar si se sometía a un aborto. El desenlace no fue dado a conocer.
Y es que el número de nacimientos de madres adolescentes se ha incrementado en la última década. Los expertos consideran que el aumento de la población inmigrante tiene mucho que ver y los datos parecen darle la razón. En 2008 nacieron en España 178 bebés de madres menores de 15 años. De ellas, 68 eran de extranjeras. Es decir, el 38% de las nuevas niñas madres en 2008 eran inmigrantes, aunque las adolescentes extranjeras apenas representaban ese año el 15% de las menores españolas entre 10 y 14 años.
Esa sobrerrepresentación de la población inmigrante también se percibe si se analizan los datos de embarazos no deseados que terminan en aborto. Un ejemplo: de las 475 menores de 15 años que se sometieron a una interrupción voluntaria del embarazo en 2008, el 47% no eran españolas.
El INE ha realizado una proyección a corto plazo de los nacimientos que se esperan en los próximos años en España según la edad de la madre. Y el resultado es que el número de madres adolescentes seguirá aumentando durante la próxima década. Los datos son una estimación que el INE pone sobre la mesa de las administraciones públicas para que puedan analizar cómo será la evolución de la población española si se mantiene la tendencia actual, y en el caso de la fecundidad indican que en el año 2019 nacerán 1.047 bebés de madres menores de 15 años, 218 más que las previstas en 2010. "No quiere decir que eso vaya a pasar, sino que es lo que pasará si se mantienen los comportamientos actuales", indica un portavoz del INE.
Según esta proyección, no sólo aumentarán el número de madres menores de 15 años, sino que este incremento se repite hasta las jóvenes de 22. A partir de esa edad, se espera una reducción paulatina de los nacimientos, que se mantiene hasta las mujeres de 37 años. Es decir, aumentarán las madres adolescentes y las mayores, mientras que se reducirán las de las franjas de edad intermedia.
Pero al margen de la radiografía del fenómeno cabe analizar también los posibles riesgos tanto físicos y psicológicos como sociales de los embarazos extremadamente precoces. Los expertos no se ponen de acuerdo en los riesgos fisiológicos que puede suponer para la madre dar a luz a edades tan tempranas. "Todo depende del grado de desarrollo de la niña", apunta Javier Martínez Salmeán, jefe de Ginecología del Hospital Severo Ochoa de Leganés. "Si ha completado su desarrollo y la menor ha estado cuidada no tiene por qué tener ninguna complicación", añade. De la misma opinión es el presidente de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO), José Manuel Bajo, que explica que un factor clave para analizar los posibles riesgos es la edad a la que la menor ha tenido la menarquía (la primera regla). Algo que en España ocurre a partir de los nueve años. "Hasta un año o dos después de esa primera regla, sin embargo, no se suele producir la primera ovulación, lo que implica que todavía no se es fértil", dice Bajo.
En la historia de la ginecología ha habido partos de niñas más jóvenes que la de Jerez. Algo que, apunta Martínez Salmeán, no es infrecuente en países de África o Latinoamérica, donde la menarquía, y por consiguiente la edad fértil, se inicia a edades más tempranas. Bajo recuerda el que supuestamente es el parto más precoz notificado: el de una niña de cinco años y medio en Perú. En ese extraño caso, la menor tuvo, al parecer, a su bebé por cesárea. Un sistema común en los partos de niñas tan pequeñas.
Según el INE, solo 12 de las menores de 15 años que dieron a luz en 2008 en España tuvieron un parto totalmente normal. El resto sufrió complicaciones. En el embarazo, en el parto o en ambos. Además, según varios estudios, la mortalidad en los nacimientos entre los hijos de madres menores de 17 años triplica la existente entre las de 20 a 29 años.
Y los riesgos aumentan cuanto más joven es la futura madre. Complicaciones que pueden ir desde amenazas de aborto a problemas en el desarrollo del futuro bebé, que puede llegar a desarrollar malformaciones, ceguera, parálisis cerebral o retraso mental. "Si la madre no ha completado su desarrollo o no tiene una correcta nutrición que supla carencias tanto relacionadas con su edad como la de su situación de futura madre, los riesgos pueden ser graves", dice el ginecólogo Manuel Alonso. Este experto sostiene, además, que un embarazo a una edad muy precoz puede provocar que el desarrollo de la niña quede interrumpido.
