sábado, 7 de septiembre de 2024

Yasushi Inoue / ¿A dónde se ha ido mi madre?


Yasushi Inoue


¿A dónde se ha ido mi madre?


La novela Mi madre es la mejor introducción al mundo narrativo del escritor japonés Yasushi Inoue.



María Paulina Ortiz
13 de marzo de 2021

sus ochenta años, la madre que protagoniza este libro goza de una salud de hierro. Todas las mañanas, con la espalda erguida, lee el periódico sin tener que recurrir a unas gafas. No tiene dientes postizos y, cuando se apresura a la casa de algún vecino, sus mejillas se tiñen de un alegre rosado. Es fogosa y testaruda. La desquicia quedarse quieta. Pero, después de la muerte de su marido, sus hijos notan que empieza a repetirse. Se ha vuelto olvidadiza. Hace una pregunta y, a las dos horas, la vuelve a hacer como si nunca la hubiera hecho. Poco a poco, se dan cuenta, su mente ha empezado a perderse en la neblina de la demencia senil.

Mi madre es el testimonio autobiográfico del progresivo desvanecimiento en vida de un ser amado. Yasushi Inoue (1907-1991) originalmente publicó las tres partes que componen el libro por separado: Bajo los cerezos en flor, Claro de luna y El rostro de la nieve. En cada una de las partes documenta un periodo específico en la vejez de su madre. Todas tienen en común, además de la temática, el género literario: el zuihitsu, algo así como la versión japonesa del ensayo, en el que el autor entreteje vivencias propias e ideas sueltas. La palabra zuihitsu se puede traducir como “seguir al pincel”; un detalle curioso, pero a su vez revelador. Pues la mano que escribe este libro no parece interesada en concluir o en resolver. No busca la totalidad, mucho menos la catarsis. Su propuesta es más ligera, menos estructurada: la de rumiar, sin juicios, la transformación que vivió su madre al final de su vida.
Inoue no se afana. Describe el día a día de su madre y se detiene en los detalles: en la forma en que se ruboriza cuando se vuelve consciente de su olvido, en las noches en las que divaga, como un espectro, por las habitaciones de su casa como una niña en busca de sus padres. El autor también recurre a imágenes típicas de la naturaleza japonesa –otro rasgo característico del zuihitsu– para establecer bellos paralelos entre la impermanencia de la naturaleza y de la memoria. Y especula. ¿A dónde se habrá ido mi madre?, se pregunta a lo largo del libro. “Tal vez –escribe– (ella) empezara a notar el peso del polvo que se nos acumula día tras día sobre los hombros, casi imperceptiblemente, por el simple hecho de vivir”. Inoue arroja una y otra vez su sonda para explorar las misteriosas profundidades a donde ha ido a parar la mente senil de su madre. Las reflexiones, nunca concluyentes, son más bien bosquejos: quizás ella haya expulsado lo innecesario y ahora solo retenga lo importante; quizás haya iniciado un brumoso viaje a la semilla, retrocediendo en el tiempo hasta llegar a su infancia.
Inoue sigue siendo relativamente desconocido en América Latina. Su novela más famosa, La escopeta de caza (premio Akutagawa en 1950), la publicó Anagrama a finales de los ochenta. Casi tres décadas después, la editorial Sexto Piso ha retomado la tarea de darle visibilidad en la región a un autor que en su momento fue candidato al Nobel de Literatura. A la fecha ha publicado tres obras suyas: la novela histórica Furinkazan, Luna llena y otros cuentos y, claro, Mi madre, quizás la mejor introducción a su mundo narrativo. Pues en ella Inoue no solo pone en evidencia sus destrezas literarias, sino que también reúne, con curiosidad y lucidez, una serie de temáticas universales, como lo son la familia, los legados y la muerte. 

EL TIEMPO



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