miércoles, 13 de marzo de 2024

Raquel Graciela Fernández / No era tan fácil

 



Raquel Graciela Fernández

NO ERA TAN FÁCIL

 

No era tan fácil ser mujer

como decían

los libros de lectura.

No bastaba con amar,

mimar,

amasar.

Tener un delantalito con volados,

siempre la cintura de los veinte,

nunca un pelo fuera de lugar.

No era tan fácil,

tan plano,

tan vacuo.

Figurita repetida

en todas las cocinas.

Sonrisa atornillada.

Jamás sola,

jamás cansada,

jamás borracha.

 

No era tan fácil ser mujer

como decían

los libros de lectura.

No todo era limpio,

y brillante,

y empalagosamente alegre.

Había que contar

con talismanes más rotundos

que el palo de amasar

y el delantalito

para intentar ser feliz:

un libro,

un puño alzado,

una copa de vino.

 

A veces me pregunto

si se habrán extinguido

las mujercitas

de los libros de lectura de mi infancia

o seguirán amando,

mimando,

amasando,

en un Parque Jurásico

frívolo y reluciente.

 

No era tan fácil ser mujer

como decían los libros de lectura:

era más duro.


Era mejor.




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