Pero si hay debate sobre los riesgos físicos, con los psicológicos y sociales no hay dudas. "Puede que el cuerpo de una menor esté preparado para albergar un bebé, pero una niña no está mentalmente preparada para ser madre", apunta la psicóloga infantil Carolina Fernández. Las menores deben enfrentarse a duros cambios físicos, desarreglos hormonales y también al parto. "La niña va a encontrarse que su situación ha cambiado, que ahora además de una hija adolescente es madre". En muchos casos, sin embargo, son los padres de las menores los que se hacen cargo del bebé como si fuera su propio hijo, más que como un nieto.
En el caso de la niña de Jerez, el recién nacido y sus padres viven con los progenitores de ella (los abuelos del bebé). Según contó la abuela en el hospital, el padre ya vivía con ellos desde antes del parto. Aunque la familia insistía en que la relación es consentida y en que cuentan con medios para mantener al recién nacido, los servicios sociales y los médicos del hospital alertaron del caso a la Junta de Andalucía, como se hace siempre que se detecta un embarazo o un parto de una madre excesivamente joven. El protocolo de alerta pasa por avisar a la Consejería de Salud, a la de Bienestar Social y a la Fiscalía de Menores, que tiene que investigar el caso para garantizar que la niña no ha sufrido abusos.
Luisa Torres, trabajadora social de la clínica Dator, de Madrid, ha tenido que poner en conocimiento de las autoridades varios casos de menores embarazadas que acudieron al centro para someterse a un aborto. Hace un año, la clínica alertó a las autoridades sobre el caso de una niña boliviana de 12 años embarazada a la que su madre había llevado a la clínica asegurando que la pequeña se quedó encinta en un campamento de verano al que había asistido. La policía intervino y se consiguió averiguar que el responsable era el novio de la madre. Esta había hecho la vista gorda y había tratado por todos los medios de ocultar el caso.
El Código Penal da validez jurídica a las relaciones sexuales de un adulto con un niño de 13 años si éste las consiente. Antes de esas edades, constituyen un delito, aunque haya ese consentimiento. Lo que ocurre en el caso de Jerez es que esas relaciones supuestamente consentidas fueron entre dos menores, por lo que a ninguno de los dos se les puede imputar el delito. El fiscal deberá determinar si pudo haberlo por parte de los padres de los chicos, es decir, de los abuelos del bebé.
A la niña de Jerez le espera una vida nada fácil. Margarita Delgado, investigadora del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y autora del informe Maternidad adolescente en España, apunta a que ser madre sin pretenderlo en la adolescencia no tiene solo implicaciones inmediatas. Hay que mirar también sus efectos a largo plazo. Delgado incide en que casos tan precoces como el conocido ayer son pocos y que, debido a su escasez, aún deben estudiarse sus consecuencias. "Lo que sí sabemos es que en la adolescencia, la maternidad no deseada tiene unas consecuencias adversas. Las mujeres que la experimentan tienen un nivel de estudios más bajo, una entrada más tardía en el mercado laboral y sus uniones de pareja también son más frágiles", analiza.
Pero qué se puede hacer para prevenir estos casos. La ginecóloga Isabel Serrano, Presidenta de la Federación de Planificación Familiar Estatal considera que estamos ante un enorme fracaso social, sanitario y humano que hay que evitar. "Qué sociedad tenemos en la que podemos llegar a una situación de este tipo", dice. Serrano cree que la clave para evitar anomalías como esta es poner medios educativos antes. "En los colegios se tiene que hablar, aunque adaptado a cada edad, mucho antes de estos temas. Es la única forma de que no se repita el fenómeno" .

Consecuencias

Riesgos médicos. Las complicaciones físicas dependen del grado de desarrollo de la menor. Pueden ir desde el riesgo de aborto a problemas en el desarrollo del futuro bebé. La mayoría de los partos, además, se produce por cesárea.
Riesgos sociales. La maternidad no deseada en la adolescencia entraña consecuencias adversas: menos nivel de estudios, una entrada más tardía en el mercado laboral y uniones sentimentales más frágiles.
Inmigrantes. En la maternidad adolescente hay una sobrerrepresentación de la población inmigrante. Un ejemplo: el 38% de las madres de menos de 15 en 2008 eran extranjeras, aunque ese año ese grupo de población apenas suponía el 15%.



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