«The Crown» estrena Reina, Olivia Colman: «Isabel II es extraordinaria, yo ya me habría jubilado»
La tercera temporada de la serie de Netflix cuenta la vida de la monarquía británica en los sesenta y setenta
Isabel II de Inglaterra ya no es esa soberana joven e inexperta que vive con ilusión el nacimiento de sus hijos y sufre sus primeras crisis matrimoniales. La tercera entrega de «The Crown», la ambiciosa y rica biografía televisada de la monarca inglesa firmada por Peter Morgan, viaja hasta los sesenta y setenta para mostrar a una reina madura, madre de cuatro hijos que buscan su camino entre los deberes que les impone la realeza. «Ahora sabe qué hacer, se siente más segura y disfruta más su trabajo», sentencia la oscarizada Olivia Colman, quien lleva el peso de la corona en los capítulos que estrena hoy Netflix, rodeada de un elenco nuevo que completan Tobias Menzies, Josh O’Connor, Erin Doherty y Helena Bonham Carter, entre otros.
En la ficción, el relevo de Claire Foy se justifica con un cambio de la foto de la reina en los sellos nacionales y un brillante diálogo: «Hay muchos cambios, pero aquí estamos. La edad rara vez es compasiva y no tiene remedio. Solo nos queda seguir adelante», predice Isabel II en boca de Colman. En la realidad, la transición consistió en una simple llamada: «Me puse en contacto con Claire, por si me recomendaba salir corriendo», bromea Colman en un encuentro con los medios en un lujoso hotel londinense. «Pero me dijo que era genial y que pagaban bien», añade la actriz, que recibió hace unas semanas de manos de la Princesa Ana la condecoración que la acredita como miembro de la Orden del Imperio Británico.
Para Colman, Isabel II es una «feminista suprema». «En una época en la que las mujeres iban unos pasos por detrás de los hombres, ella iba delante. No esperaba a que alguien se encargase de ciertos asuntos, sino que tomaba la iniciativa», plantea la intérprete.
A su lado, está Tobias Menzies, el nuevo Duque de Edimburgo. Ambos reconocen la responsabilidad que supone dar vida a personas «reales, vivas». «Hemos visto muchos audios y vídeos. Todos saben cómo hablan y cómo se mueven, así que tenemos que acercarnos a eso, pero no podemos ser idénticos», admite Menzies. «Si no sería aburrido de ver y de hacer», puntualiza la actriz.
¿Ha cambiado «The Crown» su idea de la monarquía? «Me considero republicano, pero investigando me he dado cuenta de su indudable dedicación y el servicio que han dado a este país», reconoce Menzies. «Aunque antes no había pensado mucho en Isabel II, creo que es extraordinaria. Pocos se han comprometido con su país como ella sigue haciéndolo pese a tener más de 90 años. Es increíble, yo ya me hubiera jubilado», confiesa Colman, que si tuviera a Isabel II delante le preguntaría si hubiera querido tener otro trabajo.
De Wilson al jubileo
En cuanto a la historia en mayúsculas, los nuevos capítulos muestran la llegada de un nuevo primer ministro, el progresista Harold Wilson, un hombre «inteligente, divertido, rápido de mente y muy honesto con sus orígenes, características que no tenía ninguno de sus predecesores», admite el actor que le da vida, Jason Watkins. También se verá la muerte de Churchill, el desastre de Aberfan, el viaje de la Princesa Margarita a Estados Unidos, la crisis económica y la devaluación de la libra, la llegada del hombre a la Luna, el nombramiento de Carlos de Inglaterra como Duque de Gales, la visita de la Reina a Francia y la celebración de los 25 años de reinado de Isabel II.
De las puertas de Buckingham hacia dentro, «The Crown» cuenta los altibajos de la Princesa Margarita ( Helena Bonham Carter) con su hermana y en su matrimonio con Lord Snowdon (Ben Daniels), que acabó en 1978. También retrata su difícil papel como madre, especialmente con los jóvenes Carlos de Inglaterra (Josh O’Connor), que empezaba entonces su relación con Camilla Parker Bowles, y la Princesa Ana (Erin Doherty). Habrá que esperar al estreno de la cuarta temporada, que aún están rodando, para ver a la ficticia Lady Di (Emma Corrin).
Vida privada
«No sé si la historia ha sido justa con el Príncipe Carlos. En realidad no sabemos quién es, sus sentimientos son un retrato basado en especulaciones de los medios», plantea O’Connor. «En nuestra serie, hay una reflexión profunda y difícil sobre la relación entre Isabel II y Carlos. En realidad, el Príncipe espera a que su madre muera para tener su papel. Eso tiene un impacto en él, es doloroso», añade el actor que, como sus compañeros, recuerda que estamos en el ámbito de la ficción cuando las preguntas hablan de los noviazgos de la familia real. «La gente tiene la mente sucia, Lord Porchester e Isabel II aparecen como buenos amigos», le apoya Colman.
«Lo bueno de “The Crown» es que convierte a la monarquía en personas de carne y hueso y nos enamoramos de ellos con sus peleas, sus cenas... En ese momento empatizas totalmente con ellos», puntualiza Erin Doherty. «Lo fascinante es que “The Crown” abarca lo íntimo y lo privado, la gradilocuencia de lo institucional y la vida de simple de una familia, y a veces hay un choque entre estos dos ámbitos. Esta serie humaniza su extraordinaria vida», concluye Watkins. Su alter ego en la ficción, Wilson, lanza este mismo mensaje a Isabel II: «El pueblo no cree que sean normales, quiere que sean extraordinarios, un ideal». Tanto como lo es «The Crown».
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