sábado, 14 de febrero de 2015

Cincuenta sombras de Grey en Berlin



Cincuenta sombras de Grey en Berlín


Una historia romántica disfrazada de sadomasoquismo suave. Competente adaptación de la novela de E.L. James, que no mejora en nada el original.

Salvador Llopart | Berlín
11/02/2015 - 20:10h | Última actualización: 11/02/2015 - 20:24h

'50 sombras de Grey' en Berlín
Dakota Johnson, en su rol de Anastasia Steele colgada y atada en el filme 'Cincuenta sombras de Grey' 


“50 sombras de Grey” ha tenido su primer encuentro con el público europeo. Berlín acoge la primera proyección de la esperada adaptación cinematográfica de la historia de amor, deseo, dominación y entrega escrita por E.L. James. La película que, sin haberse estrenado, se ha convertido ya en uno de los eventos cinematográficos del la temporada. Tan sólo en España, donde se presentará el próximo viernes 13 de febrero, lleva hasta ahora más de 170.000 entradas vendidas, y lo mismo ocurre en otros países de Europa.



Había gran expectación en la Berlinale, y más de uno esperaba, con la película, un verdadero ejercicio de sadomasoquismo. Desglasado así: el sadismo de tener que pasar una propuesta absolutamente despreciable. Y el masoquismo de los productores, al traer estas “50 sombras…” a un certamen como la Berlinale, para que fuera necesariamente masacrado.


Pero las cosas no son siempre tan fáciles. El silencio espeso que siguió el final de la primera proyección para los medios de comunicación -un multitudinario pase en sala Imax, con gente que se quedó fuera- desactivó cualquier tipo de idea de sadomasoquismo. El diente retorcido no pudo salir y la cara de perro se guardó para mejor ocasión.

Eso no quiere decir que el filme sea una maravilla, que no lo es. Es ni más ni menos cómo la novela: vulgar, previsible y superficial en muchos tramos, pero con una vulgaridad ajustada a lo que se quería conseguir. Pero en cierto sentido mejor. Dicen buena parte de quienes han leído el libro de L.E. James que es un libro pobremente escrito. No se puede decir lo mismo de la escritura fílmica de la directora Sam Taylor-Johnson, que es correcta y efectiva. Y que encuentra en sus protagonistas –Dakota Johnson y Jamie Dorman- los competentes actores que su propuesta necesita. Especialmente Dakota Johnson, que llena de matices su personaje de jovencita perdida.

La película empieza, como el libro, con una tímida estudiante de literatura llamada Anastasia Steele (Dakota Johnson), encargada de entrevistar al joven e intimidante millonario Christian Grey (Jamie Dorman). Arrogante y controlador, que pronto le descubre sus gustos peculiares. Ana/Dakota -que tanto recuerda a su madre Melanie Griffith como a su padre Don Johnson- se siente atraída por ese extraño personaje. El romance empieza entre ambos, y otra cosa también: un amor que tiene que estar en todo momento bajo el control del tal Grey, que ni tiene tiempo ni ganas de nada más.

Grey/Dorman resulta poco a poco tan inquietante como atractivo a los ojos de Anastasia. El amor de Ana será un viaje de entrega a los gustos del tal Grey, que es, según muestra la película, un viaje de (auto)descubrimiento también, donde los males de amor se cambian por esposas y cadenas.

Porque hay sexo en el filme. Pero es de un candor que avergüenza, por lo limpio del asunto. Especialmente en una historia que se vende como de dominación y entrega. Pero que nadie espere en “50 sombras de Grey” sudor o dolor, o sentimientos más extremos, como la rabia o el espanto que conlleva la perdida de control. El sexo es tan limpio como puede serlo un anuncio de desodorante, y tan poco oloroso como ese desodarnte si es bueno.

Sam Taylor-Johnson ha hablado de referencias como “Nueve semanas y media” y “El último tango”. Uno se queda, como más próxima a estas homogenizadas “50 sombras de Grey”, con la primera. Con su sexo de escaparate, de exhibición en papel couché. Incluso menos: asistimos a una operación de “saneamiento” del sexo, como se “saneo” el mundo vampírico con la saga “Crepúsculo”. “50 sombras de Grey”, un competente ejercicio de travestismo, donde una historia romántica “para jóvenes” se disfraza de sadomasoquismo.

El sadomasoquismo es un disfraz, pues, de una historia romántica totalmente homologable como es “50 sombras de Grey”. En Berlín, al acabar la proyección, nadie gritó que bajo el disfraz no había nada. Porque el éxito mundial que será “50 sombras de Grey” está desnudo, efectivamente, pero el disfraz es perfecto.



LA VANGUARDIA



E.L. James / CINCUENTA SOMBRAS DE GREY
E.L. James / Cincuenta sombras de Grey / Capítulo 1
E.L. James / Cincuenta sombras de Grey / Capítulo 2
E.L. James / Cincuenta sombras de Grey / Capítulo 3
E.L. James / Cincuenta sombras de Grey / Capítulo 4
E.L. James / Cincuenta sombras de Grey / Capítulo 5





